En el Consello Regulador sabíamos que estaba pendiente de publicación el Real Decreto y también conocíamos su contenido, por lo que ya habíamos empezado los contactos con la administración para que se cumpla estrictamente. Sería vergonzoso para nosotros, como gallegos, que consiguiéramos erradicar de las mesas de los bares y restaurantes las vinagreras y aceiteras, pero permanecieran las botellas de aguardientes y licores sin etiqueta. Somos conscientes, y el ciudadano debería serlo también, de que la práctica del relleno, muchas veces unida a la evasión de impuestos, al riesgo sanitario y a la falsificación de producto, no solo perjudica a las empresas que han luchado siempre por producir unos aguardientes y licores de calidad, sino también a la imagen de Galicia -que todos deberíamos defender - como una zona productora de excelentes alimentos y bebidas. Debo insistir en que las empresas que producen los aguardientes y licores de nuestra Indicación Geográfica Protexida (IXP) son firmas gallegas, con capital gallego y, no nos olvidemos, con trabajadores gallegos. Por tanto, desde este Consello Regulador tenemos la obligación de defenderlos y vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para que el Real Decreto se aplique, porque el daño que se produce con el relleno es incalculable.