«El amor-odio entre literatura y cine es porque se parecen mucho»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

Manuel Gutiérrez Aragón, escritor y cineasta, analiza las relaciones entre ambas artes

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Literatura y cine: matrimonio de conveniencia. Este era el título de la intervención de Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942) en el ciclo Encontros con autores que organiza el Centro de Formación e Recursos de A Coruña y coordina Javier Pintor. En una sesión en la que también participó el poeta Xavier Seoane, Gutiérrez Aragón hizo un recorrido por su experiencia vital, literaria y cinematográfica, ahondando en sus motivaciones como creador.

-¿Es inevitable el amor-odio entre cine y literatura?

-El cine y la literatura siempre han tenido unas buenas/malas relaciones de amor/odio. Desde el comienzo el cine podría haberse ido hacia el circo o la magia en lugar de irse hacia una forma narrativa que tiene mucho que ver con la literatura. La manera de escribir y la manera de contar una película son muy parecidas, por mucho que se hable del lenguaje específico del cine (nunca se habla del lenguaje específico de la música o de la pintura). Las buenas/malas relaciones del cine con la literatura vienen de que se parecen demasiado, y las estrategias de la narración son muy parecidas.

-¿Hay buenas adaptaciones?

-En España, en Europa en general, el concepto de adaptación nos lleva a las grandes novelas, Madame Bovary o El Quijote... Pero no es así en el mundo anglosajón: el 90 % de las películas tienen un origen literario, salen de unas novelas no tan conocidas, que se compran al autor y el autor no tiene esas pretensiones, le da un poco igual. La escritura anglosajona es más seca, se lleva más fácilmente al cine.

-¿Quién compra esas novelas?

-Las suele comprar un actor, que tiene dinero, que ve ahí un papel que le gusta y quiere hacerlo. De ahí el título de este encuentro de matrimonio de conveniencia entre cine y literatura. Los novelistas siempre buscan que sus novelas se lleven al cine, aunque luego suelen protestar mucho de que no se ha hecho bien. Aquí tenemos los libros de Marsé, que es el novelista más veces llevado al cine, porque las historias de Marsé (es un novelista que me gusta mucho) son excelentes desde el punto de vista literario. Tienen una construcción narrativa muy parecida a los guiones y por ello digo que hay un matrimonio de conveniencia, aunque luego Marsé protesta porque no se adaptó bien. Pero él, Cela y Delibes son los escritores españoles más llevados al cine, con más o menos fortuna.

-¿Llevaría sus libros al cine?

-¡No, no! Pero por una cuestión aburrimiento. Igual que sería incapaz de reescribir una novela no me veo llevando al cine una cosa que ya he parido. Las dos primeras estaban hechas a mala leche para que no se puedan llevar al cine. La tercera, Cuando el frío te hiele el corazón, sí, porque es un relato más apretado. Esta la que mejor ha ido, la que más se ha vendido, por decirlo con cierta grosería. Más que una novela es un relato.

-¿Es mejor para el cine?

-Lo que más se parece a una película es un relato corto, más que una novela, que son grandes ríos con muchos afluentes.

-¿Está preparando unas memorias?

-Todavía está por ver. Es para dentro de dos años. Más que memorias es un ensayo sobre cine hecho a través de mis memorias. Creo que es un género que no existe, entre las memorias y el ensayo. Le digo siempre al editor que esto todavía no tiene nombre. Se llamaría A los actores y estaría centrado en su trabajo, en la presencia del cuerpo en el cine. Me parece que se ha escrito poco de eso.

-¿Quién es el editor?

-Herralde, de Anagrama. Me llevo bien con él. Cuando empecé me dije a mí mismo que si las novelas que me gustaban eran las de Anagrama, pues donde quería publicar era ahí. Siempre tuve muy buenos productores de cine, como Elías Querejeta.

-¿Hay paralelismo entre el editor y el productor?

-Sí. El productor es más activo que el editor. Cuando tú compras un libro de Anagrama hay un sello de calidad detrás. Cuando Elías Querejeta producía una película sabías lo que ibas a ver.

-¿Es un cineasta que escribe o escritor que hace cine?

-Procuro tener dos vidas paralelas. Le sugerí a Herralde el publicar con otro nombre. Y me dijo que no, no. A veces dicen que en mis novelas se nota el cine, pero hay otros escritores a los que se les nota mucho más. Siempre quedo como un director de cine que escribe. Mi vida es el cine y a ello no puedo ni quiero renunciar.