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Más de un siglo quitando jaquecas

La Voz

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monica ferreiros

Cuatro generaciones han trabajado en la farmacia Sanmamed de Ribeira

25 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Once de la mañana de un día cualquiera. En la farmacia Sanmamed de Ribeira el ritmo es frenético. Desde hace más de cien años, los medicamentos se despachan con una sonrisa. Porque ya lo dice la actual propietaria, Elena Fernández de Sanmamed: «Los clientes confían en nosotros porque, como buenos farmacéuticos, también aplicamos la paciencia y la psicología. Sabemos escuchar». Junto a su hermano Juan se encarga de que el negocio siga siendo un referente en la comarca. Con esta familia no se ha cumplido el gafe de que la primera generación levanta el negocio, la segunda lo mantiene y la tercera lo hunde. Nada menos que cuatro generaciones han trabajado ya entre medicinas, y estas han cambiado mucho.

El establecimiento fue fundado por el abuelo de los actuales propietarios, Juan Fernández de Sanmamed y Astray, en la villa pobrense, en la primavera de 1899, en la calle Luchana. Se enorgullecería de saber que alguno de sus bisnietos ya trabaja en la botica, que se trasladó a Santa Uxía a principios del siglo pasado, instalándose en la calle Venecia. De allí pasó al local de la familia Pérez Sánchez, volvió a instalarse en la casa de los Patiño -frente a su ubicación actual- y fue en la década de los cuarenta cuando la farmacia se mudó al número 39 de la misma calle, donde se ubicó hasta 1977, fecha en la que pasaría al actual emplazamiento de la calle Galicia, 40.

Las instalaciones tienen un toque inglés que no pasa desapercibido. Han sido muchas mudanzas y alguna que otra reforma, pero la botica siempre ha conservado el mismo encanto. Más de doscientos metros cuadrados se reparten en dos plantas en las que trabajan un total de quince personas, entre farmacéuticos, administrativos y auxiliares.

Una gran familia

Los empleados se sienten como en casa en este establecimiento y eso se nota a la hora de ofrecer la atención al cliente. Cuenta Elena Fernández de Sanmamed que trabajar así es un placer, y que su hermano y socio «es una de las personas más bellas que conozco. Estoy muy orgullosa de haber contribuido a levantar este negocio familiar».