La psicóloga María Jesús Álava Reyes considera que «los gallegos tienen a su favor ese punto maravilloso de sensibilidad»
27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Escribió La inutilidad del sufrimiento y vendió 300.000 ejemplares. Ahora publica Las 3 claves de la felicidad (Esfera de los libros). María Jesús Álava Reyes (Madrid, 1954) psicóloga y escritora, presenta hoy, a las 20.00 horas en la Fundación Novacaixagalicia de A Coruña, este libro en el que vuelca 30 años de experiencia. Le acompañará Fernanda Tabarés, directora de V Televisión.
-¿Hay mucha distancia del sufrimiento inútil a la felicidad?
-Lo que he visto es que había gente que a pesar de ser buenas personas y de intentar no sufrir no lo conseguía. Nos dimos cuenta de que a las buenas personas les cuesta perdonarse y sin esa base previa de perdonarse no consiguen ser felices. Fue entonces cuando me propuse escribir este libro. Es el fruto de más de 30 años de trabajo, con miles de personas que al final te dan las claves esenciales de por qué la gente quiere ser feliz. Lo otro era cómo dejar de sufrir pero una vez que hemos dejado lo que nos tenemos que plantear es ser felices.
-¿Por qué es tan importante eso de perdonarse?
-Es algo que culturalmente no nos han enseñado. A la mayoría de las personas les han insistido en que tienen que perdonar a los demás, que es fundamental, pero no que sepan perdonarse a sí mismos. Puedes ser responsable de algo que sucedió hace años y de lo que te arrepientes pero sino eres capaz de perdonarte es prácticamente imposible que puedas ser feliz.
-Dice que perdonar a los demás libera tensiones pero hay tanta tensión que parece que no perdonamos mucho, ¿no?
-Seguimos perdonando bastante. La tensión que tenemos es fundamentalmente interna, sin darnos cuenta nos la estamos produciendo a nosotros mismos. Perdonamos mucho más fácil a los demás y nos cuesta un mundo perdonarnos a nosotros.
-¿Por qué hay tanto libro de autoayuda? ¿Tan mal estamos?
-Porque hay mucha gente que busca lo que no tiene, que quiere ser feliz, que tiene un estado de infelicidad enorme y busca un punto de esperanza, de ilusión. No todos los libros son buenos, hay que distinguir muy bien: deben ser escritos con mucho sentido común, con experiencia, con una formación científica. Y que estén adaptados a la realidad de España, que es en lo que la mayoría falla. Hay muchos libros americanos que no tienen nada que ver.
-¿Los gallegos somos más felices... o depende?
-Mi madre era gallega. Hay un punto de sensibilidad maravilloso que hace que normalmente sea gente muy afectiva, pero también hay un punto de cierta cercanía al sufrimiento. Es como si esa sensibilidad a veces no se entendiera bien y fuera hacia esa cultura de pasarlo mal, de estar fastidiado... Son personas que la sensibilidad ya la tienen lo que les tenemos que enseñar es que la pongan a su favor. Los gallegos valoran mucho la familia, el afecto y ese es un punto más favorable para que sean felices.
-Decía Borges, casi al final de su vida, que era un fracasado...
-Creo que una persona si cree en ella misma no fracasa. El éxito es básicamente conseguir lo que quieres en la vida, lo que pasa es que es imposible hacerlo si no te conoces bien, si no sabes perdonar, si no te quieres cada día y si no procuras tener las riendas de tu vida; si no las tienes eres una persona a la que pueden manipular y difícilmente serás feliz.
-Tomar las riendas sí, pero ¿no hay mucha vida desbocada?
-Hay personas muy infelices. Los psicólogos tenemos más trabajo en ese sentido y es normal por una razón muy clara: porque no nos han preparado para la vida. ¿Una persona puede aprender a ser feliz? Si. ¿Puede serlo a pesar de sus circunstancias? Sí. Las circunstancias, en contra de lo que pensamos, solo influyen un diez por ciento en nuestra capacidad de felicidad. Nunca nos han enseñado a ser felices y esa es una materia que nos queda por aprender y a la que haríamos muy bien en concederle la importancia que tiene y dedicarnos a ella. Eso es lo que hay que intentar: enseñar a la gente a andar por la vida.
María Jesús Álava Reyes Psicóloga y AUTORA DEL LIBRO «LAS 3 CLAVES DE LA FELICIDAD»
«Las circunstancias solo influyen un diez por ciento en nuestra capacidad de felicidad»