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Velada anarquista, teatro mágico

Tareixa Taboada OURENSE

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La inauguración de la muestra incluyó una «performance»
La inauguración de la muestra incluyó una «performance» Antonio Cortés

La fundación Vicente Risco de Allariz acoge la instalación «Mobilia»

01 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mobilia: Amoblar os baixos dunha fundación constituye un proyecto de arte contemporáneo producido por el colectivo de artistas Arte Mud e ideado como una alteración en el espacio de la fundación Risco con una instalación que replantea el concepto de la Domus, espacio doméstico a través del discurso conceptual de Manolo Figueiras, Jesús Costa y su alma máter, Antonio Seoane, Seo.

El proyecto plantea conceptos como el mobiliario y la distribución de los elementos en la casa, inspirándose en Kurt Schwitters, fundador del movimiento artístico Dada Hannover -una vez fue excluido del Dada Berlín-, que creó como antítesis al primero y se fundó sobre el apoliticismo, lo fantástico y el constructivismo. Su proyección fundamental era la revista Merz y los productos culturales derivados de este estilo basado en el collage; donde distintos elementos se integraban: alfileres, periódicos, billetes de autobús? Su nombre alude a un fragmento de papel en el que estaba escrita la palabra Kommerz (Kommerz Bank).

Toda la instalación parece una escenografía, un fotomontaje dadaísta en la tensión entre un concepto abstracto de la Merz, la estética del material y los usos semánticos de los objetos dispuestos en los distintos espacios.

El espectador se integra en el espacio como agente activo y modulador del mismo, como habitante ocasional, curioso transeúnte en una película de Visconti entre las secuencias de objetos comunes, que se hacen parte de la biografía personal: fotografías, recuerdos de viajes... Es la intrahistoria del ser humano y el sentido simbólico de los objetos en los afectos con los que construye su autobiografía, su entorno, su santuario, su espacio personal, estético y doméstico.

La casa como espacio habitable y cómo las distintas disposiciones de los objetos y los lugares se impregnan de la persona que los habita. Seo plantea la división de la Domus en cuatro estancias: cocina, dormitorio, biblioteca y cuarto de baño.

La cocina marca el corazón de la casa. Es el motor que integra simbióticamente los frutos de la naturaleza con la combustión del fuego, como sacrificio propiciatorio y a la vez religioso y mágico; lugar en el que se procesan y transforman los alimentos. Entre los tarros se esconde un enorme corazón embalsamado, y las esculturobotellas de Xavier Cuíñas tintinean bajo los hilos metálicos de los que cuelgan, en equilibrio, poesía y objetos diminutos. Este espacio se dilata y altera mediante el juego de escalas. Destaca el banco de trabajo de Jesús Costa, descontextualizado y amenazante como un instrumento de tortura medieval; y las fotografías de Jorge Díaz y Rosendo Cid, con una intervención espacial de bloques de madera con una rueda que revierte el concepto de lo estático y la movilidad.

También el dormitorio es un espacio de conflicto desde un lenguaje poético y metafísico, la cama y la canoa. El lugar de descanso y el último viaje, porque el sueño es el hermano de la muerte, y la canoa de Jesús Costa introduce el concepto funerario de los Vikingos desde el existencialismo, el fluir del tiempo y la poesía a través del lenguaje artístico y simbólico. En un caballete, un cuadro de Antonio Soria nos recuerda los peligros del amor y en las paredes cuelgan fragmentos en carteles de El lobo estepario de Hermann Hesse, que Manolo Figueiras extiende en una realidad distinta desde un discurso poético, perezista y teatral.

Un artefacto de Jorge Varela revoluciona el concepto de mueble desde un lenguaje Dadaísta; y un cuadro de Javier Varela integra de forma constructiva plástica y mobiliario.

Lámparas de Mauro Trastoy y Juan Torres, de su proyecto Lelédacuca; libretas de Seo, y la colaboración de José Carlos Seoane. La biblioteca es un espacio místico y reflexivo, aunque también surrealista y caótico. En sus vitrinas se mezclan libros de poemas, una tipi india, animales de plástico de distintas escalas, conceptos de la Merz, loza? Objetos olvidados en el cajón de la memoria.

La inauguración contó con la intervención de los poetas Rebeca Baceiredo y Claudio Pato y la performance de Estevo y David Creus.

crítica de arte