
Un alumno de 4 años del CEIP A Rabadeira llegó ensangrentado a casa
13 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Isabel, vecina de Oleiros, se llevó un susto de muerte esta semana. El pasado martes, como cada día, fue a recoger a su hijo de 4 años a la parada del bus escolar. Como llovía, el niño llevaba puesta una capucha, así que no fue hasta que llegó a casa cuando se fijó en que el pequeño tenía toda la ropa ensangrentada y una enorme brecha en la cabeza. «Cuando estábamos volviendo a casa él me contaba que se había caído, que se había dado un golpe muy fuerte y que le dolía la cabeza. Pero en ese momento no me fijé. Fue al quitarle el abrigo cuando vi la tremenda herida que tenía», explica la madre.
La anécdota podría quedarse ahí, porque cualquier niño puede sufrir una caída en el parque, en casa o andando por la calle. El caso es que el menor se cayó dentro del recinto escolar del CEIP A Rabadeira de Oleiros durante el pequeño recreo que tienen los alumnos después del comedor. Y, según denuncian los padres, lo peor es que «nadie se dio cuenta, o pasaron por alto, que mi hijo tenía una brecha en la cabeza», a pesar de que el chiquillo sangró a raudales y lloró de forma sonada. «Él me contó que estaba jugando con otro niño y que al caerse se clavó una punta en la cabeza. Fui al colegio a hablar con los responsables y comprobé que, en realidad, no se clavó una punta, sino que probablemente se cayó hacia atrás y se abrió la cabeza contra la arista de una columna que hay en el patio de infantil», explica Isabel. También le contó su hijo que durante todo el percance estuvo solo y que una compañera de clase fue a avisar a un cuidador: «Pero ni le hizo caso. Ni lo miraron, porque el niño estaba lleno de sangre». Los padres del pequeño aseguran que están indignados porque «¿cómo es posible que no haya ningún cuidador con ellos? ¿Cómo no se dieron cuenta del accidente?». Aseguran que los niños tienen que estar acompañados en todo momento, ya que después de comer suelen salir al patio un rato y después vuelven al aula para recoger las mochilas antes de subirse al bus escolar. «Es grave lo que pasó. Pero más grave es que el niño haya estado solo todo el tiempo o no le hayan prestado atención», denuncia Isabel.
Atendido en urgencias
El caso es que el martes, en cuanto vio la brecha que tenía su hijo en la cabeza, se lo llevó rápidamente al hospital Materno, donde lo atendieron por urgencias y le pusieron un par de grapas para cerrar la herida.
Isabel asegura que fue al centro a pedir explicaciones y que miembros del equipo directivo reconocieron que no se enteraron de lo ocurrido y que, en todo caso, los responsables son los que se encargan de gestionar el comedor. «Y que pusiera una queja en la Xunta...».
La directora del colegio, Juana López Fernández, aseguró ayer que no tenía nada que decir al respecto. Y desde la Consellería de Educación aseguraron que están investigando lo sucedido. Los padres critican que, por un lado, la citada columna debería estar protegida o acolchada para evitar este tipo de incidentes. Por otro lado, denuncian que el número de cuidadores, una labor que realizan padres voluntarios, es insuficiente. «De hecho, se pide a niños mayores que cuiden y sirvan a los pequeños», dicen. Desde la Xunta confirman que la ratio de cuidadores es la estipulada y que no han detectado irregularidad alguna por el momento.