
La cómica, que intrepretaba al personaja de La Junca en la serie «Aída», actúa en O Grove por tercera vez en un año
28 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Un idilio en toda regla es lo de María la Vikinga con O Grove. Y viceversa. La cómica asturiana se estrenó en el Mohai hace cosa de un año y funcionó tan bien que con la de mañana habrá repetido en tres ocasiones.
-¿Qué tiene O Grove para que haya habido esa conexión?
-Mar (se ríe). Y porque me hacen sentir muy de casa. Muy cercanos a mí y yo muy cercana a ellos.
-¿De qué hablará esta vez?
-De lo de siempre, de las cosas que me pasan por la calle con la gente. ¡Es que a mí me pasan cosas muy raras! Debe ser por mis pintas o por mi aspecto.
-¿Le ha cambiado la vida su participación en «Aída»?
-Me ha cambiado que tardo dos horas más en ir y volver del súper. En que te conocen, se hacen fotos contigo... Sé que existe el mito de que si sales en la tele ya tienes mucha pasta. Y los habrá que sí pero mi caso no ha sido.
-¿Desde que finalizó la serie no le ha salido ningún otro proyecto televisivo?
-Sí, acabo de grabar un par de cosas para un programa nuevo pero aún no puedo decir nada más. Pero, claro, si no vives en Madrid, no vas a los cástings, no sales por la noche con quien hay que salir y no haces vida social allí es difícil. Lo de actriz está bien pero yo sigo con mis monólogos que es lo que más me gusta. Y es lo que quiero seguir haciendo prioritariamente.
-¿No se plantea trasladarse a Madrid?
-No, no. Cuando pongan la playa, igual sí. Además allí todo el mundo tiene prisa. No, yo soy muy de pueblo y soy muy feliz viviendo en Avilés.
-¿Cuánto hay de personaje en María la Vikinga?
-Uy, casi todo. Está claro que en el personaje hay muchas cosas de la persona. Es inevitable. Pero María Díaz, que soy yo, es muy sensible, muy llorona y le dan vergüenza muchas de las cosas que dice su personaje. Ahora, la Vikinga sale ahí y se come una vaca por una pata. De hecho tengo hasta uniforme de trabajo. Yo me pongo mis botas jevis y soy otra completamente. Son como los calzoncillos de Superman.
MARÍA LA VIKINGA MONOLOGUISTA