Carlos Bau: «Perdí la cuenta de las veces que me confundieron con Carlos Baute»

FIRMAS

MARCOS MÍGUEZ

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Vive de la música. «Me da para mantenerme. Mientras pueda vivir de las canciones ya es un éxito. Mi frase favorita es ?lo importante no es llegar al oído de muchos sino al corazón de algunos?», reflexiona el coruñés Carlos Bau, ojo, no confundir con Carlos Baute. «Ya perdí la cuenta de las veces que me confundieron. Hasta una vez el Ayuntamiento me anunció como Carlos Baute y la gente me venía a preguntar dónde estaba el venezolano». En el DNI es Carlos Vázquez Bau, pero optó por el apellido materno porque le parecía más comercial. «Vázquez famosos son Jesús Vázquez, Jorge Javier Vázquez, Paula Vázquez, Paco Vázquez y pocos más», comenta sonriente. Charlamos en el bar O de Andrés de la calle Fontán, donde canta una vez al mes. «El 2014 fue fantástico, menos dos o tres fines de semana el resto tuve actuaciones, tanto en solitario como con la banda de versiones de los ochenta», resalta. Estudió en el colegio Labaca y en el Eusebio da Guarda. Con 17 años empezó en el grupo Brillan por su ausencia y por aquel entonces fue al Coliseo a ver un concierto de un cantante que triunfaba con Viviendo deprisa. «Cuando era joven quería ser Alejandro Sanz». Ahora tiene 40 años. Su último noviazgo duró más de seis años, pero está soltero y no tiene hijos. «Camino libre y solitario, el tiempo dirá. Tengo dos sobrinos».

Ave nocturna

Es de la calle Nicaragua, pero desde hace tiempo vive en los Castros. Le gusta pasear con su perro Rocky (como Balboa) por San Diego y la playa de Oza. «Desconecto». Dice que se acuesta tarde porque la inspiración para componer le llega por la noche. «Mi madre siempre me dice que debería trabajar más de día». Compuso temas para Serafín Zubiri, Lidia o Nuria Fergó. «Fue el primer single de sus segundo disco, De vuelta. Fue en el 2003 y vendió 50.000 copias, cuando se vendían discos, en la primera semana», recuerda. Ha tocado en todos los garitos y también en grandes escenarios, aunque le falta el Teatro Colón «y la plaza de María Pita. Es una espinita que tengo clavada, mi asignatura pendiente. Cuando en el 2010 gané el Premio Nacional de la Música a la mejor canción en gallego pensé que me llamarían... », relata. «Llegué a cantar con 39 de fiebre. Por enfermedad solo suspendí un concierto». Dice que es un autotodo. «Yo soy mi representante, grabó, busco los bolos...», explica.

Los frutos secos

Es un buen tipo. «Me haría falta un poco más de mala leche». Incluso cuando ofrece algún concierto y el público no presta atención. «Pareces el hilo musical, pero no me condiciona, es parte de mi carácter». Se considera una persona de gustos sencillos y un vicio, los frutos secos. «Si pudiera los comería todos los días, pero los dejo para el fin de semana». Le gusta escuchar a David de María, «gran amigo y persona», a Sabina, Manolo García, Antonio Vega, Los Secretos y a Abel Pintos, «un argentino que lo hace muy bien». Su canción favorita es Mi historia entre tus dedos, del italiano Gianluca Grignani y que popularizó Sergio Dalma. Nos despedimos. Lleva puesta una gorra. Luce cantidad de pulseras y una camisa vaquera. «Es una forma de crear una imagen. Cuando veo a Fito pienso que los tipos bajitos y con gorra tienen algo especial».