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El base del Río Breogán ve «mucha calidad ofensiva» en el Obradoiro
19 mar 2024 . Actualizado a las 18:45 h.El público de la ACB asistió el pasado domingo a una actuación colosal de Sergi García (Palma de Mallorca, 1997) en el Palau Blaugrana. Willy Hernangómez presentó el mejor registro de valoración, pero el hombre del partido, sin ninguna duda, fue el base del Río Breogán. En su partido 200 en la competición, batió su mejor marca de puntos, triples y valoración y resultó determinante en la histórica victoria de su equipo a las puertas del trascendental derbi gallego en Sar frente al Obradoiro (sábado, 20.45 horas. Movistar Deportes).
—Quíteme de dudas. ¿Fue su mejor partido en la ACB?
—Hice un partido muy completo. ¿El mejor? No lo sé, porque hay veces que te vas con la sensación de que has jugado un buen partido pero en las estadísticas no se ve reflejado. En el Palau tuve muy pocos errores y pude sumar en muchas facetas. He tenido otros muy buenos a lo largo de mi carrera, pero, por el momento y por el rival que era, me quedo con este.
—El triunfo del Breo parecía una quimera. Pasaban un bache de resultados, arreciaban las críticas y días antes dejaba el equipo Rob Gray. Sin olvidar las lesiones de Sajus y Rudan.
—Eso forma parte del juego y hay que aceptarlo. Si algo distingue a este equipo es la fe y el compromiso. He tenido la suerte de estar en muchas plantillas y en muchos casos he visto como se venían abajo en los momentos de dificultad. En el Breo esto no ocurre. Además de ser un grupo joven y ambicioso, todo el mundo pone de su parte para que las cosas salgan bien. Hay momentos en los que las cosas no salen como quieres, pero aquí nadie baja los brazos.
—«Creemos», arengaba usted al equipo en un tiempo muerto en el tramo final del partido. ¿En qué momento vio al equipo convencido de que la victoria era posible?
—Ya afrontamos el partido convencidos de que podíamos ganar si hacíamos las cosas bien. Una vez en la cancha, el hecho de tener muy poco que perder nos reforzó a todos.
—¿Algún jugador contrario lo felicitó por su actuación?
—Cuando quedaba alrededor de un minuto me dijo Abrines que parase ya, que vaya partido estaba haciendo (risas).
—Esta victoria cambia el contexto del derbi. Ahora es el Obradoiro el que soporta casi toda la presión. ¿No cree?
—No lo veo así. Un derbi es un partido aparte. Dan igual las dinámicas, el estado de forma y demás. Todos los jugadores estamos extramotivados y las diferencias se reducen.
—Pero más necesidad tienen ellos. En caso de ganar los aventajarían en dos victorias, más, posiblemente, el basketaveraje.
—Nosotros también estamos muy necesitados. Tenemos que afrontar el partido mentalizados de que nos jugamos tanto o más que ellos, si no nos estaríamos equivocando porque no estamos para relajarnos.
—Ganando en Sar, el paso adelante sería de gigante.
—Mi experiencia me dice que es un partido importante, pero ni mucho menos definitivo. Ir partido a partido es la mejor recete para alcanzar los objetivos, y más en nuestra situación. Seguro que ningún pronóstico estaba nuestra victoria ante el Barça.
—El derbi de la primera vuelta lo ganó el Obradoiro. ¿Sirve de referencia?
—Va a ser un derbi duro y con un nivel físico muy alto, en un ambiente muy hostil, pero estamos preparados.
—Jugando como en el Palau...
—Intentaremos jugar incluso mejor, pero me conformo con ganar de cualquier manera.
—¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles del Obradoiro?
—Tiene jugadores con mucha calidad ofensiva, como Scrubb, Howard y Pustovyi por dentro... También se han reforzado. Habrá que jugarles muy duro.
«Cuando eres joven es fácil soñar y nadie te prepara para los momentos difíciles»
—¿Jugó especialmente motivado en el Palau porque cumplía su partido 200 en la ACB?
—Tenía muchas ganas de ganarlo, pero más por lo que lo necesitábamos que por alcanzar los 200 partidos. Además, el anterior, ante el Unicaja, había sido uno de mis peores partidos de la temporada.
—¿Soñaba con esto cuando Abós lo hizo debutar con 16 años?
—Cuando eres muy joven ves la realidad un poco distorsionada. Es muy fácil soñar. y nadie te prepara para los momentos difíciles. A medida que vas cumpliendo años te vas dando cuenta de lo difícil que es jugar en esta liga, asentarte y ser importante en un equipo. Estoy muy orgulloso del camino que he hecho hasta ahora.
—Zaragoza, Valencia, Manresa, Baskonia, Andorra, Gran Canaria y ahora Breogán. ¿Dónde lo han tratado mejor y estuvo más a gusto?
—Cada etapa ha sido diferente. En alguna lo he pasado muy, muy mal, pero me ha hecho crecer. Ahora mismo estoy muy bien. Me siento, sobre todo, tranquilo conmigo mismo porque veo que el trabajo que hago se refleja en la pista. Trataré de alargar este momento el máximo tiempo posible.
—Ha estado a las órdenes de un buen número de entrenadores. ¿Cuál lo ha marcado más?
—He tenido muchos y muy buenos, y todos me han enseñado algo distinto. Con Jota Cuspinera, en el Zaragoza, di el impulso definitivo. A partir de ahí empecé a creerme que podía crecer y echar raíces en la ACB.