La laboriosa victoria ante el Andorra otorga al equipo lucense la permanencia en la ACB
10 may 2024 . Actualizado a las 23:38 h.«Qué sí, joder, que somos de ACB». Con este cántico y mirando al marcador festejó el Pazo por todo lo alto la victoria del Río Breogán ante el Andorra. Un triunfo consumado con un trabajo coral, sobre todo en defensa, que asegura la permanencia del equipo lucense en la mejor liga de Europa. Enlanzará su cuarta temporada consecutiva en la élite pese a todos los infortunios y contratiempos que debía afrontar en su largo camino hacia la meta.
La puesta en escena del conjunto lucense fue apoteósica. Tal fue su nivel en el arranque del choque que a los cuatro minutos ya vencía por 17-6 y Natxo Lezkano, aclamado en su regreso a la que fue su casa, se vio obligado a pedir tiempo muerto. Intensidad defensiva, compromiso, decisión y acierto. Fueron los ingredientes para la pócima que lanzó de salida al conjunto dirigido por Veljko Mrsic. Matas Jogela dio en el blanco en los dos triples que intentó y Stefan Momirov lo mismo. En la zona contraria, solo el gallego Tyson Pérez hacía daño a los interiores locales. Mantener esa excelencia era imposible y en el ecuador de la manga sufrieron una pequeña pájara los celestes que atajó desde el banquillo el técnico croata con las rotaciones. A tres minutos del final, el Breo ya actuaba con un quinteto distinto al inicial y estaba formado por Justin Robinson, Ben McLemore, Sergi Quintela, Anthony Polite y Sergi Quintela. Para entonces se habían estrechado las diferencias sobre el parqué, pero los anfitriones gozaban de una sabrosa renta después de 10 minutos (26-19) gracias al encomiable trabajo de contención en sus dominios.
Mrsic mantuvo en pista al inicio del segundo acto al quinteto que acabó el primero. La ventaja creció con un par de tiros libres de McLemore y en el Andorra se empeñaba en absorber más protagonismo Marin Maric en la pintura con cuatro puntos consecutivos. El Pazo se desgañitaba y celebraba cada canasta como si fuera la del triunfo. El equipo lo agradecía y se dejaba en alma en cada jugada y era principalmente ese espíritu lo que le permitía mantener la iniciativa en el electrónico. El Andorra llegó a situarse a cinco puntos (34-29) a poco menos de cinco minutos para el descanso y Momirov, con otro triple, se encargó de sostener los ánimos. Jogela los reforzó con otro acierto desde más allá del arco de 6,75 y disparó los decibelios del santuario breoganista con un nuevo triple que llevaba la ventaja hasta los 12 tantos (43-31). Con medio partido consumido el Breo tenía más de la mitad de la permanencia hecha. El Pazo se daba un respiro contemplando ojiplático el marcador pese al postrero parcial de 0-5: 48-38.
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El partido se reanudó con Robinson desatado y el equipo lucense a un nivel sobresaliente, incluso superior al del inicio del partido. A base de triples y un excelente manejo del balón, alcanzó su máxima diferencia después de solo tres minutos y medio de la tercera manga (62-45). La salvación estaba aún más cerca. La empezaba a saborear la incondicional hinchada. El Andorrra no bajaba los brazos y recurría a sus mejores francotiradores en busca de la remontada. Isistió, volvió a provocar un ligeró apagón en el bando local y en varias ocasiones pudo situar su desventaja por debajo de la decena de puntos. No fue capaz y el Breo encaró el período final con esa renta en el marcador (77-67).
Juan Fernández, al más puro estilo base, anotó los primeros puntos del período final. McLemore, muy impreciso, se fue albanquillo y Mrsic optó por dosmanejadores: Sergi García y Robinson. Fue una apuesta fugaz porque enseguida volvió Jogela al parqué. El Breo pasaba por momentos de atasco ofensivo y se esforzaba por compensarlo con su rigidez defensiva. A cinco minutos de final nadie en el Pazo las tenía todas consigo pese al 87-76. Con 88-82 y a solo tres minutos del final, Jogela y Sakho realizaron sendos tapones en la misma jugada y en la acción posterior el triple de Nakic dictaba sentencia. Lugo seguirá disfrutando del mejor baloncesto de Europa el próximo curso gracias a otra hazaña breoganista.