El preparador croata, muy emocionado, se explayó en los agradecimientos y pidió a la plantilla más unidad para reconducir la trayectoria
04 dic 2024 . Actualizado a las 21:47 h.Veljko Mrsic ofreció este martes su última rueda de prensa en el Pazo. Fue la de su despedida. Una intervención cargada se sentimientos en la que al preparador croata le costó arrancar. Embriagado por la emoción y con los ojos humedecidos, resopló y pronunció sus primeras palabras de adiós. «Gracias por venir hoy a aquí. Quiero dar las gracias primero al club por darme la oportunidad de venir a Lugo y pasar aquí tres años muy buenos, emocionantes, y por darme la oportunidad de volver a entrenar en la ACB; gracias también a Tito (Díaz), que he trabajado todo este tiempo con él, a veces en unas situaciones muy difíciles y no siempre mostrando la misma opinión, pero siempre teniendo una buena relación; gracias a toda la gente del club que no está en la pista, que me ha apoyado desde el primer día; a todos mis asistentes en este tiempo; a todos los jugadores que pasaron por aquí, especialmente a Erik Quintela, el único que ha estado desde mi primer día hasta el último; a Toni Nakic y a Jordan Sakho; gracias también a vosotros, los medios de comunicación de Lugo, por la buena relación; y, por supuesto, gracias a la afición, que es una parte importante de este club», comenzó diciendo el ya expreparador del Río Breogán.
Tras los agradecimientos, su primer mensaje para la hinchada del Pazo: «El apoyo al equipo debe ser incondicional desde hoy hasta final de temporada. Y también al nuevo entrenador, porque solo así, remando todos en la misma dirección, se puede salvar el estatus de ACB. Lo que pasó este año, con pitos ya en el primer cuarto, no se puede repetir más. El equipo necesita el apoyo que tuvo al final de la pasada temporada en los partidos contra el Gran Canaria, el Tenerife o el Andorra». Dicho esto, el recado fue para los jugadores: «Deben ser mucho más grupo de lo que son ahora. Solo así, todos unidos, podrán lograr el objetivo».
Mrsic vivió en Lugo muchos y buenos momentos, pero no duda a la hora de destacar uno. «Me quedo con el partido de la pasada temporada ante el Andorra en casa, que era una final de verdad», confesó el estratega croata, sorprendido por el apego a Lugo y a los lucenses con el que se marcha. «Una ciudad que nunca imaginé que pudiera robar mi corazón y en la que dejo muchos amigos a los que, por cierto, olvidé de mencionar en mis agradecimientos. Parece que en Lugo no hay vida más allá del ámbito del baloncesto y sí lo hay. Siempre que vuelva lo haré con muchas emociones», añadió. Preguntado por sus peores momentos en Lugo, su sentido del humor apareció por primera vez: «¿Los peores momentos? Buff... Muchos más que los emocionantes. Cuando pierdes un partido es un momento malo; cuando no haces buen entrenamiento es un momento malo... Pero siempre había cosas buenas que tapaban estos momentos malos y con ellos me quedo».
El entrenador de Split destacó, además, que culmina su etapa en el Breogán con la sensación del deber cumplido y sin dejar tareas pendientes. «Creo que hemos cumplido con todos los objetivos en función de nuestros recursos económicos y de infraestructuras. Estoy orgulloso de lo que conseguimos», afirmó Mrsic, arropado por todos los miembros de su cuerpo técnico y despedido con un sincero y emotivo aplauso de todos los presentes.