
Creó algunas de las más bonitas melodías del country-rock americano de los noventa al frente de The Jayhawks. Los abandonó, volvió con ellos en el 2011 y los volvió a abandonar echando pestes de Gary Louris, su media naranja musical. Ahora llega junto a su esposa Ingunn Ringvold con el ego hinchado y un puñado de grandes canciones. Aunque, en el fondo, todos echemos de menos su pasado
30 oct 2015 . Actualizado a las 12:36 h.Mark Olson se quiere reivindicar. Aprovecha el formato de entrevista por cuestionario para hacerlo. Saca pecho de su presente y de su pasado, aunque no se le pregunte directamente por ello. Y le lanza dardos a su excompañero Gary Louris, con quien estuvo en Santiago en la reunión de The Jayhawks en el 2012, poco antes de volver a disolverse otra vez.
-Lo conocimos cuando estaba en The Jayhawks por Hollywood Town Hall (1992) y Tomorrow The Green Grass (1995). ¿Tiene buen recuerdo de ellos?
-Claro. Muchos de los temas que escribí para Tomorrow The Green Grass están todavía en nuestro set list. También canciones de Hollywood Town Hall. Han pasado años y mucha carretera, pero canciones como Blue o Two Angels están ahí. Siguen sonando maravillosas.
-¿En su día le generó frustración saber que podían ser masivos y no llegar a serlo?
-No, ese tipo de cosas nunca me han resultado frustrantes. Yo siempre estoy concentrado en las letras, las melodías, la poesía y los sonidos imprevisibles. No tengo ni idea de lo que los relaciones públicas dicen de las cosas años después. Desde mi punto de vista están perdiendo el tiempo volviendo una y otra vez sobre esquemas improductivos de promoción. Y ahora, además, tengo la compañera musical más increíble de toda mi vida. Ingunn Ringvold es la mejor cantante e instrumentista con la que he trabajado jamás.
-¿Se arrepintió alguna vez de haber abandonado?
-Gary y yo tuvimos una discusión para no usar el nombre sin que estuviese la otra persona. Rompió ese acuerdo dos veces [se refiere a sus salidas en 1996 y 2013]. No escribiré o cantaré con Gary Louris nunca más en mi vida.
-Debutó en solitario con The Salvation Blues (2007) ¿Se ha sentido realmente salvado por la música?
-Hay un tema en ese disco, titulado Clifton Bridge. Los responsables de Clifton Bridge en Bristol me escribieron. Me contaron que se había arreglado una cabina telefónica gracias a esa canción. Las cabinas telefónicas ya no existen, pero ellos estaban arreglando una en Bristol porque yo escribí una tema. También diría que hice las letras y la mayor parte de la música en los álbumes de The Jayhawks, Blue Earth, Hollywood Town Hall, Tomorrow The Green Grass y Mockingbird Time. Ahí hablo de mi familia, de mi forma de afrontar los problemas, de amor y esperanza. No encontrarás eso en otros discos, excepto en los míos. Empecé con los Jayhawks en 1984 con Caleb, no con Gary, ni con esos otros tipos. Mi madre sacó la primera foto promocional de la banda. Ahora estoy reparando, construyendo y creando mi persona-cabina de teléfonos. Soy un gran músico, y mi esposa Ingumm también. Vive y camina conmigo
-Siempre se dijo que era la parte melancólica de The Jayhawks. ¿Es verdad?
-No soy nostálgico ni melancólico. Estoy completamente interesado en el hoy, en la naturaleza, en la gente que me rodea, y en crear mi senda musical. Soy una persona muy activa físicamente a la que le gusta la acampada y pasear por la naturaleza. Pero sí que era el más poético de los Jayhawks. Por alguna razón que desconozco nací con un instinto natural para encajar melodía y armonía.
-Su último disco Good-bye Lizelle es melódico pero al tiempo algo enrarecido.
-Este es el único álbum en la historia que suena de este modo. Suena a nosotros. Lo grabé en un grabador portátil mientras esperábamos el visado de Ingunn. Pasaron cinco años hasta que ella pudo venir a América. Tengo un hogar en Joshua Tree. No pudimos pisarlo en esos años. Nuestra búsqueda de hogar electrificó el álbum.
-Un tema en concreto, Running Circles, tiene hasta un punto místico. ¿De dónde viene?
-Es porque sé que existe una realidad paralela a la que percibimos. La música es parte de la llave que abre la puerta para ver y entender el mundo en toda su plenitud. El instrumento principal es el Armenian Qanon. Estuvimos en Armenia siete semanas esperando el visado.
Conciertos
VIGO. La Iguana Club. 30 de octubre. 23.30 horas. 8 / 10 euros
OURENSE. Café Pop Torgal. 31 de octubre. 21.30 horas. Entradas agotadas
SANTIAGO. Teatro Principal. 1 de noviembre. 20.30 horas. 10 / 12 euros