La actriz visitará A Coruña, Santiago y Vigo con «Mi lucha».
24 mar 2017 . Actualizado a las 06:00 h.Aunque no lo parezca, a Antonia le da pánico entrar en un sitio y llamar la atención, por eso en su próximo viaje a Galicia vendría camuflada y de relax. La actriz confiesa que lo que más ilusión le haría de su próxima visita a A Coruña, adonde llevará su obra de teatro Mi lucha, sería encontrarse con Luis, un chico que conoció en clase con veintitantos. Y no rehúye la polémica con Jorge Javier Vázquez.
-Es tu cuarto espectáculo unipersonal. ¿No da más impresión salir sola?
-También me gusta hacer teatro con otra gente, lo que pasa que como es un formato que me inventé hace treinta años y me funciona... Tampoco dependo de que un actor después tenga que hacer otra cosa y no pueda irse de gira, puedo elegir las piezas, ensayar como quiero, a la hora que quiero o pasar los textos. Tiene muchas ventajas. El inconveniente es que al estar sola es como un salto sin red.
-Pero tú eres echada para adelante.
-En el escenario sí, pero fuera soy muy tímida y muy insegura. Totalmente, además, la gente se cree que no pero cuando llego a los sitios hasta procuro que no me reconozcan y siempre pido lugares donde no llame la atención. No me gusta nada llamar la atención.
-En la obra reflexionas sobre varias situaciones a las que tenemos que enfrentarnos en la vida.
-Sí, sobre el mito de la maternidad, sobre la mujer como objeto cuando la sociedad le pone fecha de caducidad... sobre muchas cosas.
-¿Cuál es realmente tu lucha?
-Mi lucha es por la cultura, por el pensamiento, porque la filosofía no sea una maría y la religión sea obligatoria... Por todas esas cosas que estamos viviendo en una sociedad bastante estupidizada.
-¿Y ese momento copla?
-Más que cantar copla lo que hago es ironizar con el chovinismo que padece todo el mundo con su tierra, con su comida y con su madre. Toda esa cosa endogámica que parece que como su tierra no hay ninguna y que cuando llegamos a un sitio todo el mundo te pregunta: «¿Y qué te parece mi tierra? ¿Has probado no se qué?». Me río un poco de eso, es casi un poco enfermizo.
-No te voy a preguntar si vas a comer pulpo entonces, ¿pero tienes algún vínculo por Galicia?
-Sí, sí, claro que voy a comer pulpo. Ja, ja. Y además tengo ganas de ir a Galicia en un viaje de ocio, no de llegar, actuar e irme al día siguiente. Y vínculo sí que tengo. Hace años cuando llegué a Madrid conocí a un chico de A Coruña que era compañero mío de curso y se llamaba Luis. Siempre tuve ganas de encontrarlo. Igual sabe quién soy y me viene a ver, ojalá.
-¿Das por muerta a Estela Reynolds?
-Sí, fue una etapa y estoy muy agradecida al personaje, pero le dije al director que tampoco daba mucho más de sí y que caía ya en lo repetitivo. Como el mismo director reconoció que también lo veía así, fue como un acuerdo mutuo.
-Sabes dar un paso atrás cuando toca.
-Siempre, es lo que se llama inteligencia emocional. Una cosa es lo que uno quiere y otra cosa es lo que debe hacer. Es como un amor, si una persona te quiere y te gusta y te atrae mucho y te pone mucho sexualmente pero no te conviene, hay que ser inteligente como para apartarte.
-En «Mi lucha» también haces de choni que está todo el día viendo «Sálvame» en el sofá. Tu relación con ellos no es muy buena.
-Yo con Jorge Javier Vázquez no tenía ninguna relación, porque en su momento me había humillado junto con Jordi González. [Le llamaron Antonio, recordando la duda sobre su feminidad por su papel de transexual en «Todo sobre mi madre»]. De todas maneras, yo nunca he formado parte de ese tipo de prensa.
SUS RECOMENDACIONES
UN LIBRO: «Farándula», de Marta Sanz. «Me lo regalaron y fue el último libro que leí. Me encantó», dice San Juan.
UN DISCO: «En la memoria de la piel», de Rosana. Aunque le encanta la ópera y la música actual, se queda con este álbum de su paisana.
UNA PELI: «La la land», del director Damien Chezelle. También le gustó «Jackie», pero se decide por la banda sonora del musical y su historia de amor.