La actriz de «La La Land» da el salto a la tele en una serie de Netflix que ha concluido rodaje en Nueva York. «Maniac» reinventa en la actriz mejor pagada el estilo de la inteligente, neurótica y divertida Annie, una «it girl» en la cuarentena
08 sep 2017 . Actualizado a las 11:36 h.Emma Stone, la actriz mejor pagada de Hollywood en el 2017, ha redoblado la actualidad de Annie Hall, y las ganas de felicitarle los 40 al personaje que encumbró a Diane Keaton. El rodaje en Nueva York de Maniac, nueva comedia negra de Netflix aún sin fecha de estreno, ha recuperado al icono que cambió las reglas en el 77 tras salir de la chistera de Woody Allen. Ya en el invierno del 2016, Ralph Lauren celebró los 40 abriles de Annie, alzando sobre la pasarela de Nueva York el lovely charm de Hall.
El modisto que salió del Bronx firmó algunos de los looks más emblemáticos de Diane Keaton en el papel de Annie Hall, que tomó su nombre de un alias familiar de la propia actriz y del apellido de su abuela. Otra parte del vestuario fue diseñada por Keaton, que llevaba su ropa al rodaje, despertando recelos en los jefes de vestuario. «Con eso no sales, ¡es horroroso!», llegó a decirle Ruth Morley, cuentan. «Dejadla, es un genio», intermedió Woody Allen. Diane Keaton, o Annie Hall, salió y venció.
Carne de psicoanálisis
La mujer más boho-grunge de Woody Allen parecía tener, además de un sentido práctico y casual de la igualdad, a Simone de Beauvoir y Adrienne Rich como fondo de armario. El pantalón XXL (¡esto sí es un corte boyfriend!), la camisa masculina de cuello bien tieso, el chaleco, la corbata, el sombrero de Chaplin, como de predicador «chanchi», la bolsa de rafia... y asomando una raqueta de Dunlop. Parece que lo estás viendo. Ese es también el estilo de las mujeres chic que se dejaban ver por las calles del Soho a mediados de los 70 (o el Ellen DeGeneres o Alexa Chung). «Hice lo que Woody dijo: [en Annie Hall] me puse lo que me apetecía, o mejor dicho, copié mis ropas de las que llevaban las mujeres elegantes que veía en las calles de Nueva York», revela Keaton en sus memorias Ahora o nunca, editadas por Lumen.
Diane Keaton, que siguió sacando partido en el cine a la «versión amable» de sí misma que es Annie Hall, asegura que su madre lo tuvo claro desde la primera vez que vio la película: «Vi a Diane, sus gestos, sus expresiones, sus trajes, su pelo. Toda ella». El aire masculino de Keaton, y de Hall, no es ligero. Alentada por Woody Allen («Yo era su ‘querida tontita’, él mi ‘cosita blanca’», confiesa), Diane tendió sus neuras en un diván. Y en esto también se parecen Annie Hall, Diane Keaton y Emma Stone, quien ha declarado que el teatro la ayudó a afrontar los ataques de pánico que sufría con 7 años.
La doctora Landau asoma en una de las escenas de Annie Hall. «[Ella] me introdujo en el concepto de ‘envidia del pene’ de Freud. [...] A pesar de lo mucho que lo intentó, y lo intentó mucho, nunca encontré un hogar en los brazos de un hombre», leemos en las memorias de Diane Keaton (read it!)
Cuarenta años después, sin tener el calado de Maridos y mujeres y Otra mujer o el ritmo cómico de Misterioso asesinato en Manhattan, Annie Hall nos sigue pareciendo «ideal» (por usar uno de sus adjetivos). Recuerden... «¡Marca el 991, es la patrulla langostera!».
McLuhan en la cola del cine, Sylvia Plath en el salón, una langosta asesina, la insatisfacción como estado vital. Cuántas cosas nos flipan y compartimos con Annie a sus 40. En los ochenta, nominada sin éxito por Rojos, Diane Keaton recuerda que se vio de pronto, tras el Óscar, «como una estrella mediocre. Decidí no lanzar una línea de ropa Annie Hall», dice irónica.
A Annie Hall se da un aire Emma Watson, pero es Emma Stone la que toma en pantalla el relevo de su rebeldía casera y su tralla mental en Maniac.
El amor se desvanece. Pero Annie Hall sigue llevando los pantalones