No queda otro remedio que recurrir al tópico: Teté, de «Los Serrano», se ha convertido en una prometedora actriz que, junto a Fernando Guillén Cuervo, aborda en «Oleanna» un tema de actualidad máxima: el acoso sexual
01 dic 2017 . Actualizado a las 20:01 h.Ella asegura que lo cortó como pudo. La actriz Natalia Sánchez (Madrid, 1990) se refiere a un episodio de acoso sexual en el pasado del que no ha querido dar más detalles, pero que reveló la semana pasada en medio de la oleada de anuncios similares que se están produciendo en el star system de todo el mundo, azuzados por las acusaciones al productor cinematográfico Harvey Weinstein. En el caso de Natalia Sánchez, conocida por el gran público por su papel de hija menor de Belén Rueda y Antonio Resines en la serie Los Serrano (2003-2008), esta revelación tiene un significado especial, pues actualmente gira por España con la adaptación de la obra original de David Mamet y dirigida por Luis Luque, Oleanna, en la que, junto a Fernando Guillén Cuevo, representa el duelo entre un profesor universitario y una alumna disconforme con su nota y en la que, entre otros asuntos, se trata el acoso sexual, el abuso de poder y el machismo más o menos encubierto.
-Aunque la obra original tiene 25 años, esta adaptación llega a Galicia más vigente que nunca...
-Es que los temas que toca están siempre de actualidad, en el caso del acoso sexual sale ahora a la luz, pero lleva ahí desde siempre.
-En «Oleanna», en todo caso, hay muchos grises, no víctimas y verdugos absolutos.
-Sí. Es el público el que finalmente decide. Cada persona que la ve tiene una opinión diferente. Además, hay varios temas de fondo polémicos. También está el de la educación universitaria, un asunto de gran importancia porque, al fin y al cabo, es el futuro de mucha gente, el caldo de cultivo de nuestra sociedad.
-Acostumbrada como estaba a otro tipo de personajes, tanto en la televisión como en el teatro… ¿no sintió un escalofrío al tener que ponerse en un papel más complejo?
-Me dio mucho respeto, porque es cierto que se trata de un papel complicado. Mientras actúo tengo que estar muy concentrada, para no soltar al personaje ni un segundo. Tener a mi lado en este trabajo a Fernando Guillén Cuervo también suponía una responsabilidad añadida, pero al mismo tiempo me dio mucho ánimo. La verdad es que siempre he tenido mucha suerte con mis compañeros.
-No es habitual que una actriz que logró el éxito de niña consiga consolidar una carrera de adulta. Usted lo está haciendo.
-Ha sido algo muy progresivo. He tenido la suerte de poder trabajar siempre y lo demás ha ido evolucionando de una manera natural. Con los años, además, tu implicación en la profesión aumenta y también es importante recibir una buena formación.
-Desde los tiempos en los que «Los Serrano» triunfaba con esa receta clásica y amable de asuntos familiares, las series de televisión han sufrido un gran cambio. Y hemos pasado del «boom» de las cadenas privadas al «streaming». ¿Cómo contempla el panorama actual?
-Las nuevas series me encantan. Todo tiene que evolucionar y son un reflejo de los cambios sociales que han producido. Series como El cuento de la criada me encantan. Y luego está la posibilidad de que puedes verlas cuándo y cómo quieres. En el camino se ha perdido la ceremonia de ponerte ante la tele un día a una hora determinada, pero se ha ganado mucho.