Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El gran milagro de Dunkerque

TEXTO: HÉCTOR J. PORTO

FUGAS

El libro de Anthony McCarten que fundamenta el filme protagonizado por Gary Oldman narra los difíciles y decisivos días que vivió el primer ministro Churchill en mayo de 1940

26 feb 2018 . Actualizado a las 11:47 h.

Acababa de acceder al cargo de primer ministro como consecuencia de la desastrosa situación en que se hallaba la guerra, con los tanques nazis avanzando sin titubeos sobre Europa occidental, ya afirmados sobre las fronteras de Holanda, Bélgica y Francia. Era mayo de 1940. La delicada posición del Ejército británico desplazado en tierras galas había provocado la renuncia de Chamberlain, desautorizado por sus políticas insistentemente dirigidas durante la década de 1930 a sentar las bases de la paz con Alemania (y ahora en una ridícula evidencia). Él no estaba hecho para el conflicto bélico. Así llegó Churchill al poder, imponiéndose al otro aspirante, Halifax -también convencido de la necesidad de lograr la paz casi a cualquier precio-, y pese a sus desatinos militares como primer lord del Almirantazgo durante la Primera Guerra Mundial o en la reciente campaña de Noruega, sus excesos de personalidad y su preocupante querencia por la bebida. Churchill jamás aceptó negociar con dictadores, e incluso apostó abiertamente por la guerra si se trataba de defender las libertades y la independencia de la nación británica. Ahora, en el Número 10 de Downing Street, vivía jornadas aciagas: no solo estaba perdiendo en el campo de batalla sino que más de 300.000 soldados de los suyos estaban quedándose atrapados en la línea costera gala. Los Países Bajos invadidos, la caída de Francia en ciernes... Y la Luftwaffe reinaba en los cielos. Los ingleses intentaban proteger los puertos de Calais y Dunkerque, pero la velocidad imprevista del avance nazi amenazaba la supervivencia aliada.

Empezó entonces a manejarse -con Halifax a la cabeza- la propuesta de sondear a los alemanes para firmar un tratado de paz y salvar los muebles. Incluso se trató de que Mussolini mediara ante el Führer. Churchill jugó con la posibilidad de negociar un armisticio, pero solo para contentar a Halifax y sus partidarios. En el fondo, sabía que el precio que tendría que pagar Gran Bretaña era inasumible. Apenas dejaba deslizar que si Alemania ofrecía un acuerdo razonable estaría dispuesto a estudiarlo. La rendición belga no ayudó a mejorar la situación de las tropas en suelo francés, cada vez más desamparadas.

Con sus famosos discursos apelando al patriotismo, a la lucha hasta el final, hasta la última gota de sangre, Churchill disolvió a sus críticos como un azucarillo, y logró el respaldo de políticos de muy diferente filiación y del pueblo de toda condición.

Los puertos franceses habían sido inutilizados por la aviación nazi. La evacuación era una necesidad urgentísima. Gracias a su creatividad, Churchill ideó y puso en marcha un gigantesco operativo que implicó navíos de la Armada y cualquier tipo de embarcación privada (veleros, yates de recreo, lanchas a motor, barcos y botes de pesca, salvavidas de trasatlánticos, remolcadores, mercantes, lo que fuera). Debían cruzar el Canal de la Mancha, arribar a las playas, recoger soldados y regresar a los muelles de Dover. Fue la llamada operación Dinamo -que recrea el filme de Christopher Nolan Dunkerque-. Pero no todo era pura inspiración en el milagro de Dunkerque. Para que todo saliese adelante la defensa de Calais hubo de mantenerse hasta límites suicidas, con el sacrificio inevitable de miles de soldados franceses y británicos, como la heroica guarnición del brigadier Nicholson. También contribuyó a la viabilidad de esta inédita treta militar -casi 340.000 evacuados con éxito- la extraña inacción de Hitler, que evitó el bombardeo masivo sobre las dunas y tan peculiar flotilla.

El escritor Anthony McCarten narra los difíciles días que cimentaron el mito de Churchill en su libro El instante más oscuro (editado en castellano por Crítica y que sustenta la película rodada por Joe Wright y protagonizada por Gary Oldman), que reconstruye la historia a través de la investigación de diarios, actas, cartas, discursos, testimonios y documentos de la época.