Lolita Flores se sube al escenario del Teatro Colón, de A Coruña, para interpretar «Fedra», una tragedia que habla de una mujer que no acepta su destino y que se aplaudió a rabiar en el pasado festival de Mérida
23 feb 2019 . Actualizado a las 09:05 h.Al principio Lolita es seria, tanto que parece que se defiende de las preguntas con tópicos. Menos mal que tarda poco en regalar alguna risa y frases lapidarias sobre el amor o el teatro que dan muchas ganas de verla convertida en Fedra, una mujer que se entrega a su pasión y se revuelve contra su destino. La oportunidad será el día 23 en el Teatro Colón de A Coruña (20.30 horas).
-¿Es más de comedia o de tragedia?
-Me gusta todo, me da lo mismo, aunque son diferentes. Estoy cómoda cuando disfruto lo que hago y tengo grandes compañeros, como sucede esta vez con Fedra.
-Esta obra se estrenó en el festival de teatro de Mérida, ante público fan de los clásicos... ¿En la gira nota que van a verla por ser Lolita, sin reparar en el texto?
-Sí, claro, pero de eso no me entero. Yo veo el teatro lleno, no sé si vienen por la obra, por Lolita Flores o porque está Juan Fernández o Tina Sainz, Críspulo Cabezas, Michel Tejerina o Eneko Sagardoy en su momento. A los que vengan les doy las gracias...
-Al final los clásicos hablan de sentimientos bien vigentes.
-El amor loco siempre es actual, es el día a día. Y el texto que ha creado Paco Bezerra es poético, pero muy de ahora...
-Incluso para ponerse en la piel de una mujer que enloquece por su hijastro...
-Hay historias para todos en la viña del Señor, eso está claro [risas].
-En Mérida y en el resto de la gira las críticas le ponen un diez, al igual que a la música...
-La música acompaña a los personajes y al texto, no es una canción al uso, ni demasiado protagonista, pero también va contando la historia, como nosotros.
-¿Le gustó convertirse en «Fedra»?
-Me gustó mucho, porque con Fedra descubrí que podía hacer tragedia.
-La gira la lleva todas las semanas a lugares como Narón, donde estuvo hace nada, Carballo y después más lejos, al sur. ¿Es duro ese trajín?
-Las giras siempre son duras, vas de un sitio a otro y los viajes siempre cansan. Es que a veces cansa mucho más que la hora y media de función, porque en el escenario te olvidas de todo.
-¿Hay algo de los teatros que no soporte?
-Los olores y las corrientes de aire de algunos camerinos, que nos dejan mudos.
-¿Y de los públicos?
-Unos siempre son más majos que otros.
-¿Por el lugar?
-No tiene por qué. A veces lo que los hace diferentes son los días de la semana, sucede en algunas ocasiones que la gente de los jueves es más fría o resulta que sales a una función entre semana y te sorprende y están más emocionados que los del fin de semana.
-¿Hay algún un día maldito?
-Los lunes y los martes, por eso descansamos. Y son días muy buenos también para poder vivir tu vida y ocuparte de la gente que quieres.
-La primera vez sobre un escenario fue en Ferrol... Difícil de imaginar.
-Pues sí, fue en O Val, al lado de Ferrol. A Galicia he ido muchas veces, he trabajado en Lugo, Ourense, Vigo, O Cebreiro... Me la he hecho entera, es que llevo 43 años en esta profesión. No solamente en teatro, cuando cantaba me permitió saborearla bien.
-¿Tiene en mente un capricho para darse el sábado en A Coruña?
-Toda la comida gallega me parece espectacular: el lacón con grelos, el marisco, el queso de tetilla, las filloas... me gusta todo.