Una visita guiada invita a seguir los pasos de las dos mujeres del «primer matrimonio sin hombre»
02 ago 2019 . Actualizado a las 13:49 h.Paseamos por los rincones de un amor prohibido. Por los escenarios de una historia que podría haber ocurrido en cualquier parte, pero se desarrolló aquí, entre Dumbría y A Coruña. Nos detenemos en esta ciudad, en la que se enamoraron y casaron las protagonistas del romance que ha dado la vuelta al mundo con la película de Isabel Coixet. La podemos ver en Netflix o leer en el libro en el que se inspiró la cineasta, el del investigador Narciso de Gabriel. Esta vez proponemos vivir una experiencia distinta. Pisar los parajes que marcaron al primer matrimonio sin hombre.
La ruta, que organizan el promotor cultural Xosé Ramón Novoa y la guía turística oficial Guadalupe R. Martín, brinda esta posibilidad. Un recorrido por aquella Coruña que conocieron Marcela y Elisa. Dos referentes, sin pretenderlo, del movimiento LGTBI «Son personajes atractivos para la historia, los visitantes sienten interés por conocer sus vidas», cuenta Lupe, la conductora de las visitas. Su trabajo por Europa le ha permitido constatar la popularidad de la pareja. Desde Rusia hasta Marsella. «Fueron dos mujeres que hicieron lo que no se esperaba de ellas», explica así esta fascinación Lupe.
Paradas obligadas
Hay que ponerse en contexto. Finales del siglo XIX y comienzos del XX, la boda fue en 1901. La ciudad no escapó a las transformaciones que recorrían Europa. Aquí también llegó el tren, se abrieron las murallas para la expansión de la urbe y el estilo modernista conquistó a los arquitectos mientras coletazos del movimiento feminista dejaban su impronta en las cigarreras, unas pioneras en la lucha por los derechos laborales. Un joven Pablo Picasso estrenaba en 1895 su primera exposición en la calle Real mientras el fotógrafo José Sellier (el mismo que inmortalizó su casamiento) proyectaba los filmes de los Lumière y se disponía a rodar su propia cinta. A Coruña era un puerto de comerciantes donde la alta burguesía imponía los cánones, el periodista de La Voz de Galicia Alejandro Barreiro seguía la pista de las dos maestras y Emilia Pardo Bazán dedicaba un ensayo al coraje del travestismo de Elisa.
La plaza de María Pita, aún sin el pazo municipal pero sí, entonces, con la Escuela Normal en la que coincidieron en la década de 1880 y con la redacción histórica de La Voz, que destapó el engaño de Mario (Elisa vestida de hombre); la iglesia de San Jorge, donde se casaron; la calle San Andrés, donde se ubicaba la pensión Corcubión en la que pasaron la noche de bodas, o la plaza de España, cerca de la que vivían los padres de Marcela, son algunas de las paradas. También el local Bordello. «Es el fin del viaje, donde Miguel, su coctelero, da una charla sobre las bebidas que tomaban las mujeres en aquella época -ellas brindaron con jerez en la boda- y sirve un combinado especial para los asistentes», indica Novoa.
Los personajes, las localizaciones y el contexto histórico son tres de los ingredientes de un tour que dura algo menos de dos horas, ocupa tres kilómetros y se celebra los sábados. Las reservas se pueden realizar aquí: www.elisaymarcela.com.