En sus reflexiones con Manolo Tarancón, el músico comparte cómo se crio con música latina y cómo reaccionó contra eso en la adolescencia
29 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Después de interrogar en formato XXL a Ismael Serrano y Jorge Ilegal, la editorial Efe Eme se detiene ahora en la trayectoria de Xoel López. Preguntado por el periodista y músico Manolo Tarancón, el coruñés revisa su trayectoria, haciendo continuas escapadas a su infancia y los recuerdos asociados a la música. «Sé que eres de allí y la pregunta puede parecer obvia. ¿No te parece Galicia como muy especial?», le dice el periodista al poco de arrancar. Xoel le explica lo que significa la palabra enxebre y cómo eso se aplica a la música, a la ropa, la comida o un lugar. También que es un anclaje para abrirse, proponer cosas y, al tiempo, mantener lo propio. «Es una riqueza que tenemos aquí», le explica.
A partir de ahí, repasa sus viejos proyectos, como The Riddlers, The Covers o Elephant Band, todos ellos crecidos al amparo de la mitomanía sixties. «Había gente que se reía, incluso amigos. Un insulto recurrente, en plan mofa, aunque para mí no lo era, se daba cuando nos llamaban Beatles», recuerda. Todo eso fue antes de arrancar el proyecto que abriría otra vía en el indie español en paralelo a la ya trazada de Los Planetas. Fue con Deluxe, cantando en castellano y tirando de brit-pop, música negra y el espíritu híbrido de artistas como Beck. Después, pasándose al castellano y perfilando una personalidad que cada vez necesitaba menos muletas. Y, por último, explotando ya a nombre de Xoel López una de las trayectorias más brillantes del pop en castellano de la última década.
Por ahí, dando constantes saltos en el tiempo, pasando de una cosa a otra e intercambiando impresiones de músico a músico sobre el oficio de hacer canciones, van sucediéndose las explicaciones y confesiones, los gustos y los disgustos, pero sobre todo un movimiento muy particular. En sus reflexiones Xoel habla de cómo se crio escuchando cantautores y música latina en su casa, de cómo reaccionó contra ello en la adolescencia abrazándose a lo anglosajón y cómo, de mayor, todo aquello se recuperó en su etapa americana. «Atlántico es una mezcla entre la fascinación por lo nuevo y la revisión de mi propio pasado», dice en referencia a su particular cima, editada en el 2012.
Con ese dibujo el pop ganó a un artista imprescindible que junta lenguajes y experimenta sin olvidar nunca la luz melódica del género. En estas páginas se intenta explicar el porqué. Pregunta a pregunta. Y respuesta a respuesta.