El sevillano, medio hombre, medio guitarra, ofrece este domingo en Noia su primer concierto tras el confinamiento. Medio blues, medio flamenco
21 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.No es Raimundo Amador de los que se amilanan a las primeras de cambio. Aunque ahora, cumplidos los 61, confiesa ciertos temores. «Soy vulnerable por mi edad, porque tuve una angina de pecho, soy hipertenso y tengo bronquitis crónica. Pero a mí no me ha parado nadie en la vida, no me va a parar el coronavirus tampoco». Y lo dice justo antes de montarse en una furgoneta para cruzar la península y dar el que será su primer concierto tras el confinamiento.
-Viene a un festival de blues. ¿Es un género que sigue interesando?
-Siempre habrá gente a la que le siga gustando el blues, pero ahora el rollo del reguetón, del rap y de la música electrónica está dando muy fuerte. Pero vamos, que yo me adapto. Yo he tocado con Dellafuente, que hace trap, y era una locura como se ponía la gente. Pero es que el blues... Es que al final toda la música viene de ahí. O de antes, de África. De ahí sale todo. Y yo estoy abierto a todo porque en todos los estilos hay música buena. Y luego hay otra que me duele el oído.
-Le he escuchado decir que la gente está resfriada del oído.
-Sí, cada vez hay más gente resfriada del oído. Esa frase es muy mía.
-Tiene 13 nietos, ¿qué música escuchan?
-Pues también andan un poco resfriados [se ríe]. Escuchan mucho reguetón. Y yo me peleo con ellos. Me enfado. A mí me gustaría que escuchasen a Jimi Hendrix, a Billie Holiday, a Camarón, a la Perla de Cádiz… Pero es que no saben ni quienes son. Solo están con el rollo ese, meneando el culo con el reguetón.
-Para demostrar eso de que está abierto a todo tipo de músicas basta con ver su currículum de colaboraciones.
-Pues sí, hasta con Björk, fíjate. Pero es que la Björk es un encanto, tío. Hace de todo: pop, jazz, flamenco, árabe… En un tema te mete de todo. Eso sí que es fusión. Pero mira, la primera vez que yo colaboré con Björk, cuando acabé de grabar las guitarras para su disco vi que estaba llorando. Y yo pensé: «Hostia, si los esquimales no lloran. Será que no es esquimal cien por cien» [se ríe].
-¿Por qué en las redes se apoda «Raimundo Amador Camaleón»?
-Es que hay muchos perfiles falsos con mi nombre. Los quiero quitar pero Facebook no me hace caso. Entonces me hice uno nuevo y yo es que soy muy camaleónico.... Incluso en la cocina, ¿sabes?
-¿Ah, sí? No solo hace fusión en la música. ¿También en la cocina?
-Sí, también. También hago cocina de fusión. Invento cosas. ¿Qué puede pasar, que no me guste? Pues lo tiro y ya está. Pero generalmente me salen cosas muy ricas.
-¿Hay algo que le dé realmente miedo?
-Tocar flamenco puro. Y lo hago, ¡eh! Pero el flamenco ortodoxo me da muchísimo respeto. Yo siempre he sido muy moderno pero ahora cada vez tiro más para atrás, porque estoy viendo que se está perdiendo eso. Toco soleás, seguirillas, tarantos, bulerías… pero no como se tocan ahora, sino como se tocaban antes.
-Y tocar blues ortodoxo, ¿también le impone respeto?
-También, sí. Yo recuerdo, hace muchos años, estar en un festival con Jerry Portnoy, el armonicista que iba con Muddy Waters, y con Hook Herrera y lo único que les hacía eran los canutillos. No me atreví a coger la guitarra siquiera.
-Pero después tocaba de tú a tú ni más ni menos que con B.B. King.
-Con B.B. King le eché dos pares.
-¿Qué le da la guitarra flamenca y qué le da la eléctrica?
-Las dos me han dado mucho. Pero a mis niños los he criado con mi Gerundina, esa es la verdad. Después, a partir de que empecé a tocar con B.B. King, ya tocaba con las dos. Pero con la que yo realmente siento que hago cosas que no hace todo el mundo es con la flamenca. Yo toco la guitarra flamenca como si fuese una eléctrica, ¿sabes? Y en eso mi hermano Rafael y yo fuimos los primeros.
-¿Vendrá con Gerundina?
-No, la Gerundina ya solo la uso para las grabaciones. Ahora tengo una Gerundina hija que también suena estupenda.