Juan Carlos Cambas: «Todos los artistas que están en el disco lo están por algo»

Llegó Juan Carlos Cambas a Galicia, desde Argentina, en el 2002. Medio siglo antes sus padres habían hecho el camino a la inversa. Y es en ese tránsito de ida y vuelta, con todo el bagaje emocional y cultural que acarrea, donde sienta los fundamentos conceptuales y musicales de A Viaxe, un ambicioso proyecto en el que ha empleado diez años y del que ahora edita su primer volumen en forma de disco con 18 canciones. Entre ellas aparecen grandes clásicos del folclore latinoamericano (zambas, malambos, cuecas, milongas...), temas inéditos y otros cuya autoría corresponde a los propios colaboradores. Treinta y uno participan en el disco. De la talla de Silvio Rodríguez, León Gieco, Juan Carlos Baglietto, Kepa Junkera, José Sacristán, João Afonso, Uxía o, por supuesto, Dulce Pontes, de quien Cambas fue pianista durante una década.

­—El disco semeja, antes que nada, un puente entre dos culturas.

—Quienes hemos tenido que salir de nuestro país sabemos lo que eso conlleva de desarraigo, de descontextualización, de choque de culturas… Sí, el disco es un homenaje a todos esos que vamos y venimos… Un proyecto que busca borrar fronteras, igualarnos gracias a la música. Y es que, al final, cuando voy a Argentina me dicen gallego y cundo estoy aquí soy el argentino. Entonces, o perteneces a los dos lados o no eres de ninguno.

—Ha empleado diez años en hacer este disco.

—Sí, primero porque la idea conceptual es muy compleja y ha ido evolucionando y tomando forma propia con el tiempo. Y segundo, porque económicamente yo me hecho cargo de todo. De pagar los arreglos, los estudios de grabación, la edición del disco… Y eso me lleva tiempo conseguirlo. Pero así y todo, aunque hubiese tenido todo el dinero junto no habría sido tan fácil elegir a las personas indicadas para cada uno de esos temas. Porque no se trataba de sumar artistas famosos por sumar. Todos están por algo.

—¿Por quién empezó?

—José Sacristán fue el primero que grabó. Yo buscaba dos actores para recitar dos poemas. Quería uno español pero que fuera muy conocido en Argentina, que fuera como nuestro, y fue José Sacristán. Y uno argentino que fuera muy querido acá, que va a ser Héctor Alterio, que ya grabó y aparecerá en el disco 2.

—La nómina de colaboraciones abruma. ¿Cómo consiguió que todos esos grandes artistas participasen en el disco?

—Hay dos factores que me ayudaron mucho. El que en mi anterior disco yo tuviera una canción grabada con Mercedes Sosa, que es un mito a quien todos los músicos veneran. Y el haber sido el pianista de Dulce Pontes durante diez años. Creo que gracias a esos dos hechos fue más fácil que los artistas empatizasen, ya no conmigo sino con el proyecto, se involucrasen con él y dijeran que sí.

—A los de España los conocemos bien, pero de los de Argentina, ¿a quién destacaría?

— Pues mira, León Gieco es un icono en Latinoamérica. Piero llena estadios de fútbol. Juan Carlos Bagliettto es una leyenda del rock nacional. Suma Paz es la gran cantora de la Pampa. Walter Ríos fue el bandoneonista de Mercedes Sosa. Nahuel Penisi es ganador de un Grammy Latino… Y luego hay un montón de artistas con muchísimo talento pero que non han destacado tanto todavía.

—Y la colaboración de Silvio Rodríguez, ¿cómo surgió?

—Contacté a través de redes sociales con la flautista de su grupo. Que después resultó que también era su mujer, Niurka, pero entonces yo no lo sabía. Le propuse que cantase La Vida, un tema suyo que es un viaje por nuestra propia existencia. Tardé tres meses en que me contestara. Finalmente me dijo que Silvio estaba interesado. Le mandé los arreglos de piano y después de un mes sin noticias, de repente una mañana tenía la voz de Silvio en el correo. Unos años después nos conocimos personalmente. Fui a actuar con Dulce a Cuba y pasamos toda una mañana con él. Es una persona increíble.

—Y, claro, Dulce Pontes no podía faltar en «A Viaxe».

—Obviamente. Para mí es una artista única. Solo la podría comparar con Mercedes Sosa. La conocí en el 2010 tras un concierto que ofreció en Pontevedra. Le di mi disco y ella me dio uno suyo. Una semana después me invitó a ir a un recital que daba en Portugal y allí le propuse participar en mi proyecto. Unos meses después actué con ella a Argentina. Allí grabamos Vamos Nina, la canción que aparece en el disco. A partir de ahí me propuso formar parte de su banda y durante diez años he tocado con ella por todo el mundo.

—Imagino que en este disco hay muchos sueños cumplidos, pero ¿cuál es su colaboración soñada?

—Tengo muchas. Viajando con Dulce he conocido artistas con los que tengo unas ganas de grabar enormes. Hay un chico griego, Thodoris Voutsikakis, que me flipa como canta, un montón de músicos turcos, un pibe argentino que hace música judía que se llama Gastón Saied… Hay tanta gente en el mundo para grabar…

—Llama la atención que no cite a nombres más conocidos.

—Yo invito a mis colaboradores porque me enamoro de lo que hacen. Es cierto que he grabado con artistas muy famosos pero también con muchos músicos a los que apenas nadie conoce, pero a los que admiro o son amigos.

—«A viaxe. Dende Arxentina ata Galicia» es el primer disco del proyecto. ¿Cuál será el segundo?

—Se va a llamar A Viaxe: Dende Galicia ata Arxentina. Va a estar más centrado en artistas y en músicas gallegas. Pero ya tengo exceso de temas. Tengo 22 grabados y aún me falta casi toda la parte latinoamericana. No sé… Tendré que hacer un disco 3 (se ríe).

—¿Habrá también colaboradores de lujo?

—Sí, hay nombres que todos conocemos pero de momento prefiero no adelantar nada. Todavía me quedan algunos por cerrar.

—¿Habrá gira «A Viaxe»? ¿Llevará este disco al directo?

—Ojalá. Mi idea original era presentar este disco en puertos. Unir con la música puertos atlánticos. Pero con el tema de la pandemia no sé si se podrá hacer. En cualquier caso sí espero poder hacer conciertos este verano e ir contando en ellos con algunos de los invitados que participan en el disco. Obviamente, con todos no va a poder ser.

---

---

---