Javi Cantero: «Si no me preguntas por El Fary, me habría parecido mal»

c. crespo

FUGAS

cedida

El flamenco, el blues, el rock, el reggae y el funk comparten surco y emociones en «Las alas del alba», el nuevo disco del músico madrileño, que se siente orgulloso de sus raíces

25 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni pesa ni es un lastre. Trece años después de su muerte, la figura de El Fary sigue presente cada día en la vida de su hijo, Javi Cantero, quien cree que su padre estaría satisfecho con la evolución de su carrera. Una evolución que lo ha llevado a acercarse sin complejos al blues, al reggae o al funk, sin abandonar nunca sus raíces flamencas. Su más reciente disco, Las alas del alba, el séptimo ya de su trayectoria, es un fehaciente ejemplo.

­-Dices que este es un disco conceptual, ¿cuál es la idea que da sentido al disco?

-En este disco las canciones se unen unas con otras y todo tiene un sentido. Por eso, ahora que se lleva mucho eso de pinchar en Internet la canción que quieres, yo recomiendo a la gente que escuche este disco de principio a fin. Son temas que van muy relacionados y todo está dentro del mismo mundo.

-El flamenco sigue siendo la base pero en el disco hay rock, blues e incluso funk. ¿Es el Javi Cantero de hoy en día una mezcla de todo eso?

-Musicalmente sí me reconozco camaleónico, la verdad. A la hora de componer procuro sentirme libre y dejar que salgan las cositas que llevo dentro en cuanto a las vivencias musicales y a las personales. Las mezclas que me salen salen de manera natural. No son estudiadas ni premeditadas.

-¿Qué músicos te han despejado el camino, te han abierto la cabeza?

-Yo vengo del flamenco. Lo primero que me estremeció y que me hizo querer dedicarme a esto fue escuchar a Camarón. Luego fui descubriendo muchos otros dentro del flamenco. Y finalmente otros géneros que me han tocado los costados, como el reggae o el blues. Tengo influencias de Bob Marley, me gusta Stevie Wonder, La Paquera de Jerez, Jarabe de Palo, Manu Chao... Y un montón de amigos músicos que de repente tocan algo y dices: «Hostia, quiero investigar por ahí». Nunca dejó de sorprenderme.

-En «Funkyzofrenia» planteas un diálogo entre tu yo más salvaje y el más prudente. ¿Quién suele ganar?

-Creo que los dos tienen que ir caminando de la mano: el más impulsivo y el más prudente. Y, realmente, en mi caso no sé quién gana ni cuál es mejor ni peor.

-¿Cómo son las alas del alba?

-Son esas donde uno se refugia. Yo soy mucho de la noche, de la luna, las estrellas... Y del amanecer. Muchas veces me refugio ahí y me siento a gusto.

-Hace unos años hiciste un parón en tu carrera discográfica porque decías que no querías que pensaran que te querías aprovechar de la memoria de tu padre.

-Cuando mi padre falleció, yo tenía terminado el disco Sin pedrigrí. Pero no estaba con el ánimo de sacarlo y tampoco quise hacerlo para que nadie pensara que lo hacía con el ánimo de aprovechar el tirón de lo que había pasado. Así que preferí esperar y sacarlo más tarde. Y estoy muy contento porque a raíz de ese disco es cuando he empezado a sentir mi camino musical, cuando he empezado a expresarme como realmente siento la música y cuando he podido compartir mi música con muchos artistas a los que admiro.

-¿Hasta qué punto sigues teniendo la figura de tu padre presente?

-La tengo muy presente. Han pasado 13 años y sigue muy, muy presente. Yo creo que no ha habido un día en el que no me haya acordado de él. Por una foto, por un amigo, por una entrevista, por una canción, porque voy a la calle y me lo recuerdan... En todo lo que hago hay parte de él porque es de donde vengo, mi sangre.

-¿Él vería bien un disco como este, en el que te acercas al funky o al reggae?

-Sí, sin duda. Uno de los temas que más le gustaban del disco Sin pedriguí era Recordando a Bob, que es un reggae. A él le gustaba que yo investigara en otras músicas. Por desgracia, ya no puedo saber que opinaría de este, pero tampoco yo me puedo centrar en eso. Yo procuro hacer lo que siento lo mejor que puedo.

-Él nunca fue de ceñirse a los cánones.

-¡Qué va! Él fue de los primeros en mezclar la copla y el flamenco con aires muy nuevos. Y, sobre todo, tenía una manera de interpretar las canciones y de cantarlas que era única.

-Se advierte mucho orgullo, pero no sé si a veces te cansa un poco que te recordemos constantemente a El Fary.

-No me cansa nada. Al revés, si no me preguntas por El Fary, me habría parecido mal. Me gusta que me lo recuerden porque me siento orgulloso de donde vengo y de lo que soy. Y soy hijo de José Luis Cantero Rada y de Concepción Olmedilla Corralo. Ese es mi mayor orgullo.