Andrés Suárez: «Yo no puedo caerle bien a mi ex y a mi novia a la vez»

FUGAS

M.MORALEJO

El ferrolano llega esta noche a Santiago a lo grande. Por primera vez tocará el material de su último disco en Galicia con toda su banda

08 nov 2022 . Actualizado a las 13:44 h.

Se muestra totalmente encendido Andrés Suárez por el concierto que dará hoy dentro del ciclo Perseidas de O Son do Camiño (Santiago, Monte do Gozo desde las 19.45 horas, entradas desde 31 euros) en un triple cartel con Xoel López y Sabela. «Es emocionante hacerlo en un año Xacobeo complicado para todos, pero que apuesta por la música en directo. Vamos con el bandón y los técnicos a jugar en casa, que es un paraíso», dice.

 ­-Es decir, que esta noche en Santiago va a desarrollarse un concierto como los que estaban planificados para la gira de «Andrés Suárez» antes del coronavirus.

-Sí, el disco iba a salir en marzo del 2020, que ya es tener mala puntería. La pandemia obligó a detenerlo todo. Absolutamente. Mis músicos y mis técnicos se tuvieron que quedar en casa, viendo cómo pasaba la vida. Ahora, por fin, sí, me voy con todo el equipo, con invitado sorpresa de lujo, con las luces, todo... Desde que empezó esta pesadilla de la pandemia solo pude hacer un concierto así en Madrid, pero no en mi tierra. Por eso va a ser muy emocionante. Creo que va a ser algo memorable. Es volver a hacer las cosas a lo grande. Es como una llamada a lo de antes. Parece que estamos volviendo. Benditas vacunas, bendita ciencia, bendita medicina. A mí no me gusta llamarla antigua normalidad. Es la normalidad. Estamos volviendo a la vida y eso son señales de ello. Eso sí, un concierto hecho con todas las medidas de seguridad, distancia y demás, pero en el Monte do Gozo para celebrar la vida y que estamos saliendo de esto.

­-Si no hay seguridad, ya sabemos que se baja del escenario y no da el concierto. Vimos cómo lo hizo en Vigo.

-Sí, qué pena que eso me hubiera pasado en casa. Pero es muy importante recalcar que fue un caso aislado. Una cosa es que haya un promotor así y otra que el resto no lo hagan bien. No pueden pagar justos por pecadores, ni por uno miles. La cultura es segura porque hay cero contagios. Pero además de músicos, hay oficinas de management, hoteles, restaurantes y de todo. No pueden pagar el resto de gente por lo que haga una persona. Los conciertos de Santiago son totalmente seguros, invito a que la gente vea las medidas. Hacerlo mal ahora supondría dar un paso atrás. Y eso no se va a hacer.

­-En el cartel están también Xoel López y Sabela, completando un trío de estrellas gallego. ¿Qué piensa de ellos?

-Los admiro profundamente. Para mí es un lujo compartir escenario con ellos. A Xoel lo escucho desde Deluxe. Con Sabela tuve el privilegio de hacer una canción a medias. Son dos colegas y dos artistazos.

­-¿Tiene la sensación, como tantos, de estar recuperando un verano perdido?

-¿Sabes lo que pasa? Que todos hemos perdido algo por el camino. Hemos perdido un otoño, un invierno, una primavera... Mi suerte es que he podido hacer cosas, porque hay compañeros míos que no han podido tocar. Y eso sí que es duro. Yo hice 40 y pico conciertos el año pasado. Por eso no tengo la poca vergüenza de venir a llorar. Te estaría engañando.

­-¿Hubo que remangarse para ello?

-Claro, yo no puedo llevarme a la banda a una terraza de 90 personas. Se llama economía. No puedo pagar a los músicos como si fuera a tocar para 900. Ahora bien, llevo tocando con guitarra y voz desde los 14 años y tengo 38. Entonces, yo cuando hablaba con mi oficina les decía: «Sacadme a tocar, porque yo lo puedo hacer así también. Lo llevo haciendo toda mi vida». He tenido que volver a los orígenes en todos los sentidos.

­-Hace un año en una entrevista en YES hablaba con transparencia de las canciones del disco. ¿Le ha llamado pidiendo explicaciones esa exnovia a la que usted le dedicó una canción a su hija?

-[Risas] Me mola la pregunta y te la contesto encantado. Me han pasado solo cosas buenas porque jugué con la verdad. Cada vez veo más ánimo de agradar en compañeros artistas. Cada vez la gente pretende vender y gustar en el teatro, en la literatura y la canción. Yo no puedo caerle bien a mi ex y a mi novia, ni a la gente de extrema derecha y la de extrema izquierda a la vez. No puedo agradar a todo el mundo. Cuando te mojas, a alguien no le vas a gustar y alguien te va a poner a parir. Y, en ese sentido, llevo un año y pico durmiendo de puta madre.