Paco Plaza, director de «La abuela»: «Visité muchos geriátricos en Galicia, eso me sensibilizó»
FUGAS
Es número uno en taquilla con una película que nació de su vivencia del alzhéimer en una tía y en parte de su rodaje de «Quien a hierro mata» en Oleiros. Le gusta sentir miedo desde niño. «Mi helado favorito era el Drácula», confiesa
06 feb 2022 . Actualizado a las 21:19 h.Viendo las pesadillas que fabrica Paco Plaza (Valencia, 8 de febrero de 1973) con ingredientes de la cruda realidad, una tiene la certeza de que el terror, más que en el aire, está dentro de nosotros. No es la mano de Dios, sino la de nuestros demonios, la que nos agita y nos hace temblar.
«El terror está dentro de nosotros y dentro de nuestra sociedad y de nuestras casas. El elemento terrorífico funciona bien cuando aparece en un campo insospechado, como puede ser la casa de tu abuela», señala el director de REC, Verónica y Quien a hierro mata, que lidera la taquilla con La abuela. Lo que debería ser un espacio familiar, cálido, de confort y seguridad, un refugio, se convierte en un territorio inquietante. «Si en el fantasma está en casa, siempre da más miedo».
—«La abuela» que te crio puede ser la que devore tu vida. Es un planteamiento valiente y aterrador. ¿Cómo surgió?
—Por un lado, viví la enfermedad de una familiar muy cercan que me hizo enfrentarme a esa sensación que supongo que tiene todo el que está en una situación similar: esa en la que una persona que ha sido importante en tu vida no es que muera, pero ves que ya no está, desaparece en vida. Por otro lado, cuando estuve rodando Quien a hierro mata en Galicia, visité muchísimos geriátricos y conviví en Oleiros con muchos residentes y mayores en Oleiros. Eso me sensibilizó sobre cómo estamos, en esta sociedad hedonista y acelerada, dejando de lado a los mayores. Los mayores deberían ser el centro de nuestras vidas. Su sabiduría, su experencia de la vida, la estamos perdiendo.
—La película muestra el lastre de los cuidados y el contraste entre el mundo bastante virtual de la juventud y el crudamente real de los geriátricos.
—No queremos ver la vejez, no queremos asumir el paso del tiempo, no queremos que los mayores estén en nuestro campo de visión para ignorar lo inevitable. Preferimos eliminarlos de la vida activa. Hoy hay una glorificación de la juventud y de la belleza. Siempre pienso que, si vinieran a vernos unos extraterrestres que conocieran nuestro mundo solo a través de las películas, de las series, de la publicidad, pensarían: «¿Pero qué ha pasado aquí, por qué la gente es tan distinta, tan diversa?». La hegemonía del discurso en pantalla se ha centrado en gente muy joven y muy guapa.
—Almudena Amor impresiona, pero Vera Valdez, a sus 85 anos, incluso más.
—Cuando estás con Vera, ves todas las mujeres que ha sido. Eso me lleva a pensar que cumplimos años, pero quizá no dejamos de ser quienes fuimos. Con Vera he aprendido el valor que le dan los mayores al momento presente. La biografía de Vera es apasionante, ¡da para una serie de varias temporadas! Yo en San Sebastián le decía: «¿Qué, Vera, lo has pasado muy bien en la vida, eh?». Y ella decía: «Y muy mal también». Me fascinó su ilusión por venir a Madrid a los 85 años a rodar una peli de terror con alguien a quien no conocía en un idioma que no es el suyo. ¡Yo quiero ser así! Quiero envejecer sin dejarme ir, con esas ganas.
—El alzhéimer es otro gran demonio que nos acecha en «La abuela».
—Cuando te enfrentas a alguien cercano que tiene alzhéimer, ni él te reconoce a ti ni tú a él. Es atroz esa desaparición en vida. Es ese momento que ves esa mirada que dices: «Hostia, no sabe quién soy, pero yo tampoco sé quién es ella». De este dolor arranca la película.
—¿Es una película de venganza?
—No fue la intención, pero con la pandemia han cambiado cosas. La palabra abuelo, por ejemplo, tiene hoy otro significado. Sí, la película puede verse como una venganza de los ancianos contra una sociedad que no les cuida, que no les mima.
—¿La verdadera película de terror es la vejez, la realidad demográfica española?
—Sí. La realidad siempre da mucho más miedo que la ficción. A mí lo que me da miedo de verdad es ver las noticias. Cuando me dicen: «No soy capaz de ver pelis de miedo», digo: «¿Pero no ves las noticias?».
-Ya te verás en tu abuela, te dicen. Eso hace pensar en la película el momento del espejo, en que la nieta se ve en el cuerpo de su abuela.
-El espejo se convierte en una especie de viaje en el tiempo. La nieta ve el futuro y la abuela el pasado, lo que ella fue. Con los años te vas dando cuenta de que, en realidad, llevas a tus abuelos y tus padres dentro.
—¿Cuándo le sedujo el cine de terror?
—Siempre me gustó... No sé de dónde viene mi gusto por lo oscuro, por lo macabro. De pequeño mi helado preferido era el Drácula, con eso te lo digo todo...
—¿Cambian los miedos con la edad?
—Sí. A cierta edad, como dicen en una película de Paco León: «Empieza a morirse gente que no se había muerto nunca».