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Lidia García, autora de «¡Ay, Campaneras!»: «La copla nace para acompañar en las tareas domésticas»

FUGAS

cedida

El pódcast de la albaceteña, donde reivindica la copla, la zarzuela y el cuplé, que fue toda una revelación en la pandemia, da el salto al papel

11 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante el confinamiento, Lidia García (Montealegre del Castillo, Albacete, 1979) decidió grabar un pódcast dedicado a la copla, al cuplé y a la zarzuela. Esa grabación, que empezó haciendo desde el baño de su casa para tener menos ruido, acabó convirtiéndose en toda una revelación de la pandemia. Más de una veintena de episodios en los que repasa estos géneros y desgrana secretos y anécdotas que despojan a esta música de todos los prejuicios, y que ahora acaba de recoger en un libro con el mismo nombre, ¡Ay, campaneras!

 ­—Nos has redescubierto estas canciones, había que sacudirles el polvo que tenían encima para sacarlas de nuevo, ¿no?

—Yo creo que sí, se lleva muchísimo tiempo trabajando en este sentido. Si hablamos de copla, por ejemplo, en los años 70-80, voces autorizadas como Vázquez Montalbán, Carmen Martín Gaite, Carlos Cano o Martirio empezaron ese camino, ese polvo del que hablas, pero todavía tenemos que seguir andando por ese senderico.

­—Hablas de la copla como esa fiel compañera de escoba y fregona. ¿Nace con esa finalidad?

—Nace de ahí, realmente yo conozco estas canciones porque las cantaba mi madre mientras estaba haciendo las cosas de casa. A partir de ahí, me intereso por ellas, y justamente esa conexión es la que me atrae, ese hasta qué punto esas labores de cuidados han estado olvidadas, y precisamente la música, que de manera más tradicional se ha cantado mientras se hacían, también se ha visto sometida a cierta invisibilización.

­—¿Qué hay detrás de estas canciones? ¿Son la resistencia femenina?

—No únicamente eso, porque hay muchísimas historias. Estamos hablando de contextos históricos completamente distintos, y precisamente lo que me interesa es qué cuentan las canciones que entonces se escuchaban de esos momentos. Es una manera de aproximarse, no a la historia con mayúsculas, que tan a menudo estudiamos, sino a la intrahistoria: qué sentía la gente, qué les conmovía... Al ser de contextos distintos, las historias son muy diferentes, pero es cierto que siempre son ambivalentes. Por ejemplo, en la copla tenemos un discurso totalmente patriarcal, pero luego las protagonistas son mujeres que se salen de los cánones, que son castigadas... Y en esas luces y sombras es donde me interesa detenerme.

­—No hay un perfil de mujer.

—Hay muchísimos tipos de mujeres diferentes, y muchas maneras de reaccionar ante la vida y ante las dificultades. De la copla siempre nos llama la atención el amor, y muchos de los problemas de la copla vienen dados por la pobreza, y se está contando una historia de clase social subyacente. Las mujeres de estas canciones reaccionan de muchas maneras: desde la que se queda llorando, bordando pañales al pie de la cuna de un niño sin padre hasta la que coge, se va y acuchilla al que la dejó embarazada. Y también me parece interesante hasta qué punto las mujeres en un momento en el que no podían decir muchas cosas en voz alta canalizaban a través de estas canciones cómo se sentían en una sociedad que las tenía completamente subyugadas.

­—Ya hay referencias lésbicas...

—Sí, sí. Es una diferencia notable la que vamos a encontrar con los cuplés de principios de siglo, o incluso de los años 30, inmediatamente anteriores a la guerra, encuentras referencias al amor entre mujeres, como en Se dice, que cantaba Conchita Piquer, que después van a ser imposibles con la dictadura. A través de estas canciones se trasluce la propia historia del país.

­—¿Sigue vigente hoy en día la copla?

—Yo creo que sí, pero es que soy muy optimista con las cosas que a mí me gustan, creo que hay cierto interés y lo veo reciente. Tenemos a Diana Navarro, a Buika, a la Shica, Rodrigo Cuevas, se arranca con una copla de vez en cuando... Yo creo que hay interés y que tirará pa´lante.

­—¿Cuál te parece la copla más transgresora?

—En las canciones de principios de siglo cercanas al cuplé, encontramos canciones como Se dice, que habla de relación entre mujeres, pero en la copla, Compuesta y sin novio siempre me ha parecido muy transgresora porque se toma el atajo del humor para colar los discursos. Juanita Reina y Miguel de Molina cantan que estaban mejor compuestos y sin novio, que para qué tener marido, casa, suegra... en un momento en el que, sobre todo para las mujeres, el matrimonio y la maternidad eran los únicos caminos posibles.