
La exitosa autora sueca de novela negra regresa a las librerías con «Antes de que lleguen las nubes» (Ediciones Maeva), el primer título de una serie ambientada en Andalucía
19 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Es de carcajada sonora, habla alto y sus palabras surgen rápidas y divertidas en un español casi perfecto. «Me encanta España», confiesa la escritora superventas. Mari Jungstedt (Estocolmo, 1962), cercana y espontánea, es periodista de profesión y presentó las noticias en la mayor cadena de la televisión sueca: «Llegué a la literatura casi por casualidad. Cuando comencé a escribir la primera novela de la serie Gotland, Nadie lo ha visto, nunca imaginé que lograría publicarla y jamás pensé que seguiría con la saga escribiendo 16 títulos más. Es un sueño hecho realidad». Tras más de veinte años de carrera literaria, para Mari Jungstedt escribir sigue siendo un reto: «Cada nueva novela supone empezar de cero, los éxitos anteriores no cuentan». Hoy regresa con Antes de que lleguen las nubes, primer título de una nueva serie protagonizada por el inspector de policía malagueño Héctor Correa y la profesora sueca Lisa Hagel, que «se encuentran y colaboran para resolver un caso en el que todas las pistas apuntan al robo de niños durante la época franquista».
—En esta novela incluyes temas como la pérdida de un ser querido, los secretos del pasado o la infidelidad en torno al nudo de la historia principal, un asesinato.
—He creado esta nueva historia en varios planos con Málaga y sus costumbres como escenario de fondo. La intriga del asesinato es el núcleo principal, pero las vidas de los personajes, con sus dificultades personales, van salpicando la historia. Para mí, observar cómo va cambiando su relación es muy emocionante.
—Has vendido seis millones de libros en veinte países de tu serie de suspense Gotland. ¿Qué significa para ti el éxito?
—Que mis libros obtengan el reconocimiento de los lectores es un sueño hecho realidad. He escrito veinte novelas en veinte años y sigo pensando que es un privilegio, algo casi irreal o fantástico, contar con el cariño del público. De hecho, cuando veo a algún lector en alguna playa malagueña leyendo una de mis novelas me hace tanta ilusión que suelo acercarme, presentarme y le propongo firmarle la novela. Es un regalo.
—Dicen de ti que eres la reina de la novela negra.
—No le doy importancia a las críticas ni sigo todo lo que escriben sobre mí. Los primeros años, sí me importaba lo que publicaban sobre mí y miraba en Google, pero ahora solo espero la respuesta de mis lectores. Por eso, cuando dicen que soy la reina de la novela negra... bueno, seré una de las reinas, porque hay varias.
—¿Aún te sigue dando vértigo publicar una nueva historia?
—Para mí, escribir es un desafío, porque cada nueva novela tiene que tener una buena historia detrás, con personajes sólidos y cambiantes y con giros y sorpresas. Y nunca sabes con certeza si lo que estás escribiendo atrapará a los lectores o se cansarán.
—¿Y echar la vista atrás impone?
—¡Jajaja! Te voy a confesar algo. Cuando debuté con 40 años con mi primera novela, vivíamos cerca de un lago y les dije a mis hijos que si me publicaban el libro, algo que siempre vi inalcanzable, correría desnuda alrededor del lago. Es una promesa que nunca he cumplido y todavía hoy me siguen recordando que no cumplí.
—¿Tus hijos te leen?
—Sí, por supuesto. Mis hijos ya son mayores, tienen 29 y 30 años, son mis más fieles lectores y siempre me dan su opinión acerca del desarrollo de la historia. Me comentan: «Esto no funciona, mamá».
—¿Por qué escribes?
—Para entretener y emocionar, pero sobre todo me interesa contar cómo lo que vivimos durante la niñez y la juventud nos afecta especialmente en la etapa adulta, porque en el fondo somos muy frágiles y vulnerables. Si no se cierran bien las heridas y cicatrizan, eso vuelve una y otra vez.
— Entonces, ¿el pasado siempre regresa?
—Nos podemos liberar del pasado si entendemos nuestra historia y la aceptamos. Si hemos tenido una vida dura o nos ha pasado algo difícil, es importante aprender y curar para continuar. Yo estoy afectada por mi niñez. Mi padre era alcohólico, había problemas en casa y sufrí bullying. Ahora, como adulta, creo que he aceptado mi historia, me he perdonado y he perdonado también a mis padres. Ahora puedo vivir la vida que quiero.
—¿Escribir te ha ayudado también a sanar tus heridas?
—Sí. Escribir me ha ayudado a superar algunos episodios difíciles de mi vida. El sexto libro de la serie Gotland, El ángel oscuro, abordaba la complicada relación que tuve con mi madre, que ya falleció. Fue una novela terapéutica. Si además, puedo ayudar a algún lector que haya vivido alguna experiencia dura, me siento agradecida y satisfecha.
—¿Cómo es la auténtica Mari Jungstedt, la mujer anónima, no la autora superventas?
—Soy muy sociable. Me encanta disfrutar de la familia y los amigos, me apasiona conversar y me siento muy a gusto cuando estoy en pleno contacto con la naturaleza: caminando entre los árboles y navegando en el mar. Me confieso una mujer alegre y feliz y que procura disfrutar del día a día.
—Pasas largas temporadas viviendo en nuestro país. ¿Qué te gusta de la cultura y la forma de vida española?
—Me encanta su gente, porque sois abiertos, extrovertidos y miráis de frente. Además, el clima es maravilloso, con esos preciosos cielos azules y esa luz que lo inunda todo. Y de Galicia, tierra que visité con apenas 18 años en compañía de una amiga, me quedo con su gastronomía. Recuerdo su rico marisco con sabor a mar.