Deborah Ayo, cantante de Freedonia: «Compusimos una canción con letras que nos enviaron nuestros fans»
FUGAS

Nacieron en el 2006 y desde entonces se han convertido en un referente de las músicas negras en España. Se presentan el 29 en el Teatro Colón en ciclo metropolitano de música por la igualdad «Elas son Artistas»
27 sep 2022 . Actualizado a las 11:25 h.Son una rareza dentro de la industria musical. Graban sus discos a partir de crowdfundings y bajo la licencia de Creative Commons. Es decir, cualquiera puede reproducir su música si no es con fines comerciales.
Esta asociación cultural de soul es, en palabras de algunos expertos, uno de los mejores grupos de directos de España. En noviembre del 2019 lanzaron Conciencia, un álbum en el que la música es «un arma para despertar». Al igual que con los álbumes anteriores, sus canciones siguen expresando su interés por la libertad, el respeto y la igualdad.
«Es necesario que haya abanderados para defender estos temas de igualdad. Todavía hay camino que recorrer para cambiar las cosas», asegura Deborah Ayo, vocalista de la agrupación.
—¿Podríamos hablar de un retroceso,en términos de igualdad y dignidad?
— Obviamente, a lo largo de la historia las cosas han cambiado para bien, pero, ¿sabes qué pasa? El humano es el único que tropieza dos veces sobre la misma piedra. Entonces la cuestión es que se nos olvida mirar atrás para ver las bases que hemos construido y evitar cometer los fallos que estamos volviendo a cometer a día de hoy. En Europa, en general, está habiendo mucho levantamiento extremista que da un poquito de miedo, pero para eso estamos nosotros, para recordarle a la gente que hay que despertar de ese letargo y hacer algo al respecto. Siempre desde el amor y el respeto.
— Hablemos un poco del trabajo creativo, ¿cómo se da el proceso de creación atravesado por un «crowdfunding»?
— Nuestros seguidores sienten el proyecto suyo y al final nos han ayudado a sacar la maravilla de álbum que tenemos. Es música para compartir y gracias a ellos hemos podido hacer el disco que hemos hecho. Incluso nos ayudaron a grabar; ellos nos enviaron letras y a través de las mismas hicimos una canción que se llama Good Things Together. Más felices y agradecidos no podríamos estar.
—La música mueve montañas, dicen…
— Yo estoy convencida de eso. La canción refleja lo que pasa con el álbum: cuando nos unimos hacemos cosas maravillosas y la gente se ha unido para que podamos crear este disco. Nos emociona mucho ver que la gente siente lo mismo que nosotros y lucha por las mismas causas. Pensamos que la música no hace nada, pero te pones una canción y ya verás como te cambia el ánimo. Esto es así.
— Además del «crowdfunding», también tienen la música con licencia abierta, ¿cómo ha sido nadar a contracorriente?
—La banda no quería estar bajo el paradigma de la industria musical, per se. Creemos realmente que la música debería ser algo libre. Cualquiera puede coger nuestras canciones y hacer algo que no tenga fines comerciales. Eso es un regalo, la gente nos ha apoyado con el crowdfunding y nosotros estamos devolviendo lo que nos han dado. Que comercialmente hablando es una locura, pues no sé, pero yo creo que hay mucho bien en dar, ¿no?
—¿Creen que la esencia de la música está desvirtuada?
—Esto es mi opinión. Yo entiendo que es difícil vivir de la música, y cuando lo logras es una alegría maravillosa, pero sí que es verdad que a veces se nos olvida por qué hacemos las cosas, y nos quedamos atrapados en el oro, en el brilli-brilli. Al final, todos tenemos algo que compartir en el mundo, un cometido. La gente al final se acordará del impacto que has tenido, y no tiene que ser en todo el mundo, a lo mejor en tu barrio tus vecinos escuchan tu canción y les cambia el día. Yo creo que últimamente a la mayoría de los artistas se les olvida su propósito, y por eso tenemos canciones que no tienen ningún tipo de sentido, que no te dicen nada, que no te alimentan el espíritu.
—¿Cómo logran poner de acuerdo a la banda entera con el ideal de la música libre?
—Cuando hay amor y respeto se puede solucionar cualquier cosa. Sí, somos un montón y obviamente en algún momento habrá tensión, puede haber discrepancias, pero siempre se solucionan, porque hay disposición. Por otro lado, la asociación también tiene un presidente que, de una u otra manera, está ahí para ayudarnos a solucionar los desencuentros.
— ¿Qué esperan del concierto de este jueves?
—Que seamos uno junto con el público, simplemente que sea una noche maravillosa en la que la música nos llene y nos vayamos diferentes a como hemos llegado al concierto. Yo creo que la música está para eso. Hacía tiempo que no íbamos a A Coruña, así que tenemos ganas de compartir. Siempre estamos encantados de volver.
—¿Qué se viene en el futuro para Freedonia?
— Suena a excusa, pero la pandemia ha hecho un poco de mella, así que hemos tenido que reajustar algunas cosas. Pero tienen que estar atentos, estamos trabajando despacito, pero bueno, con calma las cosas se cocinan despacito y luego salen deliciosas. Hay que dejar al público con ganas de más.