Bizarrap, el alquimista de Shakira se esconde tras unas gafas de sol

FUGAS

José Manuel Sánchez

El productor del tema de despecho de la colombiana contra Piqué es uno de los grandes fenómenos de la música urbana actual.

20 ene 2023 . Actualizado a las 09:30 h.

Hasta la llegada de Rosalía, se podía decir que Shakira ocupaba el puesto de gran estrella del pop latino. Solo Jennifer López la miraba de tú a tú. Muchos sostenían que se trataba del equivalente en lengua española a Madonna. Con cada lanzamiento despejaba dudas sobre su vigencia, adaptación al medio y agudísima capacidad de leer el mercado.

Ahora, esa figura arrolladora ha dejado la luz cálida de su último trabajo (El Dorado, del 2017, cuando aún se derretía de amor por Piqué) entrando en la habitación azul de Bizarrap para arremeter contra su ex. Es decir, se ha adaptado a su estética visual y sonora para hacer una BZRP Music Sessions, la 53. Sí, la canción que más ha sonado esta semana en España y el mundo no tiene ni título. Solamente, un número que indica que es una anilla más de una cadena que este talentoso productor argentino ha creado, revolucionando totalmente el modo de moldear la música. Hasta el punto de absorber a su universo a una superestrella como Shakira. Poniéndola en primer plano. Pero en el primer plano elegido por él y que se ha replicado en 53 ocasiones.

Esa imagen puede resumir el poder y la posición en la industria de Bizarrap, uno de los grandes fenómenos del pop contemporáneo. Se podía hablar de números, también. En el momento de escribir estas líneas (seis días después del lanzamiento) su colaboración con Shakira roza los 77 millones de reproducciones en Spotify y en YouTube supera los 146. Pero es que su aventura anterior con Quevedo (la sesión 52, popularizada como Quédate) ya lleva 950 y 428 millones, respectivamente. Y, seguro, en una semana todo eso se rebasará, dejando los números en simples indicadores abstractos de una dimensión que cualquier seguidor del pop actual puede deducir ante su omnipresencia. Bizarrap está en todas partes y por sus manos ha pasado la flor y nata de la música urbana latina, generando una ilusión de éxito a la que todo el mundo se quiere arrimar.

 Revisando la biografía de Gonzalo Julián Conde, el bonaerense de 24 años que cuando se pone sus características gafas de sol se convierte en Bizarrap, todo cobra sentido. Aficionado a la música desde niño, estudió márketing en la Universidad Argentina de la Empresa. También trabajó dos años en Warner, donde conoció a fondo la industria musical. Todo ello lo combinó con su afición de hacer bases para batallas de gallos, esas competiciones de raperos donde improvisan las letras de sus canciones. Si a esos tres ejes (publicidad, industria y música underground) le sumamos el talento y la audacia, encontramos el dibujo actual: el de un productor convertido en una marca comercial que garantiza modernidad, visibilidad y millones de reproducciones.

Ha quedado plasmado estos años en las BZRP Music Sessions, que abrieron el abanico de las BZRP Freestyle Sessions. Estas últimas nacieron ligadas a las mentadas batallas de gallos. Las otras, surgidas luego, incorporaron a todo tipo de artistas.

Con el tiempo, se han convertido en uno de los mejores catálogos para aquel que desee saber a qué suena el pop latino en este momento. Mucho antes de Shakira y Quevedo, ya habían pasado por su filtro artistas como Nicky Jam, Ptazeta, Anuel AA, Morad y Tiago. Pero sería la de Nathy Peluso (la 36) la que daría su primer gran pico de fama. Coló a Bizarrap en habitaciones juveniles de medio mundo.

También lo impulsó Residente, que escogió su sesión (la 49) para arrearle a J Balvin y viralizar los golpes dialécticos. Y Villano Antillano, una rapera transgénero que en la 51 arremetió contra sus detractores desde su colaboración. Todos esos temas son himnos para sus artistas, no cameos anecdóticos. Igual que ocurre ahora con Shakira, que ha puesto en sus manos este ajuste de cuentas que, ojo, podía ser peor. El productor asegura que quitaron las partes más fuertes.