Adelina Batlles, coleccionista de cartas inéditas: «Galdós usó un manuscrito de Pardo Bazán para escribir 'La loca de la casa'»

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La filóloga, que posee material de gran valor del canario y de la gallega, publica cómo doña Emilia le dirigió para triunfar en el teatro

07 abr 2023 . Actualizado a las 13:48 h.

Hace 40 años que Adelina Batlles viaja con una maleta roja. En ella siempre ha guardado unas cartas y material inédito de Pérez Galdós, además de alguna correspondencia de Emilia Pardo Bazán al escritor canario, así como un manuscrito que lleva por nombre El sacrificio. El tío de Adelina, Antonio Moreno Martín (Librería Granata, de Almería), uno de los grandes libreros de este país, ya fallecido, le hizo entrega en 1983 de todo este material bajo el nombre «legajos galdosianos», mientras ella estudiaba en la facultad de Filología. Poco se imaginaba que era un auténtico tesoro literario lo que tenía en sus manos. Aunque él ya se lo advirtió. Le dijo: «Te hago entrega de esta carpeta que seguro que te será muy útil porque tiene un gran valor literario». Y tanto. Porque todo este material «desordenado» que su tío le entregó y que Adelina tuvo que estudiar le ha permitido corroborar no solo la importancia de Emilia Pardo Bazán en la vida de Galdós, sino cómo ella llegó a introducirlo en el teatro y a guiarlo para que transformase Realidad en un drama.

En las cartas que Adelina tiene en su poder, Pardo Bazán dirige toda la operación para convertir la obra Realidad en escena. Desde enviarlo a su refugio cántabro para que se dedique en cuerpo y alma a transformar su novela hasta reunirse con los que serán los directores del drama: «Cité a mis dos directores de la Comedia, Vico y Mario [...] El lunes tuve el gusto de verles [...] Excuso decirte que levantaron al cielo las manos de placer y que salieron de mi casa decididos a estudiar el libro, a ver si aquello es escénico o no es escénico. Y hoy han vuelto, entusiasmados (sobre todo Mario) y sin más deseo que el de que te des la mayor prisa posible, y en la vacaciones que te tomes al venir acá, que ojalá sea prontito, traigas ya el drama hecho». Y prosigue la misiva de doña Emilia a Pérez Galdós: «Hemos convenido en los puntos siguientes: El drama tendrá cinco jornadas, como la novela. Vico será Orozco. Mario, Malibrán o el padre de Federico. Federico, Thuiler. Augusta, la Cobela. La Peri, la Martínez, y así seguirá el reparto. ¡Vico será un Orozco soberbio! Se pintarán las decoraciones como V. M. disponga y se arreglará la escena a su gusto y descordojo. Saldrá la sombra de Federico, al final, única sombra que creemos posible, pero esta hará un efecto maravilloso. El mismo Thuiller proyecta lo impapable, una luz misteriosa y rara. Ahora ¡porra! solo falta ponerse a telar, solo falta poquita cosa: el arreglo... auctoris. Será este drama el acontecimiento de la temporada».

Esta es una de las más de 50 cartas que acaba de publicar Adelina Batlles en su libro Benito Pérez Galdós, Cartas inéditas sobre el teatro, junto con otras cartas de Emilia Pardo Bazán. También aparecen misivas del escritor canario a su hija María y a Teodosia Gandarias, en las que siempre hay un telón de fondo común, el teatro de Galdós. Y de ahí la importancia de la escritora gallega en la obra dramática del canario porque la escena lo acompañará hasta el final de sus días y porque fue, gracias a la influencia de Pardo Bazán y a su insistencia, según comenta Adelina y queda acreditado en estas cartas, que él se adentró en la escenografía.

«El sacrificio», uno de los tesoros

Otro de los grandes tesoros literarios que esta filóloga tiene en sus manos es el manuscrito El sacrificio, que aparecía en esa carpeta que le dio su tío, y que Adelina atribuye a doña Emilia. La primera persona a quien le enseña este manuscrito es a Carmen Bravo Villasante, autora de Cartas a Galdós, de Pardo Bazán: «Yo pensaba que por la letra que tenía de las tres cartas [de la escritora] que era también de ella, pero no tenía firma. Y Carmen Bravo también me lo confirmó; me dijo: ‘Estoy convencida de que este manuscrito es de Pardo Bazán'», comenta Batlles, que además explica que un perito calígrafo le certificó que se trataba de la letra de doña Emilia.

Pero la coleccionista de cartas inéditas va más allá en este libro y analiza el paralelismo existente entre este manuscrito y la obra de Pérez Galdós La loca de la casa, la segunda obra dramática, que estrena en 1893. Con ello, quiere demostrar que el nivel de complicidad literaria entre ambos escritores era tal que la escritora gallega le envió este manuscrito a él para que le sirviera de ayuda. «Emilia Pardo Bazán por generosidad o bien porque se sintiera en deuda con él, o simplemente porque su admiración hacia Galdós era profunda y sincera, le envía el manuscrito. Este manuscrito lo usa Pérez Galdós como borrador para escribir su novela, que inmediatamente transforma en drama, una vez más influido por Emilia Pardo Bazán (La loca de la casa)», concluye Batlles. Para demostrarlo analiza las similitudes entre ambas obras. «Tienen como telón de fondo la misma temática, fondo y estructura (aunque Galdós vea oportuno transformar el diálogo dramático presentado en El sacrificio en un drama dividido de cuatro actos). En cualquier caso, coincide el nombre de los protagonistas y hermanas, la renuncia o el sacrificio, la entrada en un convento en favor de alguien o de algo, y la figura del padre», comenta Adelina en su libro. Porque ella no tiene dudas de que Pardo Bazán «es la precursora y visionaria del teatro reformista de Pérez Galdós» y que la relación entre ambos fue más allá de una aventura amorosa y pasional; «su admiración y afinidad literaria se mantuvo hasta el final de sus vidas». «Galdós tenía entre sus pertenencias este manuscrito y lo utilizaría como borrador para escribir La loca de la casa», comenta Batlles.

También, en el libro que publica esta filóloga aparece cómo era el Galdós padre, y la pasión que sentía por su hija. Al igual que el Galdós familiar, político, amante, pero en todas las cartas su teatro era el hilo conductor de las misivas. Otro de los tesoros que Adelina ha guardado con celo durante cuarenta años en esa maleta roja ha sido el manuscrito de El pórtico de la Gloria, que Pérez Galdós escribe a la Real Academia Española al no dejarle formar parte de esta institución en un primer momento, aunque luego sí lo lograría: «En 1988 no puede entrar en la Academia por la intransigencia de algunos académicos. Años más tarde lo logró. Por eso escribe este cuento, basado en la mitología clásica, como represalia a sus críticos».

Asimismo, entre la documentación entregada por su querido tío aparece un diario de viaje por Europa de 1888, que Adelina está segura de que ambos escritores realizaron en secreto y que para ella es fundamental, porque les permitió afianzar su relación: «Después de ese viaje es cuando tienen la costumbre de mandarse borradores». Y recuerda también que, en aquella reunión con Carmen Bravo Villasante, ella le dijo: «‘Si compruebas los pasajes que apunta Galdós en ese diario con las cartas que yo publico de doña Emilia, ¡bingo! Es con total seguridad, como pongo en el prólogo, que aunque nadie lo supiera en la época, esta pareja de pájaros [como ella los llamó cariñosamente] se escapan y dan el esquinazo europeo. Se van por Europa juntos sin que nadie lo sepa'».

Máxima pasión, máxima influencia

Para Adelina, ese viaje supone «la máxima relación pasional, pero, sobre todo, la gran influencia de doña Emilia en don Benito». «Ella lo convence para que se meta en el teatro. Ve en la obra Realidad (Galdós) elementos escenificables para estrenarse en el teatro y le presenta a los actores, los lleva a su casa, le dice a cada uno qué papel debe tener...», aclara. «Realidad se estrena por ella, empujado por doña Emilia. Él, abrumado por el éxito de esta obra, le comenta que tiene en mente escribir otra. Y ahí es cuando creo que Pardo Bazán escribe El sacrificio y se lo da a Galdós —comenta—. Esta obra no aparece publicada en ningún lado, pero tiene los mismos elementos y gran paralelismo con La loca de la casa, segunda obra de teatro de Galdós, estrenada en 1893 con muchísimo éxito. Coinciden los nombres de los protagonistas, los personajes son prácticamente los mismos, la temática...».

Adelina lleva toda su vida dedicada a estos manuscritos y cartas, desde aquel día que su tío le dio esa carpeta llena de papeles: «Esa maleta ha sido parte de mi vida. Toda la vida cambiándome de ciudad con los legajos de mi tío dentro. Tú no sabes la cantidad de movimientos que ha tenido que hacer esa carpeta», comenta.

La filóloga reconoce que está segura de que su tío «desde el cielo» le está dirigiendo el trabajo: «Él pensaba que yo, habiendo hecho Filología, le iba a sacar mucho partido. Mi tío compraba de todo. Me los dio para trabajar y para que se publicasen porque esa era su ilusión», explica. «Era una carpeta enorme que contenía el diario de los viajes por Europa, El sacrificio, dos cartas de doña Emilia del principio de la relación entre los dos, el manuscrito de La campaña del maestrazgo correspondiente a los Episodios Nacionales, correspondencia de amigos diputados de Galdós, 49 cartas a su hija María y correspondencia con Teodosia Gandarias, su último amor, con 64 años. Una serie de cosas maravillosas».

Y tanto, Adelina, y tanto.