Todos los hombres perversos que caben en «Mi marido»

FUGAS

Rumena Bu?arovska, autora de «Mi marido».
Rumena Bu?arovska, autora de «Mi marido».

Los cuentos de Rumena Buzarovska le hacen un Lucien Freud al matrimonio

14 abr 2023 . Actualizado a las 22:23 h.

Cuesta más decir su nombre, y retenerlo, Rumena Buzarovska, que leer de un trago sus cuentos. El tedio conyugal se disipa, con observaciones que detonan la sorpresa: «Mi marido tiene una amante. He aquí cómo me enteré: antes de meter sus pantalones en la lavadora, suelo revisar los bolsillos». Un clásico. Pero hay vuelta de tuerca, un hiperrealismo absurdo, en Mi marido, uno de los grandes fenómenos recientes de la literatura europea. Así se vende. Y al leerse gana sentido la frase, matices en cada cuento. Provoca la elección del título, Mi marido; no sugiere lo que luego te encuentras. Hay un descaro emocional cachondo en esta autora, poligamia literaria en estos cuentos, que le hacen un Lucien Freud al matrimonio. Interesantes ejemplos de hombre los que aquí campan, que desnuda con humor cruel y punzante Rumena. Estas relaciones son de miedo... No hay peor fantasma que un marido poeta o que un ginecólogo con ínfulas de artista que va con la vanidad a pincel suelto. Poco cuento hay de terror gótico que supere la desventura de un esposo adúltero, como el de uno de los relatos. O la de tener por marido a un respetable embajador que para pegar un cambio mueve los cuadros de pared o le echa a su vodka habitual unos cubitos de hielo. Todos los hombres perversos, y alguna esposa infiel, insufrible, deprimida, alterada o perversa (y amigas, madres, pobres hijos que no son lo que esperamos, nidos vacíos...) caben en Mi marido.

Once maridos, uno por cuento, cuenta con humor negro esta novedad de Impedimenta en la que las leyes de la literatura desbrozan la tierra acostumbrada de las relaciones de pareja y se imponen a las de la genética, la sociedad y sus códigos hipócritas (necesarios), a la fuerza histórica de su banalidad y su tontería.

La acidez de estos cuentos se disfruta, por más que perforen ese relax lector de una tarde de domingo. Rumena Buzarovska toma partido desde una ficción ácida y adúltera que enfoca las dependencias, las servidumbres, los terrores aceptados en las relaciones íntimas. A muchos no les hará pizca de gracia. ¡Por eso la tiene!

Mi marido no es una broma, va en serio. Pero no da bajón, nos hace sonreír de medio lado buscando la complicidad de una mirada que vea justo lo que estamos viendo nosotros...

Yo no recuerdo un flechazo mayor con Impedimenta desde El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes.