Javier Gurruchaga: «Parar es horrible, es morir. Yo quiero estar activo»

PAULA P. FERREIRA, R. N.

FUGAS

cedida

El cantante está en plena gira con La Orquesta Mondragón y el «Bon Voyage Tour». Una de sus paradas será mañana en el monasterio de Celanova

21 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Si una figura es conocida por su humor, su estilo personal y su gran recorrido artístico, ese es Javier Gurruchaga (San Sebastian, 1958). Tras 47 años actuando con la Orquesta Mondragón, Gurruchaga se ha consagrado como uno de los personajes de la historia de la música y de la televisión. Cantante, actor, doblador y presentador, el artista donostiarra se define a sí mismo como entretainer, que ríe y se divierte con la gente, que asegura que es lo que más le gusta hacer. Aunque él no es partidario de poner etiquetas. Mañana actuará en el monasterio de San Salvador de Celanova a las 21.00 horas. Las entradas se pueden comprar a través de la web de Ataquilla.

­—A sus conciertos, a día de hoy, irá un público muy variado.

—Pues sí, la verdad, movemos a distintas generaciones. Y es bonito que nos unan tantas canciones, nuestra afición por el rock, el blues, el pop. Y de eso se trata, de que haya una implicación, una unidad con el público. Es una fiesta, al fin y al cabo, y que nos unan tantas canciones y tantos años es muy emocionante y muy bonito.

­—¿Qué tienen sus actuaciones para seguir enganchando a tanta gente?

—Yo creo que son las historias que contamos, que solían funcionar ayer, funcionan ahora y funcionarán mañana. También está el común denominador que nos une a todos, que es el humor. Siempre hemos puesto mucho de eso a las canciones, a las letras. Yo no soy un musicólogo, pero intuyo que hay unos puntos de conexión que son universales, no tienen edad, y ahí está el humor.

­­—Con el paso de los años, ¿cree que sus espectáculos han cambiado o siguen manteniendo su esencia?

—Creo que mantienen su esencia, porque en algunas cosas hemos cambiado pero en muchas otras no. Hay unos códigos musicales y de humor que están ahí siempre, por eso nos gusta tanto, como las películas de los hermanos Marx o de Charles Chaplin. Son historia, son puntos que tenemos muchos en común. Hemos evolucionado en algunas cosas, en otras hemos retrocedido, y en otras nos mantenemos igual, con el sarcasmo habitual, el ser humano tiene esos contrapuntos.

­­—¿Qué proyectos tiene ahora por delante?

—Estamos con más grupos colaborando en distintos conciertos. También estamos trabajando en un disco para estas Navidades, que ya hará unos seis años que no sacamos uno. Lo último que hicimos fue una canción pacifista dedicada a la guerra de Ucrania, llamada No dispares más. Por individual, he estado participando en la obra de teatro La comedia sin título, de Federico García Lorca. También tengo otro proyecto que es un monólogo, Muerto Vivo, del director Ignasi Vidal. El caso es no estar quieto y cumplir con las asignaturas del entretainer.

—Por lo que se ve aún queda mucho que hacer por delante.

—Es que parar es horrible, parar es morir. Yo quiero estar activo, siempre me ha gustado desde muy chaval hacer muchas cosas. Y también toca ir a votar, para implicarse con la cultura y hacer cosas fascinantes como las que vamos a hacer este sábado. El show debe continuar.