Pérez-Reverte hace brillar al clásico Sherlock Holmes

FUGAS

MARCOS MÍGUEZ

El autor nos reta en «El problema final» a ser más listos que él y descubrir al asesino en una obra que aúna literatura, cine y misterio

20 sep 2023 . Actualizado a las 18:18 h.

¿Quién es el asesino? Arturo Pérez-Reverte nos sorprende con una obra que cae muy lejos de sus registros habituales y nos desafía a descubrir al malvado Moriarty (salido de la genial inventiva de otro Arturo, Conan Doyle) que se esconde entre los moradores de un maravilloso hotel ubicado en la isla griega de Utakos, frente a Corfú. Son los elegantes años sesenta.

Una fuerte tormenta en el mar Jónico desencadena la trama de esta novela de corte clásico plagada de referencias literarias y cinematográficas. Por su culpa, nueve huéspedes y cuatro empleados del establecimiento hotelero quedarán aislados durante días. Resignados a su suerte, se preparan para pasar la tormenta de la forma más confortable posible, pero una muerte inesperada rompe la calma.

Por suerte (o tal vez no) entre los retenidos en el hotel se encuentra Sherlock Holmes, o mejor dicho, Hopalong Basil, el actor (inventado por Reverte para la ocasión) que mejor le ha dado vida en las pantallas a lo largo de los años. Por acuerdo tácito de los implicados él será el encargado de investigar este crimen que se presenta como un enigma clásico de habitación cerrada. Lo hará con la ayuda de otro huésped: un escritor español de segunda fila especializado en literatura criminal. Será su Watson. Realidad y ficción se aproximan a lo largo de las páginas hasta desdibujar sus fronteras. «Una vez descartado lo imposible… (ya sé, ya sé… Se lo oí decir montones de veces en el cine) lo que queda, por improbable que parezca, tiene que ser verdad», dialogan los investigadores en un intento de aclarar (o enredar) los hechos. Prepárate para lo imposible.

Todo está dispuesto para que el lector entre en el juego. Una partida en la que Pérez-Reverte nos reta a ser más listos que él. Nos muestra y nos oculta, nos guía y nos confunde en un tira y afloja tan divertido como retorcido. «Las mentiras pueden revelar tanto como la verdad, si se las escucha con atención», nos advierte, así que abre los ojos.

«Diez negritos»

Con la primera impresión parece que nos enfrentamos a una revisión de la aclamada Diez negritos. («Tenga en cuenta que Agatha Christie inventó prácticamente todas las situaciones imaginables»). Pero al seguir avanzando descubrimos que los préstamos y referencias van mucho más allá. Toda la trama, en la que Conan Doyle y su principal personaje Sherlock Holmes ocupan lugar preferente, es un homenaje a las novelas-enigma ideadas como un reto a la inteligencia. «Por eso me atrae la idea de regresar a la novela-problema en esta extraña isla. Reivindicar la investigación criminal inteligente frente a la moda impuesta por el cine americano y la novela negra», nos explica Reverte por boca de su escritor-Watson. No podemos más que coincidir.

Nuestro Sherlock falso («solo soy un actor») no fuma en pipa, aunque lo ha intentado, pero observa y deduce siguiendo las pautas del personaje creado por Doyle. O al menos eso pretende, con éxito irregular. «Yo era el primero en saber que la mayor parte de las deducciones e inferencias de Sherlock Holmes —como las de Hércules Poirot o cualquier otro— no resistían un análisis lógico. Si triunfaban era porque sus creadores novelistas permitían que lo hicieran», desvela para los más crédulos. Toma nota.

Pero Pérez-Reverte nos anima a lanzarnos a este apasionante juego metaliterario, en el que los personajes se salen del guion, sin perder de vista la trama criminal, esa que nos roba el sueño, y no nos deja cerrar el libro. Pasados oscuros, identidades confusas, venganzas y celos desfilan con los personajes por los jardines y salones de este hotel encantador que oculta algunas sorpresas menos glamurosas.

Pérez-Reverte da brillo y esplendor al personaje de Sherlock Holmes sin necesidad de gorros estrambóticos, ni nieblas perturbadoras. Lejos de Londres, el detective revive para tomar un nuevo rumbo y diseccionar ante nuestros ojos a esos personajes que caen bajo la sospecha: el matrimonio alemán, las turistas inglesas, el productor de cine italiano y la diva de la ópera, el camarero guapo, la directora del hotel con pasado oscuro... Cada uno oculta algo. Historias que se entrelazan para formar una red de mentiras y verdades en la que nos deslizamos con placer.

Puertas cerradas, relojes que atrasan, citas en la noche, pasaportes desaparecidos. Todos los ingredientes para disfrutar de unas horas de felicidad con un libro entre las manos. Y un final, que desde luego no voy a contar. Elemental.