Manuel Gutiérrez Aragón: «Me hice director para que se rodaran bien mis guiones»

x. m. r.

FUGAS

El cineasta y escritor recibe en Ourense el Premio Especial OUFF 2023 en reconocimiento a su contribución al cine

30 sep 2023 . Actualizado a las 21:58 h.

Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942) subirá esta noche al escenario del Auditorio de Ourense a recoger el Premio Especial OUFF 2023. El festival de cine reconoce con esta distinción, que también tienen Elías Querejeta, Gonzalo Suárez, Armendáriz, Martínez Lázaro o Juan Diego, su contribución a la cinematografía española. Hace unos años, el cineasta anunció su retirada y en la actualidad está centrado en la literatura. En el 2009 ganó el Premio Herralde con La vida antes de marzo y en el 2021 publicó Rodaje. Ha dirigido montajes de teatro y de ópera a lo largo de su dilatada carrera.

­—Tiene una colección de premios. Varios en Berlín y Donostia, Goyas... ¿Cómo valora la distinción del OUFF?

—De una manera muy especial y muy querida. Y con orgullo. Ahora estimo más este tipo de reconocimientos. Cuando estás en activo, lo ves como algo normal porque ruedas películas, vas a festivales y forma parte de esa realidad. Que me premien ahora, que hace años que estoy retirado, es una satisfacción porque quiere decir que de algo ha valido mi trabajo y mis películas aún despiertan curiosidad y generan reacciones.

­—¿La literatura le mantiene activo?

—No diferencio. Voy a muchos sitios a presentar un libro o a algún coloquio, y siempre acabamos hablando de cine.

­—¿Dónde se encuentra más a gusto?

—Todo es narrativa. El objetivo es contar una historia que emocione y que interese. Los medios creativos se parecen bastante. Ahora, también le digo, como el cine no hay nada. La literatura es un ejercicio mental, pero una película es una vida. No hay comparación.

­—¿Trabaja en algún proyecto en la actualidad?

—Van a salir ahora unas memorias (que son bastante de ficción) y un libro con una colección de escritos que he ido realizando a lo largo del tiempo: reflexiones, ensayos y demás. O sea, que en el 2024 publicaré dos libros.

­—Se ha prodigado de manera especial como guionista, incluso con destacados trabajos para reconocidos directores.

—Yo empecé de guionista. Cuando salí de la Escuela de Cine me vi sin un duro y pasando hambre. Y me puse a trabajar de guionista mal pagado. Siempre había querido ser escritor —su vocación era la de periodista pero acabó en la Escuela de Cine de Madrid— y así me gané mis primeros dineros.

­—Y de escribir a dirigir.

—Esto no lo dije nunca, pero realmente he de confesar que me hice director para que se rodaran bien mis guiones. No es algo nuevo, le pasó a Billy Wilder y a otros. Todo guionista lleva dentro una inquietud y te sientes defraudado cuando ves la película y compruebas que las cosas no se han realizado como tú querías.

­—Está, entre otras academias, en la RAE. ¿Se valora el sector audiovisual?

—Es una cuestión muy pertinente. Antes estuvieron Borau y Fernando Fernán Gómez; ahora estoy yo como «representante del cine». No hay ningún actor, por ejemplo. La RAE tiene que ser la Academia de la Cultura Española y tiene que representar a todos los sectores. O debería.

­—Firmó un «Quijote» para TVE que sigue siendo un referente. ¿Cómo fue trabajar con Cela y Fernando Rey?

—Con Fernando genial. Lo de Cela... nada de nada. Cela no escribió el guion de El Quijote, pero a TVE le interesaba que figurase su nombre por el prestigio que podía aportar a la serie. Además, tenía a Carme Balcells de representante, que también presionó en ese sentido. Los guiones los escribimos Fernando Corugedo, persona de total confianza de Cela, y yo.

­—O sea, que el Nobel digamos que figura «por exigencias del guion».

—Nunca mejor dicho. Literalmente (ríe).

­—La extrema derecha ha vuelto y estamos en la cultura de la cancelación. A usted le censuraron en la transición «Camada negra». ¿Cómo lo vive?

—Cuando se producen estas situaciones se genera el fenómeno contrario y suscita en el espectador el deseo de ver esa película. Y en ocasiones eclipsa todo lo demás; ha pasado con el trabajo de Évole sobre Ternera, que ha capitalizado el festival de San Sebastián. En mi caso, lo recuerdo como una experiencia muy dura. Hubo amenazas, se pusieron bombas en los cines... ir a ver la película era una profesión de riesgo. Lo pasé mal.

­—Hablando de ETA, usted fue pionero con «Todos estamos invitados».

—Un malo en el cine siempre es un atractivo y llama al público. En mi caso, quise abordar el terrorismo desde el punto de vista de las víctimas.

­—Chávarri acaba de presentar película. ¿Volverá usted a rodar?

—No lo descarto, pero no tengo un interés especial ahora mismo. Lo dejé, porque creí que era el momento, pero puedo reconciliarme con el cine.

  • OUFF Ourense, del 29 de septiembre al 8 de octubre.