Billie Eilish toca la gloria una vez más

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Billie Eilish mostrando una de las estatuillas logradas en la pasada edición de los Óscar
Billie Eilish mostrando una de las estatuillas logradas en la pasada edición de los Óscar Danny Moloshok | REUTERS

«What Was I Made For?» acaba de ganar el Óscar a la mejor canción, algo que ya había logrado en los pasados Grammy. La industria se pone a los pies de una pieza maravillosa

22 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

O hay un corazón de piedra o resulta prácticamente imposible no sentir cada una de las letras del adjetivo conmovedor al escuchar What Was I Made For? Se trata del tema que Billie Eilish escribió para la película Barbie (2023) de Greta Gerwig. Armada sobre el triste piano de su inseparable hermano, Finneas O'Connell, e interpretada con voz vaporosa, dibuja, en un lugar apartado de todo, una pieza de una hermosura tal que embriaga. Una joya absoluta llamada a ser un clásico eterno. Desde luego, en el pop no tuvo rival en el 2023 en cuanto a suspiros, pecho en suspensión, estremecimientos y demás síntomas que se experimentan cuando un oído recibe algo sublime. La canción del año desde el mismo día que se editó. No solo por su magistral factura, sino por su sentido dentro del filme, por su extraordinario videoclip y, también, por sus interpretaciones en vivo. De esas de sentir el escalofrío bajo la piel y terminar saliendo a la ventana pidiendo ayuda. ¡Algo tan bonito no puede ser del todo real!

La última de ellas tuvo lugar en la pasada gala de los Óscar. De manera sobria, la pareja arrancó la actuación con Billie Eilish especialmente emocionada. Difuminando su voz en respiraciones marcadísimas, llevó la fragilidad del tema un poco más allá todavía, hasta hacer tiritar su belleza en un escenario rosa y circular, que giraba sobre sí mismo. Consumido el primer tercio, el fondo de la escena se abrió. Emergió una orquesta y todo directamente levitó. Si What Was I Made For? era ya la mejor canción del 2023, difícilmente habrá otro momento de la música en vivo de este año que supere lo de esa noche. Con Billie cantando como los ángeles y Finneas haciéndole el contrapunto, se logró algo indescriptible. Miles y miles de personas que veían la gala en todo el mundo notaron cómo su respiración se ralentizaba. Al terminar, Finneas aplaudía desde el piano a su hermana, sabiendo que había brillado más que nadie. Escribía su nombre (una vez más) en la parte más destacada de la historia de la música popular.

What Was I Made For? recibía ese día el Óscar a la mejor canción original. No era la primera vez que la estatuilla terminaba en las manos de Billie Eilish. Ya en el 2022 logró el mismo premio por No Time To Die, tema principal del filme de James Bond del mismo título, siendo a sus 22 años la persona más joven en ganar dos veces el Óscar. Pero, además, el tema central de Barbie había ganado también en febrero el Grammy a la canción del año y también para la mejor escrita para medios visuales. Todo ello junto a un nutrido ramillete de galardones del mundo del cine, que destacaron su calidad. Un palmarés que traducía a un estante lleno de trofeos la gozosa melancolía que experimenta el oyente cuando la escucha, sintiéndola pasear por toda la espina dorsal.

A nivel de composición, What Was I Made For? supone un prodigio de eficacia y sencillez. Un piano tocado repetidamente con finísima delicadeza y dándole un pequeño adorno con cada estrofa. Y una voz, comprimida en la grabación para resaltar su suavidad, que canta muy bajito, pero se encuentra en una suerte de súper primer plano. Semeja como si lo hiciera al oído de quien la escucha, generando un clima confesional y de total intimidad, perfecto para lo que quiere transmitir.

«Solía flotar, ahora solo caigo /Solía saber, pero ahora no estoy segura / De para qué fui creada / ¿Para qué fui creada?». Así empieza What Was I Made For?, capturando el pensamiento de una muñeca Barbie. También, el de la propia Billie Eilish proyectándose en ese icono. «Realmente, estaba escribiendo sobre mí misma, pero yo pensaba en mí desde una tercera persona», declaró la cantante que junto a Finneas elaboró la canción sobre las imágenes que les mostró Greta Gerwig. Les costó arrancar. Pero en cuanto lo hicieron encontraron ahí, en el mundo de plástico de la muñeca de su infancia («Barbie era mi día a día de niña», dijo ella), un camino para caminar en pos de la gloria musical.

Por si no fuera suficiente, el tema se lanzó con un videoclip espléndido dirigido por Eilish. En él la cantante sale vestida de amarillo como una Barbie antigua, sentada en un pupitre en un escenario verde y vacío. De una caja va sacando ropa de muñeca, que replica diferentes tipos de vestuarios suyos usados en diferentes etapas de su carrera. Todo mientras la lluvia y el viento desafían la escena. Y ella resiste, ordenando de manera obsesiva los conjuntos, como la misión de una niña buena que tiene que rematarla como sea. Una pieza exquisita para redondear una obra maestra.