
La actriz coruñesa, que ha trabajado en series como La que se avecina, llega a los teatros con su monólogo Rara.
29 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La coruñesa Bárbara Grandío tenía muy claro que no tener plan B era la forma de cumplir su sueño de ser actriz. En su carrera ha pasado por diferentes producciones, entre el que destaca su paso por La que se avecina, desde el 2017. El año pasado fue la presentadora de los Mestre Mateo y llega a los teatros con su monólogo Rara.
—¿Sientes alguna influencia del norte en tu vida?
—¡Ostras! Creo que cada zona tiene su carácter y eso te hace diferente. Pero desde muy joven viajé por varios lugares, así que siento que a nivel de mi carrera no me ha influido.
—¿Si no hubieras podido ser actriz, a qué te habrías dedicado?
—Yo con eso soy bastante cabezota. Además de mi carrera de actriz, he hecho otras cosas, pero siempre voy a por el plan A. No me imagino mi vida sin actuar, no había plan B.
—¿Cómo fue la experiencia de presentar los Premios Mestre Mateo?
—Fue maravilloso estar delante de mis compañeros presentando. Además, fue una oportunidad de estar en la Academia Galega do Audiovisual, cuya labor siempre ha sido muy importante. Lo viví como un regalo. Actuar no tiene nada que ver con presentar, y al principio me dio un poco de respeto, pero lo disfruté muchísimo.
—¿Alguna vez has sentido el síndrome de la impostora?
—Sí, todo el rato. Al enfrentarte a un proyecto nuevo, siempre hay un minisegundo de preguntarse: «¿Seré capaz de hacerlo bien?».
—¿Cómo lo enfrentas?
—Las herramientas más grandes que tengo para todo es trabajar muy duro y tener la seguridad de que está todo atado. Eso es lo que te da la tranquilidad de decir: «Llevo toda la vida haciendo esto, puedo hacerlo».
—¿Qué podemos esperar de «Rara»?
—Es comedia, pero parte de un acontecimiento potente de mi vida. Lo que me motivó a hacerlo es la defensa de las diferencias en un mundo donde nos están diciendo todo el rato que seamos iguales. Yo reivindico el abrazar las rarezas y lo que nos hace únicos.
—¿Alguna vez te has sentido rara?
—Claro, estamos en un mundo donde cuestionan todo el tiempo tu imagen, especialmente en mi profesión. Siempre hay alguien que te va a decir que no entras dentro del canon y a mí eso, en lugar de desmotivar, me motiva.
—¿Qué imposición social te costó más quitarte de encima?
—Un montón. Como mujer, estás en una lucha constante en buscar la igualdad de tu trabajo, de tu salario… las típicas preguntas de «¿por qué no tienes hijos?, ¿por qué no te casas?, ¿por qué no buscas un trabajo sin tanto altibajo?». Es continuo. Es la lucha que tenemos un poco todas.
—También tienes proyectos como directora y guionista. ¿Qué tal estas facetas?
—Hace muchos años que soy coach de actores y me gusta mucho la dirección. Entonces, estoy disfrutando muchísimo. Me gusta trabajar sobre los personajes y sacarle punta a todo.