Anxela Baltar, del dúo musical Bala: «Podemos dar la imagen macarra, pero somos tías muy sensibles»

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Anxela y Violeta acaban de lanzar «Besta», un cuarto trabajo cargado de gritos y guitarras en donde la rabia y la vulnerabilidad se dan la mano
17 may 2024 . Actualizado a las 15:37 h.En una entrevista publicada en La Voz en el año 2018, Ana Curra (Parálisis Permanente, Pegamoides) se deshacía en elogios hacia unas emergentes Balas. «¡Son brutales!», decía. «Es uno de los grupos que más me inspiran ahora mismo», añadía. Esas palabras llegaron al corazón de Anxela Baltar y Violeta Mosquera, las integrantes del dúo gallego, que seis años después cuentan con la artista en su nuevo disco, el recién editado Besta. Con ella interpretan Equivocarme y 3 veces.
—¿Cantar «cuando te enfrentas a una de nosotras te enfrentas a todas» con Ana Curra tiene un poder simbólico tremendo?
—Sí, este tema es un homenaje a las W.I.T.C.H. Ese era uno de sus lemas. Cuando empezamos con el tema, nos pegaba mogollón Ana. Por todo, por temática, significado y estilo. Fue increíble su actitud y un sueño. Gritar este tema en concreto con ella es muy poderoso para nosotros.
—Aunque haya tanta diferencia generacional, en el fondo la esencia de Ana Curra y Bala es bastante parecida.
—Escuchar eso es maravilloso. El estilo puede ser distinto, pero en energía y mensaje nos entendemos y encajamos.
—Ella ha sido una figura muy inspiradora. ¿No cree que con Bala ocurre lo mismo?
—Últimamente, nos lo dicen más que nunca y, la verdad, es que es algo que me cuesta creer. Lo más bonito que nos puede pasar es que al terminar un bolo se nos acerque una chica y nos diga que montó un grupo con sus amigas gracias a nosotras, que seamos su referente. Me emociona mucho. Soy consciente de la importancia de eso. Kurt Cobain y Nirvana fueron los que me impulsaron a coger una guitarra, pero cuando poquito después vi a las Riot Grrrl dije: «Vale, nosotras también podemos. Esto que siempre había pensado que era para tíos, pues resulta que también lo podemos hacer». Ahora hay gente que nos dice que estamos provocando eso. Me cuesta creerlo, pero es muy emocionante.
—Además de la rabia, en este disco aparece la angustia. Hablan de que se están asfixiando, de la precariedad y el miedo al futuro. ¿Hay un cambio?
—Sí, nos hemos abierto más que nunca. En ese disco decidimos ser más claras, directas y con unas letras más explícitas. Me lo pedía el cuerpo y la cabeza. Para mí es un paso complicado, porque te estás abriendo en canal. En temas como Prisas hablo de la maternidad y las preocupaciones nuevas que te surgen. El año pasado tuve una crisis de ansiedad y Bala tuvo que parar un tiempo. Para mí hablar de eso de un modo tan explícito era complicado. Me daba vergüenza. Pero cuando lo empecé a compartir con gente cercana, todo el mundo me animaba a seguir por ahí.
—En el pop y el rock la maternidad generalmente se trata como algo dulce. ¿Quería hablar desde una postura más cruda?
—Yo sé que son cosas que todas y todos los que tenemos hijos pensamos. Me salió escribir así. La maternidad por supuesto que es dulce y una maravilla. Estar con mi hija es lo que más feliz me hace sentir del mundo. Pero está la otra parte, ese «madre mía, cómo está el mundo en este momento, yo tengo aquí una criatura y a ver cómo gestiono todo esto». Pienso que son cosas que hay que hablar, no silenciarlas.
—Cuando aparecen figuras roqueras femeninas se suele crear un cliché de que son poderosas e indestructibles. En Bala aparece claramente la vulnerabilidad.
—Es verdad. No me escondo. A veces nosotras podemos dar la imagen de ser supermacarras, pero en el fondo somos unas tías sensibles, con mogollón de preocupaciones en nuestro día a día. Sociales, medioambientales y de todo tipo. También me gusta hablar de todo eso, no creo que sea incompatible. Me gusta berrear, pero al tiempo cantar sobre cosas bonitas como la amistad o el amor por los animales, como pasa en este disco.
—Habla de Nirvana. Se nota su poso en el disco claramente. También el de Smashing Pumpkins.
—¿Ah, sí? Pues no es nada premeditado aunque me gusta que sea así. Smashing tienen un punto oscurillo que se puede detectar en muchas de nuestras canciones.
—¿«Ouveo» habla de un perro?
—Sí, Kurco, el perro de Violeta que falleció hace más de un año. Era un ser superespecial y el mejor amigo que ella había tenido jamás. Se merecía un tema.
—Salen Tanxugueiras en esa canción.
—Cuando terminamos el tema, vimos que tenía un punto ritual. Pensamos en ellas, en que metieran unos aturuxos y les propusimos una colaboración. Les dimos absoluta libertad creativa y el tema ganó muchísimo con su colaboración. Más allá del estilo musical, tenemos muchísimas cosas en común.