Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Mika: «La música no salvó mi vida, la cambió, que es diferente»

FUGAS

-

Desde que apareció en el año 2007 con la irresistible «Grace Kelly» el libanés tiene una plaza en el firmamento pop. El domingo actúa en el Atlantic Fest de Vilagarcía de Arousa

19 jul 2024 . Actualizado a las 12:46 h.

Lo conocemos por anteriores visitas a Galicia. Estuvo en Vigo en el 2010 y en A Coruña en el 2012 y 2023. Nadie que haya asistido a esos conciertos podrá decir que Mika no es un animal escénico que irradia felicidad. Y la contagia. «Todo eso proviene de una mezcla de emociones: alegría, tristeza, peligro, sensualidad... todo eso. Siempre trato de mezclar todas estas energías diferentes para lograr la felicidad. Mi objetivo es metabolizar las cosas en la vida, en la cabeza y en las emociones, para transformarlas en algo más. Para mí el mundo tiene un poco más de sentido durante dos horas cuando llegamos juntos a ese sentimiento», explica. El próximo domingo volverá a hacerlo en el escenario del Atlantic Fest, de Vilagarcía de Arousa, que empieza hoy. Junto a artistas como Crystal Fighters, Los Planetas, Silvia Pérez Cruz, Alcalá Norte, Sidonie, Elefantes o Andrés Suárez, las cuatro letras de su nombre brillan con la intensidad de una estrella pop.

­—¿Qué siente cuando logra que la euforia se apodere de miles de personas?

—Ahí las cosas que nos hacen daño se sienten un poco menos importantes. Lo que nos hace sentir arrogantes, de repente, desaparece. Somos más humanos y más normales. Lo que nos hace sentir pequeños desaparece y nos sentimos más grandes. La única forma en que puedo describirlo es como un cohete que va muy rápido y se va quemando. Entonces, cuando estás actuando o cuando estás viendo un espectáculo y tienes esa sensación, es como si toda la basura frente al cohete simplemente se quemara. Siempre volveré al escenario y buscaré ese sentimiento. Esa es la única razón por la que hago lo que hago.

—La felicidad en la música tiene menos prestigio que la tristeza. ¿Qué piensa?

—Que es una percepción vaga. Se necesita más implicación física y emocional para comprender el otro lado, que para irte hacia una forma de evaluación solitaria, que es como se percibía este tipo de percepción de tristeza como credibilidad. Fue algo muy propio de los años 2000. Desde mediados de los 90 hasta el 2010, que esa percepción de melancolía era más creíble. Pienso que es una tontería típica de una generación anterior de aficionados periodistas que no querían hacer la inversión física o emocional para entender la otra perspectiva. Y creo que se acabó.

—Sus conciertos son más que música. ¿Se siente como un artista de cabaré?

—¡Nunca, nunca, nunca! ¡Odio el cabaré!

­—¿Y los musicales?

—No, para nada. ¡Me dan ganas de vomitar! Todo es falso y, además, cuando era niño, tenía que hacerlo. Estuve nueve meses en el mismo musical en el West End. Tuve que hacer nueve funciones por semana durante nueve meses. ¡Fue tan aburrido!

—Entonces, debemos entender que lo que vemos sobre el escenario tiene una gran parte de improvisación.

—Absolutamente, todas las noches. Sí, por supuesto. Siempre hay una intención diferente en cada actuación. La brújula cambia. La estructura es lo que uso para darle forma al espectáculo, pero la sustancia del mismo evoluciona. Y la emoción, también. No hay cabaré ahí. Tiene más que ver, creo yo, con que vengo de un entorno de ópera y teatro.

­­—En el 2007 arrasó. ¿Qué siente cuando canta canciones como «Grace Kelly»?

—Las cambio, juego con ellas. Lo bueno de esas canciones es que nunca nacieron pasadas de moda. Las compuse sentado al piano. Y dentro de eso, hay una gran oportunidad para que simplemente vivan y existan. Siento la responsabilidad de intentar jugar con ellas y divertirme para que siempre puedan evolucionar y crecer conmigo, en lugar de permanecer jóvenes mientras envejezco.

­—¿Ha cambiado mucho Mika?

—Sí, por supuesto. He evolucionado y he cambiado. Curiosamente, creo que soy un poco más…, no sé cómo decir esto. Es casi como si mi espíritu fuera más peligrosamente juguetón ahora que cuando era más joven. Me autorizo a hacerlo.

­—Ayer estaba escuchando «Relax, Take It Easy» con un niño de 9 años. Se quedó impresionado con su registro de voz. Me preguntó: ¿Usa «autotune» Mika?

—¡Dios mío, esto es terrible! ¿Un niño de 9 años preguntando por autotune al escucharme? ¡Qué tristeza!

—Lo decía porque le parecía algo tan extraordinario que no podía ser verdad, como ver a Spiderman volando...

—Eso es bastante lindo. ¿Él piensa que estoy cambiando mi voz y que eso es imposible de hacerlo sin autotune? Eso es muy gracioso [risas]. Supongo que si creciste escuchando a Prince, The Bee Gees y David Bowie, nunca te parecería algo artificial. Ni tampoco oyendo funk ni a Little Richard. Toda esa gente usa su voz como si fuera un chicle. Ahora tienes una responsabilidad. Tienes que hacer que escuche Prince y The Bee Gees. ¡Y bailar juntos escuchando Tutti Frutti! [risas]

-

­—Me pregunto qué es el pop para un artista tan exageradamente pop como usted.

—¡Uy, esa es una buena pregunta pero muy complicada! El pop, en origen, fue una declaración cultural que no estaba asociada a la comercialidad. Luego, a medida que las cosas evolucionaron y la distribución cambió, la idea del pop simplemente se asoció con lo mainstream. En ese proceso hemos visto que cuestionamos el uso de la palabra pop. Ya no sabemos lo que significa, según como va el mundo con la digitalización y la autonomía también de los artistas. Y entonces piensas: ¿qué es el pop? ¿Qué significa ser un artista pop? ¿Y qué es el pop en general?

­—Buscaba una respuesta, y me ofrece más preguntas.

—Espera, espera. Para mí, el pop se trata de tener una especie de franqueza melódica y una emoción, más que de un objetivo comercial. Y también se trata de seguir esta tradición de composición melódica que cuenta historias, algo que ha estado sucediendo desde los años 60, 70 y 80. Es muy difícil definir qué es el pop artísticamente, si le quitamos el lado comercial, pero cada persona sabe qué es el buen pop. Y eso es suficiente.

­—¿Cuál es ese buen pop?

— No hay que pensar mucho, cuando analizas demasiado pierdes el tiempo. Cuando sabes qué es el buen pop, solo tienes que descubrir cómo hacerlo, o cómo intentar acceder a él. Al menos, intentarlo. ¿Fleetwood Mac? Eso es buen pop. ¿Pet Shop Boys? Eso es buen pop. ¿Eminen? Tiene cosas de buen pop. Es así de fácil.

—¿La música le salvó la vida?

—No, a mí nada me salvó la vida. La música cambió mi vida, que es una gran diferencia. Mi vida habría continuado. Habría encontrado algo más para seguir adelante. Tuve muchos problemas cuando era más joven, pero siempre encontré una manera de sobrevivir, porque tenía el deseo de hacerlo. Si no fuera por la música, habría encontrado una manera de hacer las cosas, pero tal vez me habría sentido más frustrado. Creo que la música me permitió expresarme después de haberme sentido extremadamente marginado de joven.

­—¿Tuvo una adolescencia complicada?

—Tuve muchos problemas con los profesores y con los estudiantes que me acosaban en la escuela. Me sentí aislado. La música me dio una voz y un modo de vocalizar las cosas que sentía y que me daba miedo decirlas con palabras. Por eso creo que fui a una forma musical bastante estándar, con una melodía que se quedaría grabada en la cabeza de la gente. Y eso en sí mismo es una intención pop, pero una buena intención pop. Diría que el 80 o el 90 % de las personas que escriben música pop, ya sea música alternativa o pop convencional, fueron unos jóvenes outsiders. Nada es casual.

­—¿De qué artistas era fan?

—¡Amaba a Prince! Estaba obsesionado con él. Tenía 13 años y para mí era un dios y el hombre más bello del mundo. En Purple Rain parecía que cantaba para mí. No por su apariencia, sino por la forma en que se movía y cómo se vestía y cantaba. Todo estaba conectado y funcionaba. Resultaba impresionante ver a un ser humano tan conectado en todos los sentidos con la persona que era. ¡Incluso el puto redoble del tambor sonaba como él pensaba! Al mismo tiempo, adoraba Nirvana, Nina Simone y Françoise Hardy. Solía ??escucharlos todo el tiempo. Y las Spice Girls me encantaban cuando era niño. Así pasé de Nirvana a Françoise Hardy, de Georges Moustaki a Prince y de escuchar canciones de los Fugees a las Spice Girls.

—Me encanta el vídeo de «We Are Golden». Muchas veces me he preguntado si bailaba como en este vídeo.

—Sí, y todavía lo hago en el escenario. Quien me vea en directo comprobará que la orientación y también la energía que tengo en el escenario es muy similar a lo que se puede ver en ese vídeo.

—Me refería a cuando era un adolescente inadaptado, sintiéndose una estrella pop invencible dentro de la habitación...

—¡Con un poco más de ropa! [risas]. Cuando era niño bailaba así y me disfrazaba. Luego, cuando crecí, bailaba igual con menos ropa. Incluso en los clubes.

—Ha cantado en francés en tu último disco y habla muy bien español.

—No, no hablo muy bien español. Pero es una nueva curiosidad que tengo. Estoy aprendiendo un poquito [lo dice en castellano].

—¡Pero si le hemos escuchado hablar incluso en gallego el año pasado en su concierto en A Coruña del año pasado! ¿Habrá alguna canción en español o gallego en el futuro?

—Yo no digo nunca y me cierro. Solo espero que, cada vez que lo haga, haya una razón sólida detrás. Para que no sea superficial. Creo que todo se reduce a eso. Sobre la alegría en el escenario, sobre la elección de hacer música melódica que sea pop, sobre cantar en otros idiomas…. Tu motivación es muy importante. Pero es la sinceridad de la motivación lo que hace que algo no sea superficial. Y creo que eso se aplica a todas las cosas de las que hablamos. Si tu motivación para cantar en otro idioma es creíble, entonces el sentimiento será creíble cuando escuches la canción. Por eso el álbum francés [se refiere a Que ta tête toujours] fue algo tan personal.

—Pero con un impacto comercial mucho menor.

—Obviamente. Mi equipo se frustró mucho cuando dije que solo iba a hacer un álbum en francés, porque dijeron: ¿Por qué si solo podemos trabajar en un mercado? Pues porque es personal. Y luego el próximo será en inglés. Y entonces el disco inglés se sentirá más fresco. Ya sabes, más fresco y más diferente. Pero creo que debes tener tus razones personales para hacer las cosas y no tener miedo de hacerlas. Dicho esto, si hay una razón creíble, y es por eso que canto en castellano o incluso en gallego, pues que así sea. Siempre seguiré eso.