Vidas de perros contadas en prosa

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Los libros con canes protagonistas son tendencia. Francia marca la pauta con 400.000 ejemplares vendidos de «Su olor después de la lluvia», de Sapin-Defour. ¿Vamos de paseo?

26 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En Francia fue el libro de no ficción más leído del 2023 y en España ya se abre camino. Su olor después de la lluvia es un buen exponente de esta nueva tendencia literaria que convierte a los canes en motor de historias profundas que van más allá de las tradicionales aventuras juveniles. Cédric Sapin-Defour, escritor y alpinista, y su boyero de Berna Ubac son los protagonistas de esta historia de amor verdadero («corazones próximos y que se alimentan mutuamente») que ha conseguido conmover incluso a esos seres humanos equivocados que creen que no les gustan los perros. Sapin-Defour describe desde el corazón la armoniosa convivencia con su amigo de cuatro patas y cómo esta le aporta una nueva mirada sobre la vida y la muerte. Una reflexión en prosa casi filosófica que supera con creces los límites del mundo canino. Vas a sufrir, ya te lo advierto.

La coreana Keum Suk Gendry-Kim se suma a la moda perruna, pero lo hace desde la perspectiva cultural oriental y con un medio artístico diferente: el cómic, en el que ha obtenido múltiples premios. Con estas dos bazas arma una historia íntima que habla sobre una familia poco convencional y la importancia de los lazos afectivos. Otra vez una experiencia personal de la autora, que nunca había querido tener perros, es la que sirve de punto de partida para sacar a la luz algunos aspectos oscuros del ser humano (perros maltratados, encerrados o ¡incluso cocinados!), pero también para guiarnos hasta rincones desconocidos de nuestro corazón a través de su corgi Zanahoria y su mestizo Patata. Una fábula del siglo XXI que habla de compasión y confianza con su trazo oscuro y grueso.

El filósofo francés Jean Grenier nos sorprende con un pequeño libro que escribió tras la muerte de su perro Taaut. Son noventa observaciones en las que Grenier nos habla del profundo amor por su perro y de los recursos filosóficos y espirituales con los que afrontó su pérdida. «Iba a echarlo de menos, en efecto. ¿Sabría él hasta qué punto lo necesitaba? No solo su presencia continua, su compañía en mis paseos y nuestras comidas, sino también (lo cual es más singular, ¿verdad?) los momentos en que nos hallábamos lejos el uno del otro», nos cuenta. Melancólico y muy personal, el libro es un bello homenaje al amigo más fiel. Pone la piel de gallina.

Los secretos que guardan

De la mirada filosófica y francesa pasamos a la científica y británica. Jules Howard nos habla en Un ser maravilloso del vínculo entre perros y humanos y nos descubre sus mentes y los secretos que guardan. «¿Puede un perro planear eventos futuros como nosotros? ¿Puede un perro reflexionar, lamentarse o abochornarse por acciones pasadas? ¿Cómo es, exactamente, la experiencia diaria de sentirse vivo como perro?» son algunas de las cuestiones a las que intenta responder. Su lectura te liberará del concepto de amo y te ayudará a comprender lo que piensa, entiende y ama tu amigo canino.

De estilo más clásico son los Cuentos de perros de Rudyard Kipling que en 1934, dos años antes de su muerte, reunió en un volumen nueve cuentos y cinco poemas dedicados a los canes. Entre estas historias llenas de humor destacan las que los perros narran en primera persona: «Por favor, ¿puedo entrar? Soy Botas. Hijo de Zapatones Kildonan, campeón gran reserva, perro excelente, distinguido en varios certámenes; y nada de hacer monerías ni bonitos juegos de salón, dice Amo, aunque puedo sentarme y poner las patas por encima del hocico». También piden no ser abandonados o reclaman cuidados especiales cuando son ancianos. Ni el corazón más duro se resiste.

Acabamos nuestro paseo por la literatura canina con una recomendación para los más pequeños. El escritor chileno Luis Sepúlveda, que dedica el cuento a sus nietos, los conquistará con esta fábula sobre un pastor alemán llamado Leal que, como cabe esperar, hace honor a su nombre. «Ahora que me acerco a la edad de mi tío abuelo Ignacio Kallfukurá, voy a contarles una historia de un perro crecido junto a los mapuche», dice. Que nadie ladre. Escuchamos.