Un Cortés libertador, indios conquistadores, aztecas antropófagos. Marcelo Gullo nos cuenta otra historia: «Los que les tienen que pedirle perdón son los estadounidenses»
22 oct 2024 . Actualizado a las 11:05 h.Marcelo Gullo Omodeo, historiador argentino y autor de los bestsellers Madre Patria, Nada por lo que pedir perdón y Lo que América le debe a España, se vio envuelto en la reciente disputa diplomática entre España y México desatada al no invitar la nueva presidenta al rey Felipe VI a su toma de posesión. ¿Qué ha pasado?
—Es la segunda vez que esto acontece, porque el presidente López Obrador ya me insultó en un discurso público tras escribir mi libro Madre Patria. Yo le contesté con una carta abierta donde le decía: terminemos con esto, hagamos un gran debate público, elija usted cinco historiadores, y yo elijo otros cuatro, y hacemos un gran debate en Ginebra. No aceptó, porque ellos saben que mienten. Y ahora pasó que la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, que todavía su odio a España es mucho mayor que el de López Obrador, no invitó al rey de España. Y el presidente del Partido Popular decidió mandarle mi libro Nada por lo que pedir perdón, ya que consideró que era un buen libro para que ella pueda informarse de la verdad histórica.
—¿Debe pedir perdón España o no?
—La presidenta de México tendría que hacer un gran acto público para agradecer a España, porque si Cortés no hubiera llegado a mesoamérica (porque la primera mentira es decir que México existía entonces), iba a haber un genocidio de los pueblos indígenas. Los aztecas tenían la mala costumbre de comerse a sus vecinos, era un imperialismo antropófago y estaban provocando una carnicería: se comían más gente que la capacidad de reproducción de los pueblos que dominaban. Según el hispanista W. H. Prescott, se comían 20.000 personas por año de los pueblos sometidos, los trataltecas, los totonacas. Así que, como el 90?% de los mexicanos descienden de aquellos a los que los aztecas se comían, debían agradecer a Cortés, porque si no, no estarían vivos.
—¿Y el mito de la gran civilización azteca?
—Algunos dicen que la civilización azteca era grande, pero las civilizaciones no se miden por su arquitectura o infraestructuras, sino por sus valores, y los de los aztecas eran terroríficos. Porque si uno juzgase por las obras de infraestructura, llegaríamos a la conclusión de que la Alemania nazi fue una civilización excelente, porque las autopistas que hizo el asesino Hitler todavía están hoy. Los aztecas eran más asesinos que los nazis. México debe agradecer a España que le haya llevado la mejor civilización del mundo, lo mejor de la cultura occidental.
—¿Cómo han conseguido darle la vuelta a la realidad?
—El falso nacionalismo mexicano, yo lo explico en mi libro Madre Patria, fue ideado por el embajador de los Estados Unidos de América, J. R. Poinsett, en 1820. Poinsett viaja a México y es el primer hombre que pone en un lugar público el cuadro de Moctezuma y reúne ahí a todos los que van a ser después líderes de la República Mexicana. ¿Por qué? Los reúne para sobornarlos y ofrecerles negocios. Estados Unidos crea así ese falso nacionalismo mexicano, de odio a España, para que los mexicanos estén distraídos y no reclamen a los Estados Unidos cuando un año después le roben su territorio. En realidad, quienes deben pedir perdón a los mexicanos son los estadounidenses, que les robaron el 60?% de su territorio: Texas, Nuevo México, California. California convirtió a Estados Unidos en el principal productor de oro del mundo, y Texas, en el principal productor de petróleo. El subdesarrollo de México tiene su origen en lo que Estados Unidos le robó, no en España, que le dejó un país riquísimo. En aquel momento, no había ninguna ciudad en todo el continente que pudiera compararse a México. Boston era una aldea de barro, Nueva York era una aldea de barro, y en México, además, también vivían bien los sectores populares. Así lo contó el naturalista Humboldt, que era enemigo de España y que, sin embargo, reconocía que se tomaba más vino y más carne en los barrios populares de México que en París.
«El falso nacionalismo mexicano es muy valiente delante de España y muy cobarde frente a los Estados Unidos. No se atreven a reclamarle nada»
—¿A EE.?UU. no les reclaman?
—Este falso nacionalismo mexicano es muy valiente delante de España y muy cobarde frente a los Estados Unidos. No se atreven a reclamarle nada. Claudia Sheinbaum, si gana Trump, se esconde debajo de una mesa y, si gana Kamala, le da besitos. Y a España que le dio todo, que le dio universidades, colegios, que le dejó una herencia gigantesca, le dejó un territorio que iba de California hasta Yucatán... Estos mexicanos son como aquel al que el abuelo le dejó una herencia gigantesca, se gastó la herencia y después le echa la culpa al abuelo de su miseria.
—¿Y por qué siguen diciendo que España les robó el oro?
—Porque funciona para los intereses del imperialismo anglosajón, a los cuales servían muchos hispanoamericanos, y después para los intereses de los populismos demagógicos. Como pasa en Venezuela, que nada en petróleo y tiene a su pueblo muerto de hambre, pero la culpa la tienen los españoles. Y yo le digo al señor Maduro: «Hace 200 años que se fueron los españoles, me parece un tiempo prudencial ¿no?». Pero es la excusa para encubrir su propia ineficiencia.
—En España solemos decir que nuestros abuelos se quedaron y que son los suyos los que fueron a conquistar América.
—Eso es admitir la leyenda negra. Los hombres que fueron allá fueron los mejores que tenía España. España construyó 33 universidades, más de 300 hospitales. Del oro de América España se llevaba nada más que el quinto real, que era el 20?%. El resto quedó en América para construir las ciudades más importantes y más ricas del mundo. Hay que estar orgullosos de los que fueron allí, porque dejaron lo mejor de sí mismos. Además, la conquista la hicieron los indios porque Cortés, con 400 hombres, no podía conquistar nada. Cortés juntó un ejército de 300.000 indios que estaban cansados de que los aztecas se los comieran.
En octubre del 2025 habrá nuevo libro y ya anuncia que habrá polémica... otra vez.