«No digas nada», la joya por la que han demandado a Disney +

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La serie, una de las revelaciones de la temporada, analiza el conflicto de Irlanda del Norte

06 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Jean McConville era viuda y tenía diez hijos. En diciembre de 1972, fue secuestrada en Belfast y desapareció. Nadie dudó nunca de que el IRA estaba detrás de aquello, pero su cuerpo no apareció hasta el año 2003, enterrado en una playa. En el año 2014, el histórico Gerry Adams fue detenido por su presunta vinculación con el asesinato, pero fue puesto en libertad por falta de evidencias. Nunca se aclaró el crimen ni su autoría. Diez años después, la representación de aquella ejecución podría costar muy caro a Disney +, que hace unas semanas estrenaba la serie No digas nada. Marian Price, exintegrante del IRA, presentó esta semana una demanda por difamación contra la compañía. A sus 70 años, Price niega haber ejecutado a McConville, como ya hizo cuando en el 2019, el periodista estadounidense Patrick Radden Keefe publicó el libro en el que se basa la serie, y que apunta directamente hacia ella. Un fantástico libro que se lee como una novela, pero que es un riguroso ejercicio de periodismo de investigación, y que analiza el conflicto de Irlanda del Norte de forma brutal. La serie parte del mismo punto y gira en torno a las hermanas Price, retratadas brillantemente por Hazel Doupe, como Marian, y Lola Pettigrew, como Dolours. Junto a ellas, Josh Finan se pone en la piel de un jovencísimo Gerry Adams, y Anthony Boyle interpreta a Brendan Hughes. En No digas nada se habla muchísimo. Sobre el silencio también, porque, como dice uno de los personajes, hablar de más cuesta vidas. De ahí el índice en la boca que vemos en más de una ocasión en los nueve episodios de esta serie, muy bien resuelta, que cojea porque pierde de vista que las hermanas Price no eran solo dos simpáticas chicas cabreadas con el sistema. Lo llamativo es que cada capítulo se cierra recordando que Gerry Adams siempre ha negado su pertenencia al IRA, tal vez más para señalar sus incongruencias que para evitar una demanda, que al final ha llegado del lugar menos esperado.