
Es solo cuestión de encontrar la historia adecuada, ese relato que hace que todos los pretextos de los no lectores se desmoronen como un castillo de naipes
21 feb 2025 . Actualizado a las 11:27 h.Verano de preadolescente sin grandes planes: un poco de playa, quedar con algún amigo y muchas, demasiadas, horas frente al televisor. Mi padre puso una única condición. Tenía que leer una serie de libros que él mismo escogería. De aquella lista solo recuerdo uno. El que me enganchó. El que marcó la diferencia y consiguió que abandonase ese mantra de «a mí es que no me gusta leer». Todavía recuerdo aquella portada de color ocre con letras mayúsculas que imitaban a las de un periódico en la que figuraba el verdadero y larguísimo título de aquella obra de Gabriel García Márquez: Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre. A pesar del tremendo espóiler, lo disfruté. Viví cada capítulo de aquella narración como si fuese yo el que estaba resistiendo en una pequeña lancha a la deriva en el Caribe. Sentí el miedo del protagonista cuando, agarrado a una pequeña tabla de madera tras una nueva tormenta, creía que se acercaba un tiburón. Conecté. Y, aunque el orgullo de mi acné mental no me permitió admitirlo, el libro me encantó. Mi padre había acertado con una de sus balas. Había encontrado la guerrilla de párrafos adecuada para desarmar mi desgana por la lectura. Pero, en esta lucha, el relato de García Márquez no está solo, tiene múltiples compañeros de batalla. Grandes historias dispuestas a desmontar los argumentos para no leer.

«El adversario», de Emmanuel Carrère
La historia de este falso médico de la OMS es real y nadie la podría contar mejor que Emmanuel Carrère. El autor francés hurga en el pasado y en toda la farsa que montó Jean-Claude Romand, el hombre que asesinó a su familia en el norte de Francia en 1993. Un relato estremecedor en el que se mezcla el crimen, lo que ocurrió en el juicio y las cartas que intercambiaron cuando Romand estaba en prisión. Editorial Anagrama, 176 páginas, 11,30 euros
«Tenemos que hablar de Kevin», de Lionel Shriver
Desde el principio sabes que algo no va bien. Esas cartas ocultan demasiadas cosas. Dejan entrever heridas, errores y ganas de cambiarlo todo. Pero intuyes que es demasiado tarde. Asusta ver cómo Shriver disecciona cada uno de los escalones que llevan a la peor de las caídas, al agujero negro del drama familiar. Que me perdone Tilda Swinton, pero el libro es mucho mejor que la película. Editorial Anagrama, 608 páginas, 15,10 euros.
«Desde la sombra», de Juan José Millás
La sinopsis probablemente cautivaría a pocos nuevos lectores, pero el relato te atrapa y solo quieres saber más y más de la rocambolesca historia de ese pobre diablo que encuentra refugio y sentido a su vida en el interior de un viejo mueble. Del despido al show televisivo imaginario. Del hurto en el anticuario al fantasma que sale por la mañanas para hacer las tareas del hogar. Millás, en estado puro. Editorial Seix Barral, 208 páginas, 17,95 euros.

«Número dos», de David Foenkinos
Foenkinos se luce en el infortunio. Y qué puede ser más cruel que ser el niño que a punto estuvo de ser Harry Potter. El que llegó al último cásting y después sentía puñaladas cada vez que arrancaba la campaña de promoción de cada película. El escritor vio un documental sobre el universo de J.K. Rowling y una frase de un productor fue la chispa para esta obra. La elección de Daniel Radcliffe fue por un no sé qué, cuestión casi de azar. Editorial Anagrama, 224 páginas, 18,90 euros.
«Rosy & John», de Pierre Lemaitre
Una historia explosiva. Es la más breve y la menos violenta de las novelas que protagoniza el detective Camille Verhoeven. Pero el contexto no es necesario, puede leerse perfectamente sin conocer al agente más bajito y mediático de Francia. Prácticamente todo el relato ocurre en una sala de interrogatorios. Un obús explotará cada 24 horas en un lugar del país. Negociación, peticiones, mentiras y un único objetivo. ¿Una liberación? Editorial Debolsillo, 176 páginas, 10,40 euros.

«La buena suerte», de Rosa Montero
Una huida a ninguna parte. Pablo, un arquitecto de renombre, lo deja todo y se instala en un desapacible pueblo de Ciudad Real para empezar de cero, sin nada. Su secreto es lo de menos. Lo importante es que Rosa Montero construye un relato de esperanza desde lo oscuro, lo triste, lo feo. Y como haría Raluca, nos recuerda que siempre habrá alguien que nos demuestre que, incluso en nuestro peor momento, estamos en el lado de la buena suerte. Editorial Alfaguara, 328 páginas, 19,85 euros.
«Los reyes de la casa», de Delphine de Vigan
Es el Black Mirror del sharenting, esa tendencia a exponer a los menores en las redes sociales. De Vigan fabula y crea cátedra sobre los efectos a largo plazo de la vida de los niños youtubers y de esas familias que exhiben su día a día. ¿Dónde está el límite? ¿Quién está tomando realmente las decisiones? Mucho material para pensar. La trama gana cuando parte de la familia ya no quiere esa vida y uno de los hijos se enfrenta al síndrome del show de Truman. Editorial Anagrama, 344 páginas, 20,80 euros.

«Rewind», de Juan Tallón
De la fiesta en un piso de estudiantes de Lyon solo sobrevive Paul. Medio edificio salta por los aires y conocemos la historia de sus compañeros de piso por lo que nos cuentan testigos de la explosión, los que los socorrieron o los familiares que acuden a la ciudad francesa en cuanto se enteran de lo ocurrido. Todos rebobinan, todos reviven, todos vuelven atrás. Una historia con varias voces, pero con una misma melancolía. Editorial Anagrama, 216 páginas, 17 euros.
«Sábado, domingo», de Ray Loriga
Si eres de una generación con el cuatro ya asumido, sabrás qué quiere decir que hay mucho de Kronen en esta novela. Un canalla pijo madrileño al que una noche de farra se le va de las manos. Un arrepentimiento. Años sin saber qué ocurrió realmente aquella noche en la que, una vez más, hacían lo que quería Chino. Una culpa que no deja avanzar. Y todo, escrito de forma magistral. Editorial Alfaguara, 200 páginas, 18,90 euros.
«Miss Marte», de Manuel Jabois
La arena se te queda pegada a las manos cuando pasas sus páginas. La novela huele a verano, a juventud, a pasar largas horas en la playa y solo subir a casa para las funciones básicas: comidas, duchas y dormir. Pero ese pueblo gallego ahora es escenario de un documental. Se reabre la historia de una misteriosa chica que un día asumió que le podían llamar Miss Marte porque allí había otro canon de belleza. Editorial Alfaguara, 208 páginas, 17,95 euros.