«Purga», todos los temores bálticos condensados en una novela

Esta nueva era de sintonía Putin-Trump y de una Europa indefensa buscando su sitio no se vive de la misma manera si tus vecinos son Francia y Portugal que si tu capital está a 200 kilómetros de territorio ruso. Esa distancia justifica las decisiones que han tomado los países bálticos desde el arranque de la guerra en Ucrania: refuerzo de las fronteras, gasoductos alternativos, independencia energética y presión para que se le impusiesen más sanciones y más severas a Rusia. Pero su reacción también es el resultado de su historia reciente, de un siglo XX que nada tiene que ver con el de otros países europeos.

Y de eso habla precisamente el libro con el que la dramaturga finlandesa Sofi Oksanen (Jyväskylä, 1977) se hizo un hueco en la literatura internacional. Una exitosa obra de teatro que ella misma adaptó a novela y que narra a la perfección esas décadas convulsas y todo lo que queda de incertidumbre y miedo en su población.

Purga, novela publicada en el 2008 y traducida a más de treinta idiomas, viaja hasta el entorno rural de Estonia apenas unos meses después de que se reconociese su independencia. En 1992 las heridas seguían abiertas. La confianza no existía. Muchas familias seguían divididas y los más viejos del lugar no confiaban en el enésimo intento por conseguir que Estonia fuese un estado libre. Ni la decadencia de la URSS era una garantía. Oksanen, de ascendencia estonia, da voz a dos generaciones de mujeres para contar la historia del país. La de Aliide Truu, una anciana que lo vivió todo y se quedó, y la de Zara, que ya nació fuera de Estonia después de que su madre huyese. Ellas son las protagonistas de un encuentro que servirá para escarbar en cómo una familia fue afrontando la primera invasión soviética, la llegada de los nazis y el retorno a la URSS. Pobreza, crisis agrarias, espías, torturas, denuncias vecinales, familiares ocultos en bosques, guerrillas, emigración y tráfico de mujeres... esta historia lo tiene todo.

Cuando Oksanen publicó la novela, Estonia acaban de cumplir 17 años como estado independiente. Los temores iniciales se habían disipado y el país había ingresado en la UE, formaba parte del espacio Schengen y se preparaba para implantar el euro. Los estonios habían confiado su futuro a la integración en Europa. Pasados otros 17 años, los países bálticos reviven su pasado, reaparece el temor al vecino ruso y vuelven a sentirse en la boca del lobo, un lobo que ahora además goza del respaldo del hombre más poderoso del planeta. Por eso, ahora más que nunca, hay que leer y aprender con Purga.

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