
Azabache es un sentido e íntimo homenaje a la tradición y a las raícesflamencas del artista, hijo de Enrique Morente y hermano de Estrella y Soleá. Este fin de semana lo presenta en Lugo y Pontevedra
14 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hijo de Enrique Morente y hermano de Estrella y Soleá. Con semejantes créditos afronta Kiki Morente (Albaicín, 1989) su voluntad de resonar con voz propia en el mundo del flamenco. En su haber, tres discos. El último, Azabache, un sentido e íntimo homenaje a la tradición y a las raíces, que este fin de semana presenta en Lugo (viernes) y Pontevedra (sábado)
—¿Pesa el apellido?
—Pesa cuando eres más jovencillo. Hay una responsabilidad ahí. Pero cuando te das cuenta de que no tienes que defender a nada ni a nadie, que solamente tienes que limitarte a disfrutar y a respetar lo que se ha hecho, ya lo lleva uno de otra manera. Yo, hoy en día, el apellido Morente no lo considero un peso, sino una suerte.
—De ti siempre se dice que actualizas el flamenco sin perder la esencia. ¿Cómo se consigue conjugar eso?
—A mí tanto me gusta el flamenco como las músicas más modernas. Y al tener esas varias perspectivas de la música, de una manera natural las mezclo y salen sonidos e ideas nuevas. Eso es quizá a lo que le podemos llamar flamenco actualizado.
—Sin embargo, en «Azabache» hay mucho flamenco puro.
—Yo amo el flamenco puro. No todo lo que vaya a hacer tiene que ser una mezcla o sonar a algo nuevo. A veces hago flamenco tradicional y a veces hago flamenco estropeao, digamos [se ríe].
—¿Con qué te gusta estropearlo?
—Lo que más me tira es el jazz, el fado, el blues, el sonido trapero, todo lo latino... Pero también lo puedes estropear metiéndole bacalao, house o reguetón. ¿Quién sabe? Ya te digo, dependiendo de cómo me encuentre, me gusta inventar o conformarme con lo más puro, que eso nunca falla.
—¿A la hora de fusionar, vale todo?
—Yo creo que sí, la cosa es saber hacerlo. Fíjate lo que hizo mi padre en Omega [el disco que grabó con Lagartija Nick]. ¿Quién iba a decir que se podía hacer flamenco puro con una banda de rock? Era difícil de creer. Pero como estaba bien hecho, pues al final pudo ser.
—¿Qué fue lo más importante que aprendiste de tu padre?
—De mi padre, intentar ser buena persona. De Enrique Morente, ser trabajador.
—¿De qué crees que se sentiría orgulloso si hoy te escuchase?
—Creo que lo que más le gustaría es que yo haya trabajado en mi proyecto con ilusión. Y que lo haga con cariño y con respeto a la música y al flamenco.
—De tus hermanas, Soleá ha tirado más por lo innovador y Estrella por lo más puro. ¿De cuál te sientes más cerca?
—Cada uno tenemos nuestra manera de sentir e interpretar la música, pero creo que en el fondo los tres tenemos un lenguaje en el que nos parecemos mucho. A mí me tiran por igual las dos.
—En una familia con tantos artistas, ¿que habría pasado si llegas a decir que querías ser, no sé, enfermero?
—Mi padre siempre nos dio libertad para que hiciésemos lo que quisiéramos. Incluso nos exponía otras fórmulas y otros métodos de buscarnos la vida. Siempre nos decía que había otro trabajos superhonrados y superbuenos. Que la música no era obligatoria. Nos metimos en este embolado voluntariamente cada uno.
—¿El duende existe?
—Una vez le escuché decir a Farruquito, que el duende claro que existe, que es el enemigo de Spiderman [se ríe]. A mí lo del duende... ¿Quién puede describir el duende? Depende como te pille, de la pasión, de la inspiración, de la magia, de la facilidad para sentir y emocionarse... No sé, no es una idea esa del duende que me guste mucho.
—¿Cuál es el tópico asociado al flamenco que más te molesta?
—A mí me repatea lo de «venga, échate un cantecito». Estás tú tranquilo en un bar tomando una cerveza, te reconocen y ya viene alguien y te dice «cántate algo, hombre». ¿Que me cante?... Vete tú a cantar por ahí.
—¿Dónde ves el futuro del flamenco, por donde crees que va a ir?
—El flamenco puro, el que ha hecho historia, siempre va a estar ahí. Luego, hay puertas abiertas a las que nos asomaremos diversas gentes, los miércoles de una manera y los viernes de otra. Pero flamenco puro siempre va a haber.
—¿Y cómo he recibido el flamenco en Galicia?
—Galicia es una tierra rica en arte y en cultura, así que aunque la afición a flamenco es relativa, no dudo de que nos vamos a encontrar con un público bonito que nos va a recibir con cariño.
- LUGO. CASA DAS ARTES. VIERNES. 21.00 H. 33 EUROS
- PONTEVEDRA. TEATRO PRINCIPAL. SÁBADO. 21.00 H. 24,84 EUROS