Baleato compareció en rueda de prensa disgustado por la derrota pero tranquilo sobre lo que le pueda deparar el futuro. Preguntado respecto a si pensaba poner otra vez el cargo a diposición del club, como sucedió en Estella, fue claro sin necesidad de caer en la contudencia: «Todas las cosas tuvieron su momento». Empleó el tiempo pasado.
El técnico durmió como entrenador del Compostela. Pero lo cierto es que su continuidad está en el alero.
El presidente, José María Caneda, y los directivos que están más cerca del día a día de la entidad no abandonaron las instalaciones de San Lázaro hasta pasadas las diez de la noche.
Después de la derrota de Izarra el máximo mandatario cargó más en el debe de los futbolistas que en el del entrenador. Pero los resultados no llegan, y cada vez parece más decidido a buscar un cambio de timón. Otra cosa es que los números cuadren.
Reacción infructuosa
Por lo que respecta al partido, Baleato aseguró que en la segunda parte no solo llegó a pensar que era posible el empate sino que incluso vio opciones de darle la vuelta al marcador.
Reconoce que las derrotas y los malos resultados pesan en el ánimo del colectivo, pero también subraya que los futbolistas deben estar por encima de esas circunstancias.
Para el entrenador visitante, Yosu Uribe, la Cultural Leonesa debio haber sentenciado el encuentro en la primera mitad. No lo hizo, y admitió que en la segunda lo había pasado mal.
No obstante, considera que «en el cómputo global» su equipo fue el que mereció llevarse los tres puntos.