
El Gran Peña denuncia que el Concello de Vigo le impide utilizar el campo de Carballal, en donde llevan 30 años, pese a acabar las obras hace dos meses. También les priva de explotar la publicidad y la cantina
01 feb 2018 . Actualizado a las 22:24 h.El histórico Gran Peña, club de fútbol vigués fundado en 1926, está herido de muerte. Las reformas del campo de Carballal, a donde se trasladaron en su día, terminaron hace dos meses, pero el Concello de Vigo no solo no le ha entregado las llaves sino que les prohibe mantener la explotación de la publicidad, que reportaba unos 18.000 euros anuales, y la gestión de la cantina. Además, el exilio en el campo de la comunidad de montes de Guizán (Mos) le cuesta al equipo más de mil euros al mes. «Imos á ruína», avisa el secretario de la entidad, Antonio Cameselle. Para darle visibilidad al problema, todas las categorías del Gran Peña han organizado para esta tarde un acto de protesta en los aledaños del campo de Carballal.
La entidad de Lavadores se trasladó al campo de Carballal al tener que abandonar Barreiro en el año 1987. El estadio del barrio era de propiedad privada y lo compró el Concello en plena integración del Turista en la estructura del Celta. Desde entonces el recinto de Barreiro solo usa el primer equipo granpeñista para los partidos oficiales.
Ese exilio forzoso empujó al Gran Peña a encontrar una nueva casa. Fue el campo municipal de Carballal, en un recinto de tierra que vio crecer a generaciones de granpeñistas. Esta temporada el Concello de Vigo decidió renovar el campo, colocando césped artificial, un nuevo alumbrado (que ya ha sido robado) y un cierre con una inversión superior al medio millón de euros. Esta situación provocó que desde finales se septiembre los equipos desde prebenjamines hasta cadetes se traslasaden a jugar al campo de la Comunidad de Montes de Guizán. «Polo aluguer temos que pagar máis de mil euros ao mes», comenta el secretario del club.
El problema llega cuando desde el Gran Peña se comprueba que las obras llevan finalizadas dos meses, que la maleza ya está cerca del recinto, y el Concello de Vigo, pese a las peticiones, sigue sin entregarle las llaves y el recinto está inutilizado. «Quere cobrar pola instalación e ademais néganos a publicidade e a cantina», dice el directivo, que recuerda que tras salir de Barreiro mantuvieron parte de sus anunciantes con mucho sacrificio y que la media de recaudación por temporada por este concepto era de 18.000 euros, una cantidad próxima al coste de las categorías inferiores del club, que se llevan más de 20.000 euros.
Tampoco le permite explotar la cantina, que era otra fuente de ingresos «cando o bar máis próximo ao campo está a máis de medio quilómetro», dice Cameselle, que indica que ellos están dispuestos a abonar un canon, y compartir el campo en las horas que no utilicen, pero siempre que recuperen la explotación de la publicidad y la cantina, algo que además hacen otros clubes del municipio en condiciones idénticas «o que supón unha clara discriminación hacia nós». «Imos á ruína, son sei que será de nós», dice con preocupación Antonio Cameselle.
Los padres fueron alertados de esta situación en una asamblea informativa celebrada a finales del pasado año y esta tarde todos los estamentos del Gran Peña se reunirán en los aledaños del campo para escenificar su protesta y reclamar que puedan entrar a entrenar y jugar como han hecho toda la vida en el recinto de Carballal. Para que la llama granpeñista no se apague a las puertas del centenario.