Una pequeña empresa lucense se cuela en el ránking de las firmas europeas que más rápido crecen
15 feb 2019 . Actualizado a las 18:50 h.Son pequeños, trabajan en el rural gallego y su producto no tiene nada que ver con la tecnología punta. Tampoco tiene nada que envidiarle. Porque la empresa lucense Daveiga -y sus galletas Mariñeiras- se baten el cobre con las compañías más innovadoras de toda Europa en la lista que elabora cada año el Financial Times, un ránking que recoge las firmas radicadas en el Viejo Continente que han experimentado un crecimiento más rápido (en este caso entre el 2014 y el 2017). Y lo hace desde un puesto nada desdeñable, en el ecuador de este peculiar índice, en el lugar 503.
Los responsables de este sello gallego no dejan de asombrarse por la hazaña. «É sorprendente que a nosa compañía, que traballa nun sector que non destaca precisamente por ser exponencial, que ademais traballa dende o rural galego e que fai un produto tan artesanal se cite en listas coma esta. Somos conscientes de que o mérito é importante», asegura Xosé Lois Llamazares, coordinador de Daveiga.
Sus Mariñeiras, un tentempié que ellos mismos describen como «unha forma diferente de presentar o pan de toda a vida, cun formato seco e de larga duración», no paran de crecer. Detrás de estas galletas se encuentra una adaptación moderna del «pan o bizcocho de barco», una solución antigua de los marineros para conservar el pan en largas travesías oceánicas. Y parece que en la actualidad, la idea también gusta.
En el 2013, unos años después de iniciar su camino, en su planta trabajaban una docena de personas. Ahora, las más de 20.000 bolsas que salen a diario por sus puertas para venderse en los supermercados de Galicia -y de parte de Portugal- les han obligado a aumentar plantilla. Más de 60 empleados se afanan cada día en su fábrica para responder a la creciente demanda de galletas.
La fórmula secreta de su idea de oro surgió en Buenos Aires, en un viaje que realizaron los fundadores de Daveiga. Allí, un hermano suyo comercializaba un producto parecido a las Mariñeiras. Y tenía su tirón. No lo dudaron. Se volvieron con una idea que maduraron durante unos meses antes de lanzarse a la piscina. En el 2006, cuando estrenaron sus galletas, en España apenas existían productos parecidos, pero no les costó mucho conquistar a los paladares más exquisitos: «Aínda que foi un inicio duro e tivemos que picar moita pedra, si que constatamos que nos resultaba sinxelo entrar nas cadeas de supermercados precisamente por ser un produto innovador», asegura Llamazares, que aporta cifras que lo constatan: «Incluso agora, en Galicia temos un crecemento constante por enriba do 20 %». Les ayuda, y mucho, su peculiar canal de promoción: el boca a boca. «A mellor publicidade que temos agora mesmo son os nosos propios consumidores. Eles son os que están facendo que as Mariñeiras se expandan. e a realidade e que non tódalas empresas poden presumir de iso».