Las pymes se lanzan a la innovación, desde una explotación avícola hasta una compañía de reciclado de aparatos eléctricos. InnovaPeme ayuda a 36 empresas, con una media de 77.000 euros
21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Nació en la década de los 40 para ayudar a mantener la difícil economía de aquella época vendiendo en los mercados locales. Con 200 gallinas, Horacio García puso en marcha Granja Campomayor, en Palas de Rei, una empresa que hoy cuenta con 83 trabajadores y procesa un millón de huevos diarios que llegan a casi toda la geografía española. Fiel a su espíritu, mucho ha cambiado en estas décadas. Mantiene, eso sí, ese afán por hacer bien las cosas, y ese mimo y cuidado con el que se trata el producto. Pero desde entonces hasta ahora los procesos se han mecanizado, la digitalización ha llegado a la granja y la I+D forma parte ya de los genes de Granja Campomayor.
Hace apenas un par de semanas esta empresa recibió un nuevo impulso, que servirá precisamente para fomentar este I+D. La Xunta, a través de la Axencia Galega de Innovación (Gain), convocó un año más el programa InnovaPeme, para potenciar las capacidades y actividades innovadoras de pequeñas y medianas empresas. Una de ellas es esta entidad del sector agroalimentario, que ha diseñado un plan de innovación en el que participan distintas áreas, desde márketing hasta I+D, pasando por el departamento comercial y el de calidad. Las ayudas de Gain sufragan el 50 % del presupuesto de este plan, que asciende a 173.525 euros.
A la búsqueda de otros productos
María García Busto, CEO de la empresa, asegura que están trabajando en el diseño de nuevos productos, «no podemos crecer apoyándonos en bajar precios, pues tendríamos un recorrido muy corto. Tenemos que diferenciarnos y la I+D+i es nuestra herramienta». Medir el pulso del consumidor, observar las tendencias del mercado y ofrecer productos acordes con ello, «estamos convencidos de que ese es el camino y por ahí queremos seguir», apunta esta profesional.
El catálogo de esta empresa lucense deja clara su apuesta por la I+D. Desde los huevos tradicionales y camperos, hasta los ecológicos pasando por un abanico de productos como el huevo cocido y pelado, cocinado a baja temperatura, la yema pasteurizada o el huevo de codorniz cocido. «Somos conscientes de que pertenecemos a un sector que proyecta una imagen de poca digitalización y poca innovación, pero la realidad está cambiando».
Eso es lo que pretende InnovaPeme desde su puesta en marcha en el 2017, incrementar el número de empresas que innovan, aumentar la competitividad de las pymes de Galicia y potenciar la colaboración con el resto de agentes del ecosistema de innovación. El importe medio de las ayudas, cofinanciadas por los fondos Feder en el marco del programa 2014-2020, es de 77.000 euros, el 50 % del coste subvencionable. Esta cuarta edición ha beneficiado a 36 pymes, de las que un 61 % son microempresas con menos de diez empleados. Aunque los fondos destinados ascienden a 2,8 millones, la inversión movilizada se duplica, hasta los 5,6, gracias a la colaboración público privada.
Precisamente, microempresa es Revertia Reusing and Recycling, otra de las beneficiadas, en este caso con unos 62.000 euros, el 50 % del presupuesto que esta entidad afincada en O Porriño va a destinar a crear un departamento de I+D, llevar a cabo una estrategia de innovación y explorar nuevas vías de mercado. En este caso el sector en el que se mueve Revertia nada tiene que ver con el alimentario. Reciclan aparatos eléctricos y electrónicos. Nacieron en el 2010 y cuentan con ocho empleados. Su gerente, Alejo Calatayud, recuerda que optaron por la mejor forma de gestionar residuos, darles una segunda vida. Por sus instalaciones pasan al año 650 toneladas, sobre todo de aparatos informáticos —pantallas, pecés, ordenadores— y de telecomunicaciones, como móviles o tabletas. Pero también grandes aparatos como armarios de comunicaciones, servidores o fotocopiadoras.
Si el equipo tiene potencial de reutilización se limpia y se sustituyen los componentes. Si no es así, se despieza para reciclaje. Sus productos se venden en una plataforma on line, nunca a otros países, «nunca sacamos residuo fuera, solo alguna vez como donación y de forma muy controlada», explica Alejo. La ayuda de Gain les permitirá intentar una nueva vía de negocio, la reutilización de grandes aparatos como lavadoras, lavavajillas o neveras. También crearán un departamento de I+D, «que no teníamos» y prevén un incremento del gasto en innovación del 20 %. Además, este plan les permitirá aumentar la captación de recursos procedentes de proyectos, y la dedicación interna a investigación.
13,3 millones en 4 años
Desde la puesta en marcha de InnovaPeme la Xunta destinó ayudas a 160 empresas con un presupuesto de 13,3 millones de euros para I+D+i, lo que permitió movilizar el doble, 26,6. El 48 % de los apoyos públicos fueron a microempresas, un 31 % para pequeñas entidades y el 21 % restante para medianas compañías. Los fondos cubrieron numerosos sectores, aunque tres fueron los que recibieron más apoyos: el de las tecnologías de la información y la comunicación, la ingeniería y el ámbito agroalimentario. La innovación no solo permite que las empresas crezcan y sean más competitivas. También que se establezcan colaboraciones con el entorno investigador. Así, a raíz de este programa se han impulsado en sus cuatro convocatorias 224 acuerdos con universidades y centros y empresas tecnológicas. Las ayudas han permitido, además, mantener y crear 767 puestos de trabajo.
Para María García, de Granja Campomayor, la innovación no es un proceso lineal. Su empresa es uno de los ejemplos de colaboración con centros de investigación y tecnológicos. También, de creación de empleo, al haber contratado a un profesional de alta cualificación. Una granja no es ajena al diseño y a los nuevos productos. En sus laboratorios se ensayan nuevos productos, se mejoran los existentes y se hacen estudios de mercado con consumidores, «esto, que en palabras parece sencillo, en su ejecución supone mucho trabajo y esfuerzo, tanto humano como económico». Es un camino no siempre fácil, el de la I+D, pero es el que acaba dando resultados, también para los pequeños empresarios.