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José Fernández González, director de Cofano: «¿Que si dejarán a los súper vender productos de farmacia? Espero que no»

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

M.MORALEJO

Destaca la eficiencia del modelo farmacéutico español por su capilaridad

29 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

José Fernández González nació en Padrenda (Ourense) el 3 de abril de 1963, «¡Y dentro de poco 59!», dice riendo. Estudió Farmacia en Santiago —«me encantó mi carrera»—, y después dos años en la Universidad de Nueva York —«los mejores de mi vida»—. De nuevo a Santiago, pero esta vez al laboratorio de microbiología de la Facultad de Medicina. Su siguiente escala fue Cofano Farmacéutica del Noroeste, sociedad cooperativa gallega, donde hoy ocupa los cargos de director técnico del centro logístico de Vigo y director general de la compañía.

—Tras la debacle entre el 2011 y 2016, parece que Cofano dio un vuelco.

—En el 2016 no llegábamos a 600 socios tras un bajón al irrumpir de golpe los genéricos. Ocurrió en el 2011 con el llamado catálogo priorizado, que obligaba al farmacéutico a vender genéricos. Hubo una especie de crisis en el sector que duró cinco o seis años. Se superó, y tras integrarse Cofaga (cooperativa de A Coruña) en Bidafarma nosotros captamos nuevos clientes. Hoy tenemos 800 socios y cuatro almacenes: Vigo, A Coruña, Ourense y Pontevedra. El de A Coruña lo abrimos en el 2018, momento en el que decidimos redefinir nuestro territorio. El próximo objetivo será invertir entre dos o tres millones de euros en ampliar e incrementar la automatización precisamente del almacén de A Coruña. Ya se nos queda pequeño.

—¿Se quedarán en el Noroeste o ampliarán fronteras?

—En principio nos quedamos. Formamos parte de un proyecto de mayor extensión en el territorio, que es Unnefar. Es una cooperativa de segundo grado en la que participamos con las cooperativas de farmacéuticos de León (Cofarle), Asturias (Cofas), Cuenca, Zaragoza, Guipúzcoa, Menorca...

—¿Se acabarán integrando en Unnefar como Cofaga en Bidafarma? —Unnefar no tiene estructura de almacenes ni vende directamente a las farmacias. A ellas les vendemos las cooperativas que somos dueñas de Unnefar. Nos ayuda a centralizar compras, y nos provee de servicios comerciales y estratégicos. La diferencia entre Unnefar y Bidafarma (sede social en Sevilla) o Cofares (que es otra cooperativa a nivel nacional con sede en Madrid) es que el contacto con el farmacéutico en Unnefar lo tienen las cooperativas socias, y en el caso de Bidafarma o Cofares lo tiene la central. La cercanía del socio es una diferencia importante. Su participación es muchísimo más intensa en las empresas autonómicas. Es una democracia directa. Un socio, un voto. Todos los farmacéuticos tienen la misma influencia. En una cooperativa mayor, el voto será delegado y la influencia del farmacéutico, menor. La cooperativa local siempre estará más presionada por el socio.

—Cofano afirma que actúa bajo la siguiente fórmula: transparencia igual a precio de venta más cargo de la cooperativa menos el descuento del laboratorio.

—En nuestro sector, en el 80 % de los casos los precios están intervenidos. Uno puede decir: yo facturo al precio al que le compro al laboratorio de forma transparente y hago un recargo para cubrir mis gastos, y si el laboratorio transmite algún descuento, lo transmito directamente al farmacéutico. O parto de un precio más alto y le hago un descuento de forma que nunca queda claro cuál es el recargo que yo hago para cobrar los servicios de la cooperativa. Cofano ha optado por la primera opción y los socios saben muy bien a qué precio compran. Para ellos es muy importante porque la rentabilidad de una farmacia depende de cómo compran a su distribuidor.

—Las farmacias tienen ventajas como «¿negocios monopolísticos?», pero sufren una inseguridad jurídica tremenda. Incluso pueden verse obligadas a vender a pérdidas.

—Los medicamentos tienen el precio intervenido. Las farmacias los facturan al precio que marca la Administración, y esta lo negocia con los laboratorios. Los precios de los medicamentos solo bajan. No suben nunca porque el medicamento nace con la patente y luego sale el genérico. Todo esto genera inseguridad. Entiendo por qué lo hace la Administración: cada día la población está más envejecida y el consumo de medicamentos aumenta. Esa inseguridad jurídica existe, pero las farmacias siempre facturan un poquito más que el año anterior. El negocio es, en general, bastante estable. Aunque todos tenemos la espada de Damocles de que de un momento para otro no sea así. Vuelvo a recordar lo ocurrido con la entrada de genéricos. Nosotros lo pasamos mal, nuestra facturación se redujo un 30 %.

—¿Cuál es el margen que manejan las farmacias? ¿Y el de ustedes?

—Las farmacias tienen un margen oficial del 27,9 % en el medicamentos. Nosotros, tenemos un 4,5% en nuestra cuenta de resultados. A las farmacias le repercutimos un 2,5% y el resto procede de la gestión.

—Hablemos de esa espada de Damocles. ¿Cree que la Administración puede dar paso a que los supermercados vendan productos tradicionales de farmacia?

—No estoy en la cabeza del político, pero espero que no lo haga. El modelo farmacéutico español no tiene réplica en toda Europa. Es envidiable por la capilaridad que posibilita el servicio de las cooperativas y por lo bien distribuidas que están las oficinas de farmacia en función de la población. Hay farmacias hasta en el pueblo más remoto. Gracias a la distribución que les proporcionan empresas como Cofano el paciente dispone de medicamentos todos los días en todas las farmacias de España. Puedes encontrar un medicamento muy caro en Valdeorras o en el centro de A Coruña. Nosotros tenemos 18.000 referencias solo de medicamentos. Para una farmacia sería imposible disponer de una unidad de todos ellos.

—¿Hacia donde va el sector?

—Existen riesgos como la venta online. Es muy difícil de saber cómo acabará. Hay empresas como Amazon que intentan vender productos de parafarmacia y están influyendo muchísimo en la toma de decisiones de algunos farmacéuticos. Algunos están intentando vender por internet. No creo que ese sea el destino de las farmacias. Tienen que hacer valer su punto de venta, su activo más importante. El modelo es muy eficiente y envidiado en Europa.

—Y dijo el Gobierno: los test solo los hago yo. Más adelante dio permiso para su compra y los particulares que pagaron hasta 7 euros. Después rebajó el precio a 2,94 euros... ¡Una locura!

—Al farmacéutico le gusta que cuenten con él cuando surgen los problemas. En el momento en el que hubo que bajar el precio de los test y venderlos a pérdidas, lo hicieron. Esa labor social de que el paciente le pida consejo siempre lo han tenido como un activo.