«El Piturro» y Mouta Tourís se negaron a declarar en el juicio de la Operación Amanecer José Benito Padín Viéites, el gerente de los astilleros Facho, de Castrelo (Cambados), declaró ayer en la Audiencia Nacional que a José Ramón Prado Bugallo lo conoce de la televisión. A preguntas del fiscal, reconoció que Sito Miñanco trabaja ahora en el astillero, hace un horario normal y ficha como cualquier otro. Cuando le pidieron que precisase qué trabajo realizaba, el gerente explicó con titubeos que es el encargado de las construcciones y las ventas, que «como cualquier obrero, trabaja en lo que yo le diga».
13 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.J. Á. FARIÑAS MADRID. Enviado especial José Benito Padín Viéites no secundó la estrategia de El Piturro y de Juan José Mouta Tourís, que se negaron a declarar. Pero el interrogatorio a que le sometió el fiscal no le hizo gracia al ex-policía Pérez Lorenzo, que tiene encomendada como abogado la defensa de Padín Viéites. «No veo qué relación tienen estas preguntas con los hechos que se están juzgado», protestó el letrado. «El tribunal sí ve relación», le replicó el presidente de la sala. El resto del interrogatorio pilló menos por sorpresa al acusado. Cuando el fiscal preguntó a Padín si le conocían por los apodos de Viruco o Viru, que es como aparece identificado su número de teléfono en las anotaciones intervenidas a otros compañeros de banquillo, lo negó categóricamente. Un regalo de su hijo No pudo negar en cambio que el momento de su detención le fueron intervenidos un buen lote de teléfonos móviles _siete u ocho, no supo precisar_ pero aclaró que eran para que los obreros se comunicasen con el taller. Del escáner receptor Sony que le fue intervenido dijo que era un aparato de radio que le habían regalado a su hijo. Del vehículo en el que llegó a su casa cuando fue detenido, que figura a nombre de Josefa Pouso Navazas, cuñada de Sito Miñanco y en cuyo interior fueron incautados un móvil con tarjeta de pre-pago y dinero en divisas, dijo que era propiedad del astillero. En uno de los teléfonos que fueron intervenidos aparecieron registradas llamadas realizadas en la madrugada del ocho de julio _el día de la descarga_ al Pistolo, quien según la acusación pilotaba la planeadora y El Piturro, y a lo largo del día 27 más a un número de Méjico. El acusado, que aseguró haber pasado todo el fin de semana en cama con una rodilla hinchada, negó haber realizado estas llamadas y las atribuyó a una equivocación de Telefónica.