El texto íntegro del tercer secreto de Fátima, escrito por Sor Lucía en 1944, fue divulgado ayer por el Vaticano sin ofrecer ningún mensaje apocalíptico. El escrito predice la persecución de los cristianos por parte de regímenes ateos y el ataque contra un «obispo vestido de blanco», que podría ser el Papa.
27 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Leyendo el texto íntegro cualquiera diría que el Vaticano ve más allá que el resto de los mortales. El arzobispo catalán Torrella afirmaba no hace mucho tiempo que Ratzinger había reprendido al Papa por darle tanta importancia a una revelación privada. Y visto lo visto, no es para menos. El relato transcrito por sor Lucía afirma que un obispo vestido de blanco (que no sabe si es Pío XII, Juan Pablo II, Pablo VI o un sacerdote envuelto en un halo inmaculado) sube por una cima sorteando cadáveres y una vez arriba encuentra la muerte. Un grupo de soldados acaba con él a tiros de arma de fuego y flechas y luego continúa asesinando a todos los representantes de la Iglesia y a los seglares que se ponen a tiro. Para concluir que esta profecía tiene algo que ver con el atentado frustrado de Agca hay que tener algo más que fe. El pasado 13 de mayo, cuando el Papa anunció que el tercer misterio era ?l, el Vaticano afirmó que en la revelación se decía que el Papa caía ?como? muerto. En el texto íntegro no hay ni rastro del ?como?. La Iglesia afirma que precisamente ahí está el milagro. La virgen, tal y como sostiene Juan Pablo II, salvó al Santo Padre desviando el proyectil y contradiciendo el relato de Sor Lucía. Del grupo de soldados, los cadáveres y el resto de los muertos nadie explica nada. El gran misterio, que Pío XII ni se molestó en leer, es tan difícil de sostener que el indulto del turco Mehmet Ali Agca parece un cuento de hadas. Ya en 1954 el jesuita Carlos María Staehlin escribió la obra Las apariciones, retirada en España. En el capítulo dedicado a Fátima arramplaba con la veracidad de las contradictorias declaraciones de sor Lucía.